Pese a los innumerables esfuerzos por parte del padre para evitarlo, mi hija Lucia es clavadita a mí en cuanto a lo inquieta, original o detallista en ciertos temas; su cumpleaños, es uno de ellos… Nada más acabar con uno ya está dando vueltas a dónde, cómo y cuándo quiere que sea el del año siguiente, nos podemos pasar horas, días y semanas buscando, planeando y diseñando cosas chulas para lo que ella define como “su súper día”.
Este año no podía ser menos, Lucia ya se considera mayor y no le gustan mucho los sitios de bolas, así que aprovechando que Mayo es un mes con sol y buen tiempo decidimos repetir la experiencia de hace un par de años y celebrar un más que original cumpleaños, un “CUMPLEAÑOS GRANJERO” en la Granja “ El álamo”, finca que se encuentra en la carretera de Boadilla del Monte a Brunete, que suele ser uno de los destinos preferidos por colegios para este tipo de actividades y que entre sus actividades educativas tienen ofertas tan variadas, siempre según la temporada, como esquilar ovejas, hacer la vendimia, hacer mantequilla, fabricar sales de baño o hacer velas.
A la mayoría de los niños les fascinan los animales, les encantan acariciarlos, tocarlos y darlos de comer. Visitar una granja suele ser más un plan que hacen los centros escolares, pero desde hace un tiempo estas explotaciones han abierto su abanico de planes, ofreciendo días en familia, cumpleaños o campamentos de verano que permiten los niños a conocer la vida en el campo, aprendiendo de manera original y divertida.
Soy de esas personas que creo que es importante acercar a los niños al mundo rural, ese mundo que ya casi nadie conoce pero que es tan necesario en nuestras vidas… Hay veces que me asusto al ver reportajes en la televisión en donde se pregunta a un niño, o no tan niño, de dónde sale la leche y contestan eso de… “de un tetra brick” 😦
No os podéis imaginar la cara que puso Manu cuando Lucia le desveló dónde íbamos a celebrar el cumple este año, entre que no le gustan demasiado estos eventos, que le gustan todavía menos si son fuera de Madrid y que elegimos un sábado por la tarde cuando el sale del Master a las 15.00, tenía todos los ingredientes para que viniera de morros y me lo hiciera pagar durante una laaaaarga temporada; pero entre tú y yo, Manu con su princesa es como Belén Esteban, por su niña, ¡MATA! jajaja
Todo tenía que ser perfecto y por ello nos pusimos en manos de los mejores….
Para las invitaciones, una vez más, confié en mi amiga Bárbara de “Mi cesta de mimbre”, siempre tiene ideas geniales y es la mejor en su campo, no para maquinar cosas originales y con un gusto exquisito, consiguiendo que lo que a una persona normal le parece algo imposible, ella lo hace sencillo y factible. Esta vez diseñó una invitación fantástica, añadiendo un detalle que me dejó con la boca abierta, en cada invitación incorporó una bolsita con semillas para que los niños pudieran plantarla en casa. Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras……. (Bárbara, por si lees esto… no me he olvidado, lo prometido es deuda 😉 )
Respecto a la tarta… Desde que en el cumpleaños de Hugo vimos la tarta de spiderman, o en la de los hijos de una buena amiga la de rayo McQueen, teníamos claro quienes queríamos que nos hiciera la nuestra. Mónica una chica encantadora que está al frente de “Endulzando vidas”, consiguió hacernos una tarta digna del cumpleaños que habíamos organizado y que nada tenía que envidiar a cualquier repostero de postín. A partir del diseño de las invitaciones nos hizo un pastel con todo tipo de detalle. En resumen ¡100% recomendable!
Y qué decir de los detalles a los invitados…. A pesar de que no soy muy fan de esta moda de regalar por venir, no pude elegir a nadie mejor para este cometido que a Sofía de “las galletas de Sofía”, que además de ser amiga, es mujer todo terreno, cumple a raja tabla eso de “renovarse o morir” y que para esta ocasión no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero por esas chocolatinas que nos hizo, fantásticamente tematizadas. 😉
Con los deberes hechos, solo faltaba que llegase el día. 🙂
El día 10 amaneció soleado y temperatura ideal, Lucia se despertó temprano, estaba nerviosa por lo que le esperaba y la verdad es que yo también, Mayo es un mes muy malo, hay mucha celebración familiar y no tenía gran número de gente confirmada. 😦
El inicio de la tarde empezó de una manera un poco estresante, por algún mal entendido nos esperaban al día siguiente, por lo que nos encontramos con la puerta cerrada y la finca vacía. Todos los que seáis padres os podéis imaginar mi cara y las mil vueltas que me dio la cabeza, maquinando sitios alternativos o el cómo decir a los padres que volvieran al día siguiente :(. Gracias a Dios y a pesar de mi decepción y angustia inicial, Marga y el equipo de la granja tuvo una capacidad de reacción 10 y en menos de 15 minutos todo estaba a punto para el cumpleaños.
Mientras todos los niños iban llegando, los que estábamos, comenzamos con una visita a la granja y sus alrededores, acompañados por unos simpáticos pavos reales que andaban sueltos como si estuvieran en su casa 😉 .
