Post by María.
Con el estupendo día soleado que hizo el pasado domingo, decidimos coger el coche y visitar algún pueblecillo de los alrededores de Madrid. Escogimos Talamanca de Jarama, situado al noroeste de la Comunidad de Madrid, a 45 Km de la capital, llegando a él por al A1, tomando el desvío de la M-100 dirección Algete, en la segunda rotonda se toma la M-111 (Fuente el Saz), para enlazar con la M-103 (Valdetorres-Talamanca).
Se trata de un pueblecillo con mucha historia. Como ciudad romana, se la identifica como Armántica, una de las más importantes de la zona central de la provincia romana Cartaginense. La huella más importante dejada aquí por nuestros amigos los romanos, es el «Puente Viejo», emblema de Talamanca, lugar de tránsito en las rutas que unían la Meseta Norte con Toledo por Somosierra.
Por aquí también dejaron huella los visigodos, encontrando su firma en piedras labradas empotradas en las murallas, iglesia, fachada de alguna casa en los cimientos de edificaciones posteriores.
Talamanca fue fundada allá por el año 852 , por el emir de Córdoba Muhammad I, fundador de Madrid, pasando a ser una de las ciudades centinelas destinadas a proteger la Ruta del «Xarama» de las actividades guerreras de Ordoño I, rey de Asturias. Durante el siglo X y mitad del XI tuvo lugar el gran esplendor musulmán, como centro militar vital para la defensa de la Vega del Tajo y como centro cultural. Después, con la decadencia del Califato, sumada a la presión castellana, marca su declive. En 1062 fue destruida por Fernando I en su incursión por el reino de Toledo.
Ya veis que este pueblecito tiene una intensa historia a sus espaldas.
Como llegamos allí a mediodía, lo primero que hicimos fue buscar un sitio para comer, escogimos «Casa Plácido», ya que al pasar a su lado vimos que había bastante gente y coches aparcados, así que pensamos que se podría comer bien. Y como acertamos!…. je, je, je. Este restaurante tiene una amplia terraza y un parque infantil cerrado, con los cual los peques estarían entretenidos mientras llegaba la comida, y nosotros tomarnos luego el café tranquilos. Comimos en la terraza, al solecito (yo hasta creo que cogí algo de color en la cara!), se estaba muy bien, parecíamos lagartijas cargando pilas. Nuestra camarera nos recomendó la carne a la piedra…. por favor, si vais: pedirla!!…. que cosa más rica y tierna…. uummmm. Nos pusimos las botas!.
Después de tanto comer, había que bajar la comida, así que dejamos el coche al lado de la iglesia y nos dimos un paseo por sus callejuelas. Los niños disfrutaban subiéndose a todo lo que podían: una fuente, el culo de un árbol,… Les explicamos, que hace muchos años, muchísimos, por ahí pasearon los romanos de los libros de papá (creo que ya os he comentado en alguna ocasión que mi marido es un apasionado de la historia romana), y que este pueblo aún se conservaba un puente que construyeron sobre el río Jarama. Vamos a verlo!
Cogimos de nuevo el coche y nos dirigimos al área recreativa, donde se encuentra el puente. Un sitio precioso!. Se encuentra en una gran alameda, en este momento con sus árboles desnudos, y el suelo un auténtico colchón de hojas caídas. Aquí nos encontramos con una gran área recreativa, con numerosos bancos y mesas donde poder merendar o comer. Hay zonas de columpios y toboganes, un para de chiringitos,… vamos, que hemos tomando buena nota de este lugar para volver y hacer un picnic con los niños.
Hay diversos senderos por los que podemos caminar. La verdad es que disfrutamos toda la familia de un estupendo paseo, escuchando los sonidos de la naturaleza, hasta que de repente: bbbrrrrrrrr….. Gabriela divisó entre la arboleda un parapente con motor…
Caminamos al lado del río, los niños se hicieron con unos palos y se divirtieron jugando a ver quién pinchaba más hojas con ellos…. lo pasaron muy bien en un entorno maravilloso.
Si os apetece, tenéis la opción de concertar una visita guiada por el pueblo. Para ello visitar la web: http://www.talamanca.
Volvimos al coche, y de camino a Madrid, se nos ocurrió parar en Torrelaguna, otro pueblo encantador. Situado en el Valle Medio del Jarama, ha permitido el asentamiento de pobladores en estas tierras desde la prehistoria. Fundada por los romanos, su época de esplendor tuvo lugar con el Cardenal Cisneros, con la construcción de la Iglesia de Santa María Magdalena y el asentamiento de algunas familias nobles como los Bernaldo de Quirós. En 1808 con la Guerra de la Independencia, sufrió importantes destrozos por parte de las tropas francesas. A mediados del XIX, comenzó a recuperar dinamismo con la construcción del Canal de Isabel II, y aunque la Guerra Civil también causó grandes destrozos, Torrelaguna, fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1973 y está viviendo un nuevo momento de desarrollo y expansión.
Ya anocheciendo, y caminando por sus calles peatonales, paramos en una pastelería y degustamos un rico bizcocho de yema. Dentro del local, nos llamó la atención un cartel que allí colgaba…
De vuelta al coche y con los peques cansados , nos dirigimos de vuelta a casa. Baños, cena y a la cama. Hasta la próxima expedición!