By María.
En esta ocasión os voy a hablar de una ruta que hicimos por la zona centro de Gran Canaria.
Gracias a nuestro buen amigo Carlos Gómez, el cual nos hizo de guía, descubrimos este maravilloso enclave de la isla: Cruz de Tejeda.
A parte de dar nombre a un encantador pueblecito, se trata de una cruz tallada en piedra (que personalmente me recuerdan a los típicos «cruceiros» de mi tierra gallega). Esta cruz está situada en puerto de montaña, a 1580 metros sobre el nivel del mar y marca el centro geográfico de Gran Canaria.
He de decir que las carreteras no son muy buenas en cuanto se refiere a curvas, sobretodo si tienes niños que se marean con ellas; eso sí, paraíso para los motoristas….. verdad, Carlos??… Así que en mi caso, nos vimos obligados a realizar alguna que otra paradita técnica: «mamá, me mareo…., mami, estoy cansada y me duele la cabeza»…pero no nos importó mucho el pequeño esfuerzo porque el paisaje era realmente precioso.
Una vez que llegamos a lo alto de Cruz de Tejeda, lo primero que vemos al lado de la cruz propiamente dicha, es un Parador Nacional, que fue construido en 1937 y reformado no hace mucho.
Encontramos un precioso mirador, algunas tiendas de souvenirs al lado de la carretera, en las que me volví loca degustando un sinfín de productos gastronómicos de la zona. Entre la señora que quería que probásemos de todo y Carlos indicándome lo que seguramente más me gustaría, creo que cogí 1 kilo más… ja,ja,ja… Mis peques, devoradores de queso, probaron cuantos había. Al final nos hicimos con un queso de cabra curado, unos chorizos de Teror (un chorizo que se unta en pan, y está de vicio)… No me llevé más porque una tiene que cuidarse un poco, y los canarios son muy dulzones!… Ah, y también me hice con una preciosa manteleria con bordado a mano, también muy típico canario.
Al lado de estas tiendas, un señor que tenía un burrito se dedicaba a dar paseos a los niños, pero en esta ocasión mis peques no se animaron, estaban entregados a otros menesteres…. (el queso!).
La temperatura aquí arriba era más bien fresquita, como 12 grados menos que en la playa, fue el único día que nos pusimos chaquetas. En Canarias, si quieres calor: tienes calor, si quieres frío: tienes frío… no se puede pedir más.
Dimos un bonito paseo con los niños, y es que la zona está plagada de rutas de senderismo y muchos caminantes. Entre estos senderos, podemos encontrar caminos antiguos usados antaño por los aborígenes para recorrer el centro de la isla.
Encontramos gallos y gallinas campando a sus anchas por allí (vete tú a saber donde ponen sus huevos… je,je,je) y Alex no estuvo contento hasta que nos acercamos a su vera.
Disfrutamos de unas vistas espectaculares, las nubes se encontraban por debajo de nuestra posición en algunos tramos, un «mar de nubes» decían los niños. Y sorpresa, divisamos el Teide!!… sí, sí… resulta que el Teide (en Tenerife) se puede divisar desde cualquiera de las islas canarias (si la meteorología lo permite).
A parte de senderistas, no es raro encontrar a expertos escaladores, hay numerosos picos de origen volcánico por la zona. El más importante de ellos es «Roque Nublo», símbolo y emblema de Gran Canaria, que elevándose 80 metros sobre su base y a 1813 metros sobre el nivel del mar, es uno de los mayores roques del mundo. En la antigüedad fue utilizado como lugar de culto aborigen. En 1987 fue declarado Espacio Natural y en 1994 Parque Rural.
A poca distancia de «Roque Nublo», está «El Fraile», otra formación rocosa que parece inclinarse hacia abajo, como una especie de hábito capuchino o monje rezando, de ahí su nombre.
Entre «El Fraile» y «Roque Nublo»: «La Rana»…. ya os hacéis a la idea de donde viene su nombre. Esto les pareció muy divertido a los niños, que una vez montados en el coche, encontraban semejanzas y daban nombre a todo montículo rocosa que veían. Buen ejercicio para dar rienda suelta a la imaginación.
Con tanto roque, tanto paseo…. que hambre!!… y con un Parador como el de «La Cruz de Tejeda», no teníamos perdón de no degustar una estupenda comida allí (en este punto me acordé de tí, Marta, la adicta a los paradores… je,je,je)
Nota: el «Parador Nacional la Cruz de Tejeda» es el sitio ideal para hacer una escapadita romántica los que podáis. Sitio precioso donde los haya y con un maravilloso spa. No se, pero en invierno, al lado de una chimenea, con una mantita, velas…. Ahí lo dejo.
Con los buches llenos regresamos al coche. Los niños en tres dos uno, se dejaron caer en los brazos de Morfeo. Seguimos la carretera hasta llegar a Puerto de Mogán (del que ya os he hablado en post anterior).
Para mi resultó increíble ver el cambio total y drástico de paisaje con solo tomar una curva. Pasas de ver zonas rocosas y más bien secas, a encontrarte con un auténtico vergel a vuelta de esquina.
Gracias amigo Carlos por tan estupenda excursión para todos nuestros sentidos.
Una vez más, Canarias no solo es playa, día a día me fui enamorando de estas tierras.