Siempre he sido una persona sensible, de esas que es capaz de soltar unas cuantas lagrimitas por una película en la que la cosa no acaba como yo esperaba o cuando alguien sorprende a otra en un programa de televisión, de esas que siempre se pone en el lugar de otra cuando tiene un problema y que lo vive casi como si fuera a mi a quien le pasa. Las personas que me conocen siempre me “acusan” de ser demasiado empática y yo nunca lo he visto tan exagerado, pero ahora que soy madre tengo que reconocer (si… lo reconozco aquí y en bajito, que nadie de los que ellos saben se enteren 😉 ) que esta “empatía” ha aumentado y sobre todo si la cosa va con niños.
De sobra sabéis que nuestra principal característica es que nunca contamos nada sin haberlo probado antes. Gracias a dios la mayoría de nuestras entradas son sobre actividades divertidas, que imaginar no nos cuesta nada contar, pero ya llevamos muchos meses juntos, ya os sentimos como amigos y a los amigos se les cuenta las cosas bonitas y las que no lo son tanto….
Mi entrada de esta semana iba a ser sobre “el museo del traje” un plan divertido y súper educativo para los enanos, pero desde que me enteré de la terrible noticia de la muerte de Diego mi corazón se paró en seco pensando que este hecho tan terrible es una lotería, que le puede pasar a cualquiera, una pesadilla que la gente ve lejos de los suyos y que desgraciadamente está mucho más cerca de lo que podemos imaginar.
Afortunadamente el caso en el que me voy a basar y el que en cierta manera nos tocó vivir de cerca no se puede llegar a comparar con el de Diego por la consecuencias tan dramáticas que tuvo éste ultimo, pero creo que contándolo podemos conseguir ayudar a detectar esas señales de alarma a algún padre que pueda llegar a encontrarse en una situación similar.
Aclaración IMPORTANTE de mamá: Antes de seguir escribiendo ninguna palabra más quiero dejar claro que no soy ninguna experta en la materia, que NO intento NI quiero dar lecciones sobre este tema o ninguno. Simplemente soy una madre que adora a sus hijos, que preocupada por el mundo en el viven ha investigado un poco, ha hablado con unos o con otros y que con lo que ha aprendido intenta aportar su granito de arena a buscar un rayito de luz en este tunel tan largo y oscuro.
Desde hace unos años el “bulling” se ha convertido en uno de los más graves problemas que hay en la vida escolar de nuestros hijos, una triste moda de la que cada vez se detectan más casos en los colegios y que llevan a muchos niños/as a una situación de verdadero terror.
He buscado esta terrible palabra en nuestro diccionario y no la he encontrado, he tenido que tirar de Internet para ver que es un anglicismo que se refiere a cualquier forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce de una manera reiterada en el tiempo entre escolares.
Me he quedado alucinada de la cantidad de tipos que hay …..
El verbal que va desde un mote, el rumor falso, el insulto, los mensajes telefónicos o la humillación en publico. Un acoso que solo deja huella en la victima y que a los padres más nos cuesta descubrir.
El social que consiste en la exclusión y el aislamiento de la victima.
El psicológico a través de amenazas para que con ese miedo el acosador consiga que la victima haga cosas que no quiere o no debe hacer.
El físico… prefiero no describirlo, todos podemos imaginar cual es.
Cada vez es más común leer en los medios de comunicación que un niño ha sufrido acoso en el colegio, pero creo que no me equivoco si digo que todos pensamos que ese tipo de cosas no le van a pasar a los nuestros. Muchos nos auto convencemos pensando que esto solo ocurren en ciertos estratos sociales, pero no es cierto, el «bulling» es una maldición que ocurre en cualquier parte, en el barrio más humilde de una gran ciudad hasta en el colegio más elitista de la capital.
Si tiramos de estadísticas vemos que en España se calcula que aproximadamente un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente, sin embargo la mayoría de los padres se dan cuenta cuando el problema ya es grave…. Terrible, ¿no?
Desde que he visto las cifras y he leído un poco sobre el tema he comprendido que cualquier niño puede ser victima de acoso, y para esto no existe ninguna causa en especial.. un día un niño decide que el tuyo va a ser el blanco de sus burlas y el colegio pasa a ser un sitio divertido y seguro a una verdadera pesadilla.
Pero hay que ser justos, el acoso escolar no es una cosa de ahora, esto ha pasado siempre 😦 … ¿Quién no ha visto en su colegio como el grupo de la “guay” se reían de la redondita,? ¿o cuando los niños se metían con la chica que comenzaba a desarrollarse?. La diferencia entre ayer y hoy es la repercusión mediática y social debido a las innumerables publicaciones en la red de grabaciones con los móviles.
Todo esto nos inculca una duda a todos los padres de niños en edad escolar….. ¿Cómo darnos cuenta?
Es cierto que los expertos dicen que no hay unas señales concretas que nos puedan dar a los padres para detectar un caso de «bulling», pero si hay ciertos cambios en sus actitudes que aunque a primera vista nos puedan parecer normales hay que controlar por si no lo son…
Si de repente…….
