Ahora que se acerca el verano, más de un padre o madre de familia se está estrujando el cerebro para ver donde lleva a la familia de vacaciones.
No se vosotros pero Manu y yo hemos sido papás a más puro estilo “hitlerianos”, de esos que hemos llevado los horarios al milímetro, que si biberón cada cuatro horas, los baños a las 20.30, a la cama a las 21.00; siempre cuadrando nuestros horarios a las necesidades del bebe y no los del bebe a las nuestras. Somos conscientes que probablemente no es lo habitual, que a lo mejor hemos pecado de exagerados,incluso muchos pensareis algo así como…. raros, raros, raros….. puede que si, pero ha sido un método que nos ha funcionado, un poco duro, lo tengo que reconocer, pero teníamos claro que iba a ser una etapa de un par de años y ya está.
Con esta introducción podéis imaginar que durante las vacaciones, la cosa, no iba a cambiar demasiado y casi puedo decir que Manu y yo durante algunos años, no nos veíamos demasiado durante la época estival…. Siempre que hemos ido a un hotel, hacíamos turnos para bajar a comer o cenar mientras el otro se quedaba en la habitación durmiendo con el niño/os, la siesta de mediodía o por la noche.
Mi marido es gallego, y todos los años pasamos la mayor parte de nuestras vacaciones en su tierra, algo, que me parece justo después de que el pobre pasa todo el año sin estar con los suyos mas de cuatro o cinco fines de semana, Ferrol está a mas de 640 kilómetros y para los niños es un viaje largo para un fin de semana….
Pero desde que los enanos son un poco mas mayores nos hemos puesto como norma que al menos cuatro o cinco días de las vacaciones, nos los dediquemos a nosotros cuatro y siempre andamos buscando un hotelito en algún sitio chulo donde descansar y disfrutar al máximo de nuestra pequeña familia….
Os podéis imaginar que con nuestro planteamiento “hitleriano” las vacaciones no parecían vacaciones del todo, pero gracias al soplo de unos buenos amigos a través de mis cuñados (una vez más, gracias María y Javi), nuestros días de relax comenzaron a ser de verdadero relax……. existía un hotel fantástico orientado a familias en Sanxenxo y que nos iba a encantar…… ¡Cuanta razón tenían!
¿Sanxenxo?….. quizás os pase como a mi y lo conozcáis más por Sanjenjo que por Sanxenxo, pero me han soplado que es lo mismo jajajaja…. Una zona sobradamente conocida por sus paisajes, su microclima, sus fantásticas playas y maravillosa comida.
Sanxenxo es una población que siempre ha sido importante debido a su situación estratégica que permite controlar la entrada a la ria de Pontevedra, pero fue en el siglo XVIII cuando los señores de la zona la empezaron a usar como destino de veraneo, convirtiéndola ya en los años 70 como capital turística de Galicia, que pasa de ser un pueblo chiquitito de pescadores durante el invierno a ser un municipio de cientos de habitantes durante el verano.
Sanxenxo es un destino familiar por excelencia, siempre hay buen tiempo; cuenta con gran variedad de playas de arena blanca y fina donde elegir, abiertas y con olas, o tranquilas y céntricas como la del silgar; cuenta con un gran paseo marítimo que bordea la playa y que gracias a su amplia zona peatonal puedes dar largos paseos sin agobiarte… su puerto deportivo, de los mas modernos de la comunidad, por el que puedes pasar muchas horas viendo barcos de todo tipo, desde los más simples a los más lujosos; su casco antiguo con sus callejuelas por las que puedes perderte en un paseo por el tiempo y encontrando tesoros como el antiguo Pazo de los Patiño.
Pero yo no estoy aquí para descubriros este tesoro de las Rías Baixas, un tesoro más de los que esconde el territorio gallego, yo estoy aquí, para daros a conocer un hotel perfecto para familias, el “Augusta Spa Resort”, un imponente hotel en plena zona residencial del pueblo y a tan solo 600 metros de la playa del Silgar, en el que podremos combinar el relax, el deporte y la diversión con los más pequeños.
