Centro de Fauna José Peña

Post by María.

Hoy os voy a hablar del Centro de Fauna José Peña, situado en Navas del Rey.

Para llegar, saliendo de Madrid por M-501, salida Navas del Rey y en la rotonda, primera derecha. Facilito, no?… además hay un gran cartel justo antes de la rotonda que te lo indica, para torpes como yo.

Este centro inició su actividad a finales de los noventa, cuando la primera escuela taller comenzó con la recuperación de la zona conocida como “Las Canteras”, antiguo vertedero municipal. Empezaron recuperando un par de lagunillas que repoblaron con vegetación autóctona típica de humedales. Poco a poco, conjuntamente con escuelas taller de la Comunidad de Madrid, construyeron las infraestructuras para albergar a las más de 40 especies que hoy viven ahí.

Los animales que aquí han encontrado su hogar, son irrecuperables, es decir, animales que en libertad no se pueden valer por sí solos, necesitan cuidados. Algunos proceden de entidades como GREFA (grupo de rehabilitación de la fauna y flora autóctona y su hábitat) el CRAS (centro de recuperación de animales silvestres) o recogidos por agentes del SEPRONA (servicio de protección de la naturales de la Guardia Civil).

El sitio es similar al que ya visitamos ya hace un tiempo, “Cañada Real Open Center” en Peralejo (al lado de El Escorial)

Estuve buscando quien era José Peña, y lo correcto es decir quién es….. Este hombre ha dedicado su vida a la recuperación de la flora y fauna autóctona, residente en Navas del Rey, hoy en día jubilado (pero sigue pasándose por el centro), persona autodidacta que comenzó su labor en una escuela taller de Chapinería (el pueblo antes de llegar a Navas) llamada “El Palomar”, y que también colaboró en la escuela taller de este centro que antes era conocido como Centro de Fauna Navas, o incluso el Vivero de Animales (como llamaba a este lugar la gente del pueblo). Que en momentos bajos en los cuales faltaba personal y medios económicos, él seguía pasando por allí para alimentar a los animales. Así que, qué mejor nombre en homenaje a este buen señor, que además ha colaborado en programas de televisión dedicados al mundo salvaje.

Hoy en día, en centro consta de más de 8 hectáreas de terreno donde se da cabida a esas más de 40 especies de animales que os he comentado anteriormente. Con educadores que hacen de guías a grupos escolares y grupos de particulares. Aquí podemos aprender un poco más de todo el espacio natural que nos rodea.

En nuestro caso, llamé el día antes para reservar un taller, el de interacción con animales, que en teoría se debe hacer 48 horas antes, pero no hubo problema alguno.

Nuestra visita fue “autoguiada”, es decir, llegamos, adquirimos nuestras entradas con las cuales te dan un mapita de las instalaciones y a patear y descubrir. Eso si, si te encuentras con personal de las instalaciones y les haces preguntas, son super amables y te dan detalladas explicaciones, de hecho, supimos que uno de los lobos no se encontraba en su recinto porque al pobre le habían detectado un pequeño tumor que por supuesto necesitaba cura.

En la taquilla, adquirimos una bolsita de comida, ya que a algunos animales les podemos dar de comer; ellos ya te especifican qué animales y cómo darles de comer (si tirársela en el suelo o si se puede dar en la mano).

Alejandro fue el encargado del mapa, así pues, será nuestro guía y nos diría por dónde dirigirnos (tranquilos, es un recorrido circular siguiendo una senda…. Jeje,…., pero él se sentía superbien!).

Con lo que no contaban mis hijos, ni nosotros, era con encontrarnos con una surtida “banda” de gansos a poco de comenzar el recorrido; los cuales nos asaltaron en busca de comida…. Alejandro y Gabriela dieron rápidamente marcha atrás y me dejaron sola “ante el peligro”. Cierto es que era yo la que llevaba la bolsa de la comida, y se abalanzaron sobre mi…. Me sentí “mamá pato” total!!.

Después del “susto”, Alejandro se animó a darles de comer a mi lado; Gabriela prefirió mantener las distancias.

Enseguida encontramos la primera de las lagunillas, con un pequeño observatorio donde nos metimos, allí se pudieron ver patos sobretodo, que competían por la comida con peces. Estoy segura que descubriríamos más “cosas” si nos hubiésemos quedado un ratito observando, pero mis hijos no se caracterizan por la paciencia, imagino que como la mayoría de los niños. Tenían prisa por seguir con la visita.

Alejandro había visto un castillo en el mapa, yo le dije que era un palomar que allí había, pero él tenía razón: había un castillo, más bien los restos del Castillo de Navas del Rey, construido en el 1306 y conocido como  Castillete de los Moros, pero que la reina Isabel II ordenó volar, porque las ruinas de este castillete, servia de refugio a ladrones y maleantes… así que no queda mucho de el.

