Post by María.
El pasado fin de semana, aprovechando el buen tiempo aún, decidimos ir a visitar El Castañar de El Tiemblo (Ávila).
Fue un poco aquello de levantarnos, ver el Sol entrar por la ventana y decir: vamos a hacer una excursión con los peques!.
El Tiemblo está situado sobre la vertiente septentrional de la Sierra de Gredos, a 45 Km de Ávila y a 82 Km de Madrid.
En este lugar hay múltiples puntos de interés a visitar: el Pantano del Burguillo, los Toros de Guisando, el Pozo de la Nieve, la Presa del Cura…. Pero dado que salimos tan tarde de casa y a las 18:00h ya va oscureciendo en esta época del año, decidimos dar un paseo por los senderos de El Castañar,
Lo dicho, para cuando llegamos al pueblo, eran ya las dos de la tarde (encontramos mucho tráfico por la carretera de los pantanos, a todo el mundo se le dio por salir ese día… ainssss); así que buscamos un sitio para comer…. “mami, barbacoa!” decía Gabriela. Pues ya que estamos en Ávila, unas chuletitas de cordero en la barbacoa sonaba muy bien.
Entramos en un asador, atraídos por su nombre “Asador Al Andalus” , y su olor a barbacoa….. Maldita la hora. De la comida no voy a decir nada malo, porque la verdad, todo lo que pedimos estaba bien…. El problema es que entramos a las 2 de la tarde y salimos a las 4…. Nefasto servicio, horrorosa las esperas para tomar un plato de sopa y unas chuletitas de cordero y secreto ibérico a la barbacoa. Yo no se si tuvieron que ir al monte a buscar la leña, o qué. El personal que allí atendía, no guardaban un orden en las comandas, plato que salía (cuando salía) allí lo entregaban a la mesa que fuese, con lo cual en nuestro caso fuimos comiendo a cuenta gotas…. Los niños muerticos de hambre a esa hora. En fin, no se como aguantamos lo que aguantamos.
Recomendación: NO COMER EN EL ASADOR ALANDALUS de El Tiemblo, a no ser que tengáis más paciencia que el Santo Job. En serio, tuve que levantarme tres veces de la mesa a protestar, vamos, la última entré hasta la cocina!.
Todo esto nos hizo perder horas de luz, y de poder visitar la Presa del Cura. Solo nos dio tiempo a dar un paseo por El Castañar.
Os puedo decir que El Castañar, es una preciosa excursión para hacer ahora en otoño, imaginaros rodeados de cientos de castaños, vestidos de colores oro, bronce, magentas…. un espectáculo visual (y eso que gracias a nuestro amigos del Asador, ya no teníamos demasiada luz). Es un pequeño bosque situado en las laderas de la Reserva del Valle de Iruelas.
Bueno, pues al Castañar se accede por una pista de tierra de unos 9 km (ojo si vais un día después de lluvias, el terreno se convierte en barrizal) y que está señalizada desde el comienzo del pueblo. Para acceder, hay que pagar por persona y por coche (6 € coche y 2 € por persona, los niños no pagan).
Una vez llegamos arriba, hay diferentes estacionamientos para los coches y zonas recreativas con barbacoa. Ese día estaba hasta arriba de gente!, nos fue difícil encontrar un sitio para dejar el coche…. una vez más nos acordamos del tiempo perdido en el Asador….. gggrrrrrrr……
Aparcamos!…. y ya a pie, dimos un precioso paseo con los niños por uno de los senderos, concretamente el que lleva hasta “El abuelo”.
Los niños se agenciaron sendos bastones para ayudarse en el camino, si te salías del sendero, podíamos caminar sobre un gran manto de hojas caídas por el otoño. Mucha gente aún encontraba castañas, pero había que rebuscar mucho entre las hojas, ya que estaban caídas de hacía ya tiempo, con lo cual la probabilidad que que tuvieran bicho aumentaba exponencialmente. Pero bueno, al menos los niños vieron los “erizos” (envoltorio con púas donde se encuentran las castañas) y rebuscaron para encontrar alguna castaña!….
Por esta ruta, la que va hacia “El abuelo”, nos topamos con el refugio de Majalavilla, que está perfectamente conservado y que tiene unos grafitis en su interior, realmente chulos….. aunque con la poca luz que ya teníamos, tuve que encender la luz del teléfono para ver algo. Los peques alucinaron con los dibujos sobre la naturaleza que allí vieron.
A la entrada del refugio, vimos un montón de ramas apiladas, a la vuelta de nuestro paseo dimos con la respuesta al montón de ramas: una familia muy aventurera iba a pasar la noche allí, las ramas eran para la fogata que preparaban para permanecer calentitos!…. Claro, mis hijos al ver esto…. “mami, papi,…. otro día venimos y dormimos aquí?”…… Ja, ja…. yo se que no!, no por mi, pero se como son los ruidos de la noche en un bosque,…. se iban a cagar!!!…. Pero admito cierta envidia por esa familia, tiene que molar un montón!!!!
Y caminando, caminando….. y Alex buscando a David el Gnomo por el bosque…. llegamos hasta “El abuelo”. ¿Quién es el abuelo?, pues es la estrella indiscutible del Castañar. Se trata de un castaño centenario, conocido cariñosamente por “El abuelo”. Se estima que tiene aproximadamente 525 años, y 5 siglos no pasan en balde….
Los pastores solían guarecerse de las tormentas hasta hace relativamente poco tiempo, dentro de su enorme tronco hueco y parece que alguien prendió fuego cerca de él y está un poco chamuscado. Aún así, sigue resultando imponente y sus “hijos” crecen con fuerza a su alrededor.
Alejandro decía que David en Gnomo seguro tenía su casa en algún recoveco del Abuelo. Estar a su amparo, de verdad impresiona. Es majestuoso, a la vez que un tanto fantasmagórico. Verlo en plena noche y a la luz de la luna…. cuando tenemos una imaginación prodigiosa, es para dar rienda suelta a grandes historias de miedo….. je, je…. Menos mal, que aún teníamos algo de luz del día.
Ya oscurece…..
Y este fue nuestro periplo de un sábado con sol de otoño….