Conocimos la casa de la abuela con juguetes antiguos de la época nuestros abuelos, la vieja escuela, el molino o la casa del duende, en la que desgraciadamente no pudimos ver al sr Duende pero si cada una de las estancias de su morada, el molino, el invernadero…..
Y los más intrépidos, incluso ¡se montamos en tractor!
Poco a poco los niños comenzaron a sentirse cómodos y a echar a los padres del grupillo, mientras las monitoras, dos chicas encantadoras les iban enseñando, con sus explicaciones y preguntas pertinentes, animales como avestruces, burros, y vacas. El plato fuerte de esta primera parte fueron las cabras, aquí fue donde vimos que niño/as eran novatos en el campo agrario, les metieron a todos en un espacio vallado con las cabras y ovejas donde se les dejó plena libertad para tocarlas, seguirlas, estudiarlas e incluso ordeñarlas en su ambiente natural. 🙂
Después del primer momento de diversión eufórico por la novedad, comenzaron los talleres, cada uno hizo sus propias galletas y descubrieron como se hacía la mantequilla. Era hasta emocionante ver cada una de sus caritas de asombro a consecuencia de sus recientes hallazgos.
Mientras sus inventos se cocían en el horno, llegó la hora de visitar la parte de los animales pequeños. En la parte delantera de la granja, desde donde se puede otear el horizonte verde de la comunidad de Madrid se encuentran los establos en el que los niños conocieron a los conejos, los gallos y gallinas con sus hijitos los huevitos que estaban en la incubadora, los gansos, patos y ocas que se volvían locos cada vez que se les lanzaba un trozo de pan; e incluso a la mamá cerdito con sus bebes de los que les sorprendió sobre todo como estaban tan dormidos a la vez que comían.
Una vez terminada la visita, tocó montar a caballo en el picadero. Más de un padre/madre, entre los que me incluyo, (sobre todo por mi bicho de 4 años), nos quedamos fascinados como 28 niños estaban sentados, en silencio y esperando su turno para dar una vuelta con la yegua.
Poco a poco, llegó la hora de merendar, hacia un tiempo espectacular, por lo pudieron gozar de una merienda campestre en toda regla, igual que en los anuncios de las pizzas “casa Tarradellas” con su mesa de madera y bajo la sombra de los árboles; entorno totalmente idílico que solo se rompía cuando un niño gritaba “palomitas” o “fanta”, o cuando Mery o yo teníamos que ir a la cocina detrás de Jorge, que enamorado de Marga, no paraba de ir hasta la cocina a poner en práctica sus tempranas dotes de Don Juan tenorio. 🙂 (madre mía lo que nos espera con este niño jejejeje)
Casi sin darnos cuenta la tarde estaba llegando a su fin, pasamos al momento “discoteca” donde se soplaron las velas, se bailó y en la que se le repartieron a Lucia uno a uno sus regalitos, No conseguimos grandes sonrisas o emociones por su parte, es muy muy vergonzosa pero se le veía que estaba haciendo un gran ejercicio de valentía y aguantó estoicamente hasta el final. (Mi niña… ya es mayor, esto, el año pasado no lo hubiera llevado tan bien 😉 ).
Y os preguntareis… ¿los padres? La verdad es que los padres no se quedaron atrás en diversión, como me dijo la madre de una amiguita de Lucia… “hemos estado como una tarde de domingo en la plaza del pueblo, tomando un vino con los amigos”, ¿Qué más puedo pedir? 🙂
La tarde pasó casi en un suspiro, los niños disfrutaron como enanos, los padres se relajaron y yo…… a pesar del inicio tan movidito que tuve, me dio tiempo a pasar un rato con mis amigos mientras veía felices a mis hijos y aunque echamos de menos a gente, no puedo decir otra cosa que la experiencia fue genial 😉
Por tanto, solo me queda decir, que si sois como yo, y buscáis una actividad divertida para niños o queréis celebrar un cumpleaños fuera de la normalidad, os recomiendo una escapada a esta granja en la que los niños se lo pasaran en grande con los animales y sintiéndose granjeros por un día.
Besos
Paseo de Boadilla del monte 0
28960 Brunete, Madrid
Telf. 918162063
Desde luego fue cumple diferente y muy muy divertido para los enanos, creo que no lo van a olvidar ni ellos ni sus amiguitos, como siempre lo has conseguido
Fue divertido, divertido! Y los niños lo pasaron pipa. Besosssssssssssss
Gracias por venirrrrr. ☺️
a ti por dejar que fuéramossssssssssssssssssss
Lo importante es que todo saliera bien, una bonita experiencia, je je
Que pena no poder disfrutarlo con los enanos pero solo oirla contar la experiencia seguro que para ella fue un cumple inolvidable!!!!
Que belleza de cumple! Me encanto todo lo que narraste!!! Te copio la idea! Una consulta, los padres asistentes participaron con los peques en todas las actividades o tenían un sitio donde estar mientras los enanos estaban por las diferentes partes de la granja? Gracias!!!
Hola Edith!
La verdad es que es una opción súper chula!los niños estan siempre acompañados por monitores así que los papis puede estar relajados yendo al pueblito un rato o quedándose en la propia granja.
La organización de la granja ofrece opciones para las consumiciones de los padres!
Ya nos contarás que tal si al final eliges esta opción!
Bs
Marta
Muy agradecida Marta! Les estaré contando!
Edith