Nada más llegar la primera vez no enamoró, Lucia se quedó prendada del bebe de la familia “cerdito” y desde entonces se ha convertido en ritual ir a saludarlos cuando llegamos y despedirnos con un gran abrazo cuando nos vamos.
EL “Augusta Spa Resort” es una construcción que cuenta con dos edificios separados por tan solo 60 metros, el principal, más clásico y que cuenta con habitaciones dobles y suites hasta para cuatro personas, ideal para cuando vas con peques ya que hay espacio suficiente para una cuna.
Cuenta con una zona de piscina que cualquier hotel de lujo soñaría, toda blanca y simulando una playa ibicenca, con su zona de chill out, zona infantil y zona de relax con jacuzzis y piscinas climatizadas.
También cuenta con una zona de huerto, “el huerto de San Ginés”, morada de parte de la “familia cerdito” y de donde se abastece el hotel de frutas y vegetales….
El segundo edifico es de construcción más moderna y esta diseñado exclusivamente para familias, cuenta con habitaciones de 60 metros cuadrados, orientadas para hasta cuatro personas o de 100 metros cuadrados para 6 personas, todas tienen cocina, salón y terraza orientada a la piscina/spa semi cubierto y zona infantil.
Nosotros el primer año que fuimos, aun no estaba Jorge y Lucia tendría unos dos años, nos alojamos en una de las habitaciones del edificio principal. Daba gusto levantarte y ver la costa gallega con ese azul en sus aguas y cielo que hacen contraste con el verde intenso de sus montañas.
Como disfruté en esa piscina de agua transparente y un poco fresquita aquellos mediodías mientras Lucia dormía y Manu leia el periódico en la terraza de la habitación… que relax y que ignorancia de lo que vendría tan solo unos meses después jejejeje.
Los tres años siguientes (veréis que he repetido.. por algo será) ya contratamos una habitación familiar, Jorge era pequeño y la idea de cenar con mi marido una noche de verano me fascinaba, incluso en dos ocasiones contamos con la inestimable visita de los “tíos” de la criaturas, que nos deleitaron con hechos tan importantes como prometerse en esos días…
Hemos disfrutado todos como enanos, grandes y pequeños…
Nos hemos tirado por el elefante tobogán, o hemos jugado al ajedrez desde el agua.
Nos hemos relajado en el jacuzzi mientras los enanos tomaban un helado tras otros tumbados en las hamacas del chill out.
Hemos intentado arreglar el mundo con una cerveza mientras los enanos dormían la siesta…
Nos hemos bronceado bajo el sol sin pasar calor y hemos cenado bajo las estrellas… …… en fin, ¡HEMOS DISFRUTADO!
Si tengo que resumir nuestra experiencia en poca palabras, además del párrafo anterior, diría que ha sido una experiencia fantástica, de la que no tengo queja de casi nada de este hotel, ubicación perfecta, instalaciones envidiables, trato del personal exquisito…. Pero como todo en este mundo se puede mejorar y si tengo que decir algo menos positivo del “Augusta Spa Resort”, diría que la carta es un poco escasa y que no les vendría mal añadir un par de platos más. 😦
En resumen.. ¿Qué más se puede pedir? Tierra fantástica, clima perfecto, alojamiento ideal para nosotros….. ¿repetiremos? Seguro que si, Lucia y Jorge ya echan de menos a Willy el cerdito… 🙂
P.D gracias María y Javi, aún sin conocernos en esos momentos, ya nos dabais ideas fantásticas!, la próxima vez todos juntos!!!!! 🙂
Jolinessss, siempre me sacas los colores, solo espero que algún año podamos disfrutarlo juntossssss,un besazo guapa
Anda, anda, anda…. Al cesar lo que es del César ! Cuando consigamos cuadrar agendas todos, nos vamos para allí!!!!! Besos familia! 😊