Post by María.
Uno de esos fines de semana que no teníamos plan definido y los niños demandaban hacer alguna actividad, así, sobre la marcha, decidimos hacer una merienda-cena de picnic.
Lugar elegido: Corredor Ambiental del Río Manzanares en el Monte de El Pardo.
No había tiempo a mucho, por lo que Nacho se acercó al supermercado a coger unas bebidas, unos choricitos, una tortilla y unas croquetas…. Calentamos en el micro, metimos en termos, subimos bicis al coche y en marcha!.
El Corredor Ambiental del Río Manzanares discurre a lo largo del tramo medio del río y tiene un recorrido aproximado de 10 km., desde el complejo deportivo de Somontes hasta Mingorrubio. Ideal para llevar las bicicletas o simplemente dar un paseo agradable.
Este corredor cumple importantes funciones ecológicas como refugio para la fauna acuática y como unión entre espacios naturales del norte y noroeste de la ciudad de Madrid.
Se puede visitar durante todo el año, pero para mí, lo mejor: la primavera y el otoño.
No fue nuestro caso, pero con un poco de suerte, se pueden ver ciervos, sobretodo escucharlos en la época de apareamiento en otoño, la berrea, donde sus roncos bramidos resuenan por todo el monte. También nos podemos encontrar con algún que otro jabalí.
No hace mucho que estuvimos por la zona haciendo una gymkhana de orientación, de la cual hice post; y como bien sabéis, lo que encontramos nosotros fue una culebra!…. toda una aventura para nuestros peques.
Al llegar, aparcamos el coche en la zona habilitada a tal efecto, por cierto, zona techada, que eso de dejar el coche a la sombra se agradece mucho. Los niños sacaron las bicis, nos dirigimos a la senda que discurre al lado del río y a pedalear se ha dicho!…
Nacho y yo seguíamos a pie al los peques, y con tranquilidad, sin riesgos para los niños, los cuales cuando nos sacaban mucha ventaja se paraban a esperarnos contemplando el paisaje.
En una de esas “escalas”, divisaron un cisne a orillas del río, nos acercamos a él hasta que se cansó de nosotros y se volvió a meter en el agua para alejarse.
En nuestro recorrido nos encontramos zonas de merenderos, un pequeño parque infantil, una fuente de agua potable (o ducha, porque Alex en lugar de beber, se duchó…. ainsss). Pasamos también bajo una linea de ferrocarril, que justo en ese momento pasó sobre nuestras cabezas un tren.
Naturalmente, todo el recorrido de esta senda no lo hicimos, nuestros hijos no son lo que se dice unos expertos con la bici, así que cuando vimos que comenzaban a cansarse, dimos vuelta atrás rumbo al coche para sacar nuestra merienda-cena.
Este regreso lo hicieron más a pie que sobre la bici, así se dedicaron más a observa el duro trabajo de las hormiguitas, salvar un grillo de ser atropellado por las bicicletas, o subirse a todo árbol que se les ponía al alcance, y si no, ya se encargaba Nacho de ayudarles a subirse.
Ya en el coche, dejaron las bicicletas y cogimos nuestros “cachibaches” para el picnic. En lugar de dirigirnos a los merenderos, decidimos comer pegaditos al río. Estiramos unas alfombras que ya tenemos para estas ocasiones, y allí a la vera del agua disfrutamos de nuestros manjares. Después de tanto pedal, había hambre.
Tanto a Gabriela como a Alejandro, con las picaduras de bichos se les ponen tremendos avones, antes de salir de casa les puse repelente de insectos. Pero es igual de recomendable que lo hagáis, daros cuenta que al lado del río siempre hay mosquitos.
En cuanto acabaron de comer, me dejaron a mi recogiendo y ellos se fueron a “explorar” el margen del río. Después me uní a ellos, porque no tenía muy claro yo que no acabasen de cabeza en el agua…. je,je,je….
Bueno es llevar siempre ropa de cambio, porque en el río no, pero ya os dije que Alex, intentando beber de la fuente, acabó duchándose!…
Un picnic con los niños siempre es un buen plan. A mis hijos, supongo que al igual que el 99% de los niños, les encantan todo lo que hagamos al aire libre en espacios naturales. Es una buena manera de que los niños hagan ejercicio, desarrollen habilidades, se diviertan, tengan más apetito, corran y jueguen con toda libertad, y que al llegar la noche caigan rendidos en sus camas!… vamos, que todo son ventajas muy saludables.