By María.
Seguimos en Gran Canaria. Los primeros días mucha playa, mucha piscina…. pero mis hijos enseguida comenzaron con la temida pregunta: «a dónde vamos?, que nos has preparado?», creo que es su pregunta preferida y a la cual una ya tiene que estar preparada de antemano.
Yo ya había hecho mis deberes y tenía un listado de «posibles». En esta ocasión, dejamos que eligiera Alejandro, visita a COCODRILO PARK!.
Este parque zoológico es el hogar de muchos animales sustraídos o simplemente encontrados por el Seprona en su día (Servicio de Protección de la Naturaleza) y de particulares que no sabían los riesgos que tenían sus mascotas al convertirse en adultas.
La historia de este parque se podría decir que comenzó cuando la familia Balser solicitó tomar el cuidado de algunos cocodrilos; ahora alberga la mayor exposición de cocodrilos que hay en Europa, más de 500, y es de índole privado. Con nuestra visita colaboramos para que estos animales tengan comida, asistencia veterinaria y un techo.
COCODRILO PARK está situado en Agüimes, concretamente sobre la carretera GC-104 en los Corralitos. Una muy sinuosa carretera, como la mayoría de las que hay en la isla en cuanto dejamos las principales.
He de decir que Gabriela tenía sus preocupaciones sobre los cocodrilos, no son precisamente los reptiles más simpáticos… je,je… «mami, no estarán sueltos por el parque?», «no!, claro que no!»… vamos, que si estuviesen sueltos a mi también me daban los siete males…. ja, ja.ja…
Pero a parte de cocodrilos de diferentes especies, también pudimos ver otros animales exóticos tales como: loros, papagallos, cerdos vietnamitas, tigres de bengala, enormes tortugas terrestres, algunos familiares de los monos….
Aunque sin duda alguna, el plato fuerte es el show con los cocodrilos, impactante ver el tamaño de un cocodrilo del Nilo a los pies de una persona.
Lo primero que nos dijeron es que no se trata de un show circense, es simplemente el acercarnos al modo de vida de estos reptiles, como viven, como se reproducen, la territorialidad que poseen, como se reproducen, como se alimentan….
Sentados en las gradas, estábamos expectantes a la entrada de dos valientes hombres que entrarían en el recinto de los cocodrilos para mostrarnos como son éstos bichejos.
Había bastantes y parecían como aletargados, tanto Gabriela como Alejandro no perdían de vista el más mínimo movimiento dentro del recinto… por si acaso tenían que salir corriendo, je, je, je…
Al fin, a la 13:00h vimos como dos hombres se adentraban en las charcas donde en un principio estaban muy tranquilos nuestros amigos los cocodrilos. Los dos hombres estaban provistos de unos largos palos de madera, con los que hacían que los «cocos» se moviesen, cabreando a alguno de ellos, lanzando tremendos bocados hacia el palo, y el ruido del «crash» que hacían sus mandíbulas al cerrarse retumbaba por toda la grada. Una cosa es que lo cuente, otra es verlo en directo.
Los niños tenían los ojos como platos, admirando el valor de estos hombres. De vez en cuando sentía como se aferraban a mis brazos o piernas, sintiendo la presión de sus pequeñas manos cuando escuchaban el sonido que emitían las fauces de los cocodrilos al cerrarse.
Vimos como se movían en tierra, en el agua, como engullían el alimento que les ofrecían (trozos de carne de cerdo), el lugar donde habían puesto huevos…
Al término del show, como somos muy preguntones, pudimos conversar con el locutor -«entrenador» … vamos uno de los que había entrado con el palo!…. resultó ser uno de los dueños del parque. Le felicitamos por su valor, eso lo primero!. Nos mostró unas cuantas cicatrices, y es que manejar estos cocodrilos no es una broma, es un trabajo peligroso. Nos indicó que tienen una escalerita camuflada por si necesitaban salir corriendo del hábitat, y más de una vez la han usado y con mucha prisa. Aunque parezca que estos grandes animales puedan ser lentos y aletargados en sus movimientos, nada más lejos de la realidad!.
Tuvimos la ocasión de fotografiarnos con una cría de cocodrilo, Gabriela y yo… Alejandro, después de ver el show ya no tenía tan claro el acercarse a ellos. También pudimos ver algunos huevos de una de las puestas y algún cocodrilo bebé. A Gabriela le llamó la atención los pedazo ojos que tienen cuando son «bebés»´, dos enormes bolas encima del cogote (de adultos: no tan grandes y muy separados).
Llegado a este punto, nuestras barrigas comenzaban a demandar comida, así que nos acercamos raudos y veloces al snack-bar del parque a degustar unos perritos calientes y unos refrescos.
Aquí los niños pueden tienen la opción de celebrar una original fiesta de cumpleaños. El snack-bar está provisto de un pequeño escenario y ludoteca infantil. Que suerte para los peques canarios!!
Saciado nuestro apetito, proseguimos nuestra visita al parque y seguimos haciendo amigos, en esta ocasión una gran tortuga terrestre que campaba a sus anchas por el lugar.
Si tenéis ocasión de visitar el parque no lo dudéis, pasareis un rato agradable….
Podéis encontrar más información en la web: http://www.cocodriloparkzoo.com, ah! y si no disponéis de coche en la isla, disponen de un servicio de autobús por la isla.