By Maria
Ayer sábado por la mañana, con nuestras familias, visitamos el Museo Municipal de los Bomberos, situado en la calle de Boada 4 (zona Puente de Vallecas).
La visita prometía mucho, que niño no ha soñado en alguna ocasión con ser un valiente bombero, pero os vamos a ser sinceras, salimos decepcionadas de la visita y los niños… bueno, tampoco era lo que esperaban.
Habíamos visto muy buenos comentarios sobre el museo, en principio se supone que debería haber personal, normalmente algún bombero retirado, que te guiaba un poco explicando que es lo que estabas viendo, al final de la visita ponían un video y los niños salín de allí con su carné de «bombero infantil», en fin, os podeís imaginar que los niños estaban entusiasmados con verlo.
Con lo que nos topamos: se trata de una nave que forma parte del complejo que tiene el parque de bomberos numero 8 de Puente de Vallecas, donde también encontramos la academia. La nave solo cuenta con luz artificial, y supongo que por ahorrar, creo, algunas de ellas estaban apagadas.
En el museo encontramos parte de la historia de este cuerpo que abarca desde el 1618 hasta la actualidad, pudiendo ver vehículos de los bomberos (desde los de tracción animal a tracción motora), herramientas, equipos, uniformes, medios de comunicación utilizados, equipos sanitarios…
La entrada es gratuita y las visitas son diarias de 9:30 a 14:00h, los fines de semana abren a las 10:00h (ah, en agosto está cerrado). Ahora bien, pienso que deberían cobrar una pequeña entrada que revirtiese en la conservación del museo, ya que da la impresión de completo abandono.
En su defensa debo decir que creo que han tenido que hacer muchos recortes de presupuesto, porque no se entiende que se vean tan buenos comentarios (uno que vi yo, era de abril del presente año)y te encuentres esto. También puede ser que lo hemos visitado un sábado y que entre semana cambie un poco la cosa, ya que puedes coincidir con una visita de algún colegio y escuchar las explicaciones. Seguro que las visitas en grupo son mucho más divertidas. Nosotras, prácticamente les contamos una «historia» a los niños, porque tampoco había muchos cuadros explicativos, lo que nos dio nuestro propio conocimiento y la lógica… je je. Más que museo, parece un almacén.
No nos pusieron video alguno, y lo del carné de bombero infantil, que nosotras habíamos llevado las fotos de los enanos para pegárselas allí, nos lo dieron porque fui a preguntar por él a una amable mujer que estaba en una oficina (pero la pobre nos dijo que ni pegamento tenían).
La crisis llega a todas partes, pero es una pena. Es parte de la historia del cuerpo de los bomberos, que arriesgan en muchísimas ocasiones la vida en pro de los ciudadanos (de hecho, en el museo se hace mención a aquellos que perdieron su vida acto de servicio, incluso en el trágico incendio de los almacenes Arias hace ya 26 años).
No todas las visitas que realizamos van a ser magníficas, no?
He de decir que cuando nos fuimos, al pasar al lado de la zona donde entrenan los bomberos, había tres o cuatro jugando al frontón… Hacia calor y tenían el dorso al descubierto, y todas sabemos como están de fuertotes los bomberos. La cosa hubiese quedado ahí, si no fuese porque Gabriela al llegar a casa me dice: mamá los bomberos que estaban jugando allí, tenían unos músculos muy extraños por aquí (señalando la zona abdominal)…. Ja ja. Tan pequeña, pero no pierde detalle.