 

Enseguida vimos los hábitats de los lobos, ciervos, vamos, muflones, jabalí…

Después llegamos a la zona de animales de granja, donde las cabras eran las auténticas estrellas,  todos los niños estaban encantados con ellas…. Pero también estaban los cerdos, conejos y cobayas…

Ya estaba llegando la hora de inicio de nuestro taller (las 13:00 h), así que nos dirigimos hacia la carpa donde se desarrollaría, y una vez reunidos todos los participantes, iniciamos la actividad dando de comer a conejillos y cobayas, todas ellas muy simpáticas. A los niños les habían dado diferentes alimentos: pimientos, fruta, lechuga,… y ellas se dirigían a las manos de los niños que tenían lo más apetitoso en ese momento para ellas…. Jaja…

 

Después, ya todos sentados en bancos corridos por los laterales de la carpa, nos presentaron a una mofeta. Os podéis imaginar que de las explicaciones que nos dieron sobre este animal, los niños se quedaron con aquello de “suben la cola y se tiran un pedete de olor espantoso”…

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A la mofeta no la tocamos, por lo que pudiese pasar, aunque la monitora que nos acompañaba, nos dijo que nunca llegó a oler uno de sus pedetes, por suerte!.

El siguiente en presentarse fue un erizo, a los niños les sorprendió el tacto áspero de la púas. Pensaban que se pincharían con ellas, pero les explicaron que eso pasa si se sienten amenazados o tienen miedo. Así que todos nosotros fuimos muy cuidadosos con él.

La siguiente en hacer acto de presencia fue una atlética hurona, la cual nos demostró su agilidad. Las monitoras nos pidieron que, sentados, levantásemos los brazos y con mucha rapidez pasó sobre nuestras piernas cual rayo…. Perseguía la comida que llevaba en la mano su cuidadora!… les encantó a los niños.

Ahora les toca a los reptiles, empezamos conociendo a una salamanquesa “bebé”, la cual no tocamos porque estaba mudando la piel. Después le llegó el turno al gecco, que por cierto, todos deberíamos tener uno en nuestra habitación para librarnos de insectos no deseables… jaja…

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Como no, una pitón, la cual su tacto también sorprendió por su suavidad.

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A las aves, las representó un cernícalo el cual lo hicieron volar de un lado a otro de la carpa, y una lechuza que, puesto un guante especial los niños, se posaba en los brazos de los peques.

También vimos como se alimentaba la lechuza, a la que ofrecieron un ratón muerto y engulló por completo. Nos explicaron que más tarde expulsaría una bola de pelo, y que si abríamos esa “bola” encontraríamos el esqueleto completo del animalillo. De hecho, nos mostraron varias que habían recogido de sus hábitats. Teníais que ver los ojipláticos niños (y algún que otro mayor)

Así se dio por finalizado el taller. La verdad es que estuvo genial y vale la pena.

Hora de comer!….

Podéis llevaros el picnic (lo que queráis, menos la bebida que se compra dentro del centro) ya que tienen una zona habilitada para ello. Si no lo lleváis, podéis encargarlo allí (decirlo cuando reservéis) y ellos os proporcionaran uno. Nosotros nos llevamos en nuestro.

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Por supuesto hay baños, y también decir que no hay ningún problema en llevar a los más peques en su cochecito, totalmente transitable.

Cuando acabamos de comer, visitamos la parte dedicada a las aves, vimos búhos, lechuzas, águilas, cernícalos, periquitos, cotorras…. Y buitres, a los cuales vimos como eran alimentados.

Los peques quedaron embobados con los ratones, … si, si… ratoncillos que a través de un cristal, veían como recorrían su madriguera; quedaron hipnotizados por ellos.

En un momento dado, una persona del centro, pidió niños voluntarios para dar de comer a las gallinas dentro del gallinero, y por supuesto, se apuntaron todos los que en aquel momento estaban en la zona. Allí se atrevieron a darles de comer en la mano, eso sí, a las que consideraron más pequeñas, en cuanto se les acercaba alguna gallina de más envergadura o gallo,… se iban en dirección contraria, o lanzando al suelo el pienso…. Ja, ja, ja….

Sitio 100% recomendable para visitar con vuestros hijos, se llevarán una buena experiencia y saldrán de allí sabiendo un montón de cosas nuevas sobre la vida de los animales.

Encontraréis toda la info en su web: http://www.naturanavas.com , precios, horarios y todas aquellas actividades que vayan desarrollando. Por ejemplo, este mes el día  24 “Cetreros por un día” y el 29 “Berrea en familia”…. No les perdáis ojo!

Si os apetece podéis ver nuestra entrada donde os contábamos nuestra visita a «Cañada Real Open Center»

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