By Marta
¿Cuántos de nosotros soñábamos con conducir, igual que lo hacía papá y mamá pero que cuando lo preguntábamos, siempre se nos contestaba con esa temida frase …… » ya aprenderás cuando seas mayor»? pues una vez más, los tiempos han cambiado y ahora se puede conducir y sacar el carnet antes de los 18 años!
Buscando planes divertidos y originales para este fin de semana hemos encontrado en el pueblecito de Griñón «Pequedriver» , un centro de educación vial infantil que enseñan de manera divertida a los que en el día de mañana serán los nuevos conductores que circulen por las calles.
A nuestros hijos, y seguro que a los vuestros también les pasa, les encanta imitar todo lo que hacemos y sobre todo en el tema de la conducción, les fascina cuando estamos entrando en el garaje de casa y les dejamos sentarse con nosotros al volante ayudándonos a aparcar, por eso, cuando descubrimos esta actividad estábamos seguros que iba a ser una experiencia súper divertida y que aunque el enano no iba a poder conducir sólo, (solo de acompañante), ya que como en todas estas actividades, hay tener una edad mínima (6 años), iba a disfrutar como el que más.
Fuimos el sábado a media tarde, fresquitos, después del decimo quinto baño del día y aprovechando que en verano tienen horario de 17:00 a 23:00; cuando aparcas, lo primero que ves es la pista de conducción, Lucia estaba nerviosa, ya había niños en el circuito, así que los miraba embelesada mientras su hermano ya quería entrar y quemar rueda…
Esperamos pacientemente unos diez minutos y cuando llegó nuestro turno, Lucia, entró en la pista, le colocaron un casco y la dieron una breve clase teórica de las señales básicas y funcionamiento del coche , aprendiendo conceptos simples de circulación.
Finalmente llegó el momento de comenzar a circular, iba sola por que su hermano no estaba muy seguro del tema, prefirió ver los toros desde la barrera, y menos mal , pobre Lucía, no daba una, los mayores ya no nos acordamos, pero es difícil coordinar el freno y el acelerador a la vez, pararnos en un semáforo o ceder el paso a los demás, así que, en las primeras vueltas tuvo que ir acompañada por el instructor y poco a poco fue cogiéndole el tranquillo!, desde la quinta vuelta parecía una profesional, eso si, con una cara de concentración total, tanto, que no fuimos capaces de sacarle una simple sonrisa para una foto.
La experiencia dura unos 15 minutos, lo niños salen encantados y, como no, con ganas de repetir, esta vez el hermano la acompañó, como se reían, se lo pasaron en grande y además, como estaban solos les dejaron disfrutar un poquito más del tiempo establecido.
Después de la aventura, nos tomamos una fanta y disfrutamos de las demás actividades que tiene «pequedriver» ya que no solo es un centro de educación vial, sino que es un parque de ocio, con colchonetas, columpios y circuitos con piscina de bolas, ideal para pasar una tarde divertida en familia.
La tarde estuvo genial, los niños se lo pasaron bomba y nosotros nos reímos un montón viendo los choques de Lucia y las carcajadas del hermano cada vez que se llevaban una fila de conos del circuito teniendo que ir el instructor a rescatarles, la gente que lo lleva es un encanto, pendiente de que la gente esté cómoda y que los niños disfruten, que es lo más importarte, nosotros, seguro que volvemos.
Si os animáis y queréis saber un poco más www.pequedriver.es