By María.
Pues tal como Marta nos había apuntado, el pasado 31 de mayo se celebraba en el Castillo de los Mendoza en Manzanares el Real, un torneo medieval. Así que mi familia y yo allá nos fuimos el sábado por la mañanita. No se a quien le hacía más ilusión, si a Nacho mi marido, o a los peques…. ja,ja… y es que os apunto que Nacho es un apasionado de la historia, sobretodo de las legiones romanas, pero aquí también encontraría batalla!!.
No voy a contaros mucho de la historia del Castillo de Manzanares el Real, porque anteriormente os lo detalló Marta en su entrada del 24/junio/2013 Ha del Castillo!, y también en el de la visita teatralizada que hice al mismo con mi familia. Así que hoy directos al grano.
Llegamos tempranito, el castillo estaba engalanado con banderas, banderines y estandartes para la ocasión. En la parte delantera del castillo nos topamos con el campamento, mientras que en la trasera estaba situado el palenque (lugar destinado para celebrar el torneo).
A las 11.30h, según la programación, sonarían las trompetas para la apertura del campamento…. nosotros no las oímos, pero bueno. En el campamento encontramos una serie de tiendas habitadas algunas por escuderos y otras por caballeros.
En distintos puntos, pudimos observar una colección de armas, cascos y escudos de la época. Como veis en las fotos, Nacho hizo algo más que observar, estaba en su salsa. Le quedaban bien, verdad?
En una de las pequeñas carpas, a modo de «ludoteca», colocaron distintos juguetes y juegos para distraer a los más pequeños: un pequeño castillo, unos caballitos de maderas, unos extraños «correpasillos» que a mí me parecían más para preparar la tierra para su trabajo,… je,je… un Tres en Raya gigante, pequeños escudos, y alguna cosilla más que podíamos encontrar en algún cajón que por allí había.
Los escuderos y soldados del campamento, hicieron una llamada a todos los niños que allí se encontraban, para que se hicieran con una lanza, así los pusieron a formar y al golpe del 1,2,3,4… esta simpática compañía desfiló por todo el lugar, eso sí, con una nube de padres alrededor haciendo fotografías, menos mal que a los míos no les va eso de desfilar… ja,ja,ja..
A Dña. Gabriela y D.Alejandro, les llamó más la atención el tiro con arco, y allí les dieron instrucciones de como coger el arco y lanzar la flecha. Ella con más fortuna que él, pero los dos pusieron mucha atención y voluntad.
En otra pequeña carpa encontramos una mesa, donde posteriormente comerían los soldados y caballeros, pero Alejandro y Nacho no pudieron resistirse a un chinchín. Al lado, preparada estaba la leña y la perola, que más bien parecía el «cubo de la bruja» como le llamó Gabriela, que fue a investigar y dentro había «sapos y culebras»…. por si acaso….
Atados a un árbol, nos encontramos a dos caballos negros preciosos. Alejandro, que hacía un par de días había visitado una granja con el colegio y había montado en, según él, un caballo llamado pony (dejemos la cosa en pony), tuve que explicarle que en este caballo no podía montar, para disgusto de él. Se conformó con darle un poco de paja que allí encontró. Estos caballos, serían los que luego vimos en el torneo.
Y al palenque nos fuimos de los primeros para coger buen sitio. Estaba delimitado con una especie de valla de madera, los adultos verían el torneo tras ella, mientras que a los niños les dejaban entran dentro para que así pudiesen ver el espectáculo sin problema. En el caso de los más pequeños, éstos podían entrar con un adulto (por si se asustaban con los caballos).
Empezaron con una exhibición de cetrería, pudimos apreciar el vuelo de un búho indio, similar al búho real ibérico, un águila de harris, un halcón y una lechuza…. Alex y Gabriela muy pendientes de estas majestuosas aves, por si les sobrevolaban la cabeza. El maestro cetrero resultó ser un conocido, ya que se trataba de la misma persona que suele venir cuando montan el mercadillo medieval en el barrio de Las Tablas, al que no solemos faltar.
Una vez terminado, al toque de trompetas, hizo su elegante entrada el Conde del Castillo de Manzanares el Real, seguido por sus vasallos portando enormes banderas. Él sería en anfitrión del torneo que iba a dar comienzo. El Conde, presentó a los dos caballeros que iban a competir. Por un lado Don Cristiano de Almansa (caballero azul), y por el otro, Don Luis de Olmedo (caballero negro). El Conde nos explicó que el palenque estaba dividido en dos colores, a su derecha negro y a su izquierda azul, así animaríamos al caballero correspondiente al lugar que ocupábamos. Nosotros: azul.
Don Cristiano, resultó ser caballero de elegante porte, al más puro estilo del príncipe azul de cualquier cuento, de hecho, le salieron muchas admiradoras.
Don Luis,…. Don Luis tenía una pinta de malo malote que echaba para atrás. Sin un pelo de tonto y con su perilla bien cuidada, pero oye, que tenía su puntito interesante… ja,ja,ja.