A un niño que siempre le ha gustado ir al cole….. le cuesta levantarse, se inventa reiteradamente que se encuentra mal y que no puede levantarse, que llega por la tarde muy irritable, o de la noche a la mañana deja de querer ir a esas clases extraescolares que tanto le había costado convencernos. ¡ALERTA!
Un niño que siempre estaba sonriendo comienza a tener constantes cambios de humor… pasa de la risa al llanto en pocos segundos, de la alegría a la ira en un santiamén o incluso comienza a tener ataques de pegar sin razón alguna a la persona que más mimaba hacia unos días. ¡ALERTA!
Cuando aumentan en exceso las peleas con los hermanos o los berrinches, comienzan a haber reacciones desmedidas por situaciones aparentemente inofensivas e incluso fuera de contexto. ¡ALERTA!
Un niño extrovertido y sociable empieza a manifestar un comportamiento pasivo e inhibido, se aísla o se vuelve más distraído y/o asustadizo. ¡ALERTA!
Cuando por una simple conversación, situación o presencia de alguien le altera en exceso. ¡ALERTA!
Cuando de repente cambia sus rutinas dejando de hacer cosas que le gustan o haciendo cosas que antes no hacía, cuando sin motivo alguno se aparta de su grupo de amigos, deja de comer, comienza a tener insomnio continuo o empiezan a demandar compañía al ir o volver del colegio. ¡ALERTA!
Cuando sin motivo alguno empieza a esconder cosas o partes de su cuerpo. ¡ALERTA!
Cuando en el colegio comienza a haber una bajada en su rendimiento académico que tan solo mejora cuando le supervisa un adulto… ¡ALERTA!
A muchos esta lista os puede parecer una tontería, o que estas situaciones se pueden dar por muchas otras razones y tenéis razón, pero como os he dicho antes no existen unas reglas fijas que nos indiquen que un niño este sufriendo acoso, solo os pido que si notáis algún cambio en vuestro peque lo vigiléis por si existe una anomalía, que ésta, no se convierta en un problema.
Os aseguro que cuando esto ocurre…… cuando un niño encantador, que siempre está sonriendo, cariñoso, atento, feliz, tranquilo, sociable, abierto, aplicado… cambia en cuestión de días, la señal de alerta llega enseguida a los sensores de los padres y el instinto de protección se pone en marcha…..
Los padres siempre nos creemos súper héroes, estamos seguros que si a nuestro pequeño le pasara algo así nos vamos a dar cuenta en seguida, pero no siempre va a ser así… por eso nunca esta de más tener a mano algún consejo de los expertos por si el maldito «bulling » llega a casa…..
Si el «bulling» llama a nuestra puerta tenemos que…..
*Sentarnos con el peque y conseguir que confíe en nosotros.
*Convencerle de que él no es el culpable de la situación.
*Hacerle entender que nunca le abandonaremos y que le ayudaremos a salir de ese problema.
*Investigar lo que esta pasando, escucharle y dejarle que se desahogue.
Pero sobre todo ….
Mantener la calma y en ningún caso mostrarle nuestra preocupación, eso queda para nosotros… 😦
Inciso de mamá: Para mi este ultimo punto es el más difícil, cuando nos enteramos de una cosa asi lo primero que se te pasa por la cabeza es ir al colegio y repartir mandobles a todos los que están amargando la existencia a tu peque… pero de esta manera nos pondríamos a su nivel ¿verdad? 😦
Después, ponernos en contacto con el colegio, comunicar lo que nuestro peque nos ha contado y pedir su colaboración en la resolución del problema.
¡OJO! Muchos padres creen que este tipo de cosas las podemos solucionar solos, pero no es así… en este caso es imprescindible que súper papá y súper mamá pidan ayuda al cole. Nosotros siempre podremos hacerles sentir seguros en casa, ayudarles a trabajar para que su auto estima esté alta, pero creedme cuando os digo que sin el cole la pesadilla no acabará del todo.
Hoy en día casi el 100% de los colegios tienen un protocolo contra el «bulling» y juntos es posible que el problema quede en un simple mal sueño. En el caso que conozco la actuación del colegio fue impecable, cuando se le comunicó la situación tardaron tan solo una semana en poner soluciones y en tan solo tres semanas las aguas volvieron a su cauce.
Es cierto que el problema se cogió a tiempo, las señales eran evidentes y tanto en el cole como en casa se habían percatado de que algo no iba bien, por eso solo puedo “Chapeau” a todos…. por la rapidez, por la templanza, por la iniciativa y por los protocolos anti acoso.
Espero que la entrada de esta semana nos os haya resultado inapropiada o inútil y aunque que REPITO que no soy ninguna experta en el tema… confío en que mis palabras al menos os sirvan para conocer un poco más este fenómeno y entender que tiene solución si se pilla a tiempo.
Bs
Totalmente de acuerdo contigo, perfectamente expuesto y comentado. Bsts