En cuando nuestro caballero azul hizo su entrada en el palenque al galope de su corcel, empezamos a vitorearle,.. «viva, viva.. viva don Cristiano!!!»…. y por supuesto, en cuanto salió el caballero negro, el abucheo de mis peques fue un estrepitoso «buuuuuhhhhhh…..» Así, nos metimos de pleno en el torneo, el cual constaba de varias pruebas:
1ª Con lanza en mano, y al galope, debían dar en el escudo que llevaba un muñeco de madera giratorio.
2ª De nuevo al galope, debía hacer diana con una pequeña lanza, a modo de jabalina.
3ª Siempre al galope, cruzaron un arco con antorchas encendidas, para luego con una larga lanza ensartar unas pequeñas anillas con cintas de colores que colgaban de otro arco de madera.
En estas primeras pruebas, comprobamos los tramposo que era el caballero negro. Su escudero, en un descuido del conde, le plantó un montón de anillas en su lanza. Gabriela me decía: «mamá, menos mal que nos hemos colocado en el lado azul!» Y es que, tanto Gabriela como Alejandro no perdían detalle de todo lo que estaban presenciando, ojitos como platos me tenían los dos. Hubo un momento, cuando Gabriela estaba abucheando a Don Luis, que éste acercó su caballo hacia ella y le puso esa cara de malote…. menudo salto hacia atrás pegó mi hija…. ja, ja, ja. Alejandro ni se inmutó.
Dimos paso a la 4ª prueba, no sin antes gritar la parte azul «tramposo caballero negrooo!!!»…. «tongoooo, tongoooo….» Para esta nueva prueba, ambos caballeros pidieron a sus escuderos que les trajesen sus cascos, grandes escudos y largas lanzas. Una vez preparados, saliendo uno de un extremo y el otro de otro, al galope en sus monturas, en cuanto se cruzasen tratarían de derribarse. Pierde el que toque suelo o pierda su arma. Aquí, para euforia de nuestro color, ganó don Cristiano. Que caritas de emoción tenían mis peques, se lo estaban pasando en grande.
Ya en el suelo en caballero negro, pasa a dar lugar la 5ª prueba. Don Luis pide a su escudero una espada, a lo que Don Cristiano corresponde bajando de su montura y haciendo que su escudero le acercase su espada. Daba comienzo una feroz batalla a espada. Alucinando estaban Gabriela y Alejandro, emoción contenida cuando escuchaban el crujir del acero de las espadas al chocar. Don Luis pierde la espada, pero se hace con una maza (asta de madera con una esfera de puntas en un extremo) la cual aporrea sobre el escudo de Don Cristiano…. ay, ay , ay…. Don Cristiano pierde el equilibrio y cae al suelo, Gabriela:»mamá… que perdemos!»…. pero no!, nuestro flamante caballero azul se hace de nuevo con la espada y con un certero golpe hiere de muerte al malo malote…… «hurraaaa, hurraaaaa….. hemos ganado mami!!»…..
El Conde se acerca a Don Cristiano de Almansa y lo proclama justo vencedor del Torneo de Manzanares el Real», mientras escuderos del caballero negro, sacan a éste del palenque en un camastro. Por cierto, menudo traspiés sufrió el actor que daba vida a Don Luis,…. cuando estaba subido al camastro se les resbaló a los «escuderos» y acabó en el suelo… je,je, je…. rápidamente se subió de nuevo y aquí no ha pasado nada!.
Finalizado el torneo, nos fuimos a comer al pueblo, así después nos acercamos a la plaza donde había montado un mercadillo medieval, pero que de medieval tenía más bien poco….. artesanía, productos naturales, mieles de la zona (muy rica por cierto), pero no encontramos ningún puesto donde poder comprarles a los niños una espada de madera, un escudo o un arco, para decepción de nuestros peques.
Marta, Manu, Lucía y Jorge acompañados por los padres de Manu, llegaron por la tarde al Manzanares el Real, no pudieron por la mañana, así que vinieron para ver el torneo de la tarde. Como Gabriela y Alex disfrutaron tanto, y sabiendo que llegaban Lucía y Jorge, nos pidieron un «bis» a lo que no nos negamos. Repetimos!
He de decir que la organización del torneo estuvo mejor por la mañana, no se que es lo que pasó pero así como por la mañana, dentro del palenque solo estaban los niños, por la tarde era una marabumta de adultos y niños, con los cual los peques salieron perjudicados ya que no tenían tan buena visión.
Por supuesto nos colocamos del lado azul, yo veía que Gabriela iba retransmitiendo todo el acontecimiento a Lucía, es como cuando vas a ver una peli con alguien que ya la ha visto, menos mal que a Lucía no le molestaba que Gabriela le adelantase los resultados…. ja, ja, ja…. Jorge y Alejandro, nerviosos y atentos, sentados en el suelo, no perdían detalle.
Nos lo pasamos fenomenal, fue como meternos en una película. Enhorabuena a todos los actores, porque estuvieron muy bien en su papel.
Esta celebración no tiene una fecha fija en el año, según me dijo el camarero que nos atendió en el pueblo. Incluso hay años en que la hacen dos veces. Así que en esto no puedo orientaros, solo decir, que en cuando nos enteremos, os avisamos por Facebook, como hicimos en esta ocasión. Por cierto, alguno de vosotros se animó a ir???.