Post by María.
Este fin de semana estuvimos en un pueblo de Guadalajara, que si nos seguís habitualmente, os suene: Brihuega. ¿Os refresco memoria?, si claro!… esos maravillosos campos de lavanda que Marta describió en su post: Un paseo por la Provenza española.
Bueno, pues como ella ya nos dijo, Brihuega queda más o menos a una hora de Madrid. Como es lógico, el mes de octubre no es mes para ver la lavanda en flor; pero este pueblo esconde un pequeño museo extraordinario, donde la palabra pequeño se convierte en algo grandioso: EL MUSEO DEL “PROFESOR MAX”.
Este museo está situado en el antiguo Convento de San José, de finales del s.XVI, en la Plaza de Manuel Leguineche.
Os preguntaréis quién es, o quién fue este hombre…. Juan Elegido Millán, uno de los mejores hipnotizadores del siglo pasado, conocido por el nombre artístico de “Profesor Max”, nació en Brihuega en el año 1913 (ahora ya sabéis el porqué de la ubicación de este museo).
Hijo de un antiguo médico del pueblo, el cual ya extraía muelas y arreglaba algún hueso por medio de la hipnosis, su hijo Juan (el Profesor “Max”) siguió los pasos de su padre y estudió medicina, pero la Guerra Civil truncó su carrera y tuvo que emigrar, primero a África y después al continente Americano, dedicándose a lo que mejor sabía hacer: hipnotizar, sobretodo a través de la sugestión y la fascinación. Podía realizar regresiones, hacer viajar a la gente al pasado o al futuro.
Durante su estancia en Argentina, llegó a hipnotizar a los televidentes de un programa al que fue invitado. Aquí en España también practicó la primera hipnosis por teléfono hecha en el mundo, que fue retransmitida por Radio Ser, en el programa “Cabalgata de fin de Semana” en el año 1952. Y es que este hombre hacía cosas increíbles, tan increíbles, que estando en Portugal, fue llamado por el abuelo de Felipe VI, don Juan de Borbón para que realizase un espectáculo en Villa Margarita durante una recepción que ofrecía.
Todo esto nos lo cuenta el sobrino del Profesor Max, Javier Sánchez Elegido, el cual nos encontramos en el museo al finalizar la visita, nos contó un montón de anécdotas de su tío. Mi familia y yo quedamos boquiabiertos escuchándole, y con ganas de saber más. ¿Nos habrá hipnotizado?, porque Javier ha heredado el don de su tío Juan. De hecho, cuando tenía 8 años participó en un programa de televisión donde actuaba José Luis Moreno también, apareciendo Javier con el nombre del “el Profesor Max pequeño” en el año 1968.
Me pareció muy interesante una de la anécdotas en que el Profesor “Max” llegó a una función una hora más tarde y claro, os podéis imaginar el malestar del público, … pues lo mejor: una hipnosis colectiva!, “señores, por mi reloj, esta hora es la correcta” y todos le dieron la razón y el espectáculo dio comienzo sin problema alguno. Se lo que estáis pensando todos: que maravilloso seria poder hacerlo aquella vez que…..
La verdad es que la vida de este hombre llenaría las páginas de varios libros y hacer otro museo solo para su persona. Haber contado los las explicaciones de Javier en primera persona, ha sido un auténtico privilegio. Que se lo digan a Gabriela, que le enseñó un pequeño truco para que practique con sus amigos!, está encantada.
Juan Elegido Millán, el Profesor Max, murió en un accidente de tráfico en Granada en 1975 a los 62 años.
Pero vamos a hablar del museo, que con la emoción, ni os de dicho que hay. Se trata de miniaturas de todo tipo, de increíbles miniaturas. ¿Y que tienen que ver las miniaturas con la hipnosis?, pues nada…. Ja, ja, …
El Profesor Max viajó por todo el mundo (creo no dejó ningún continente por visitar), y como no se podía traer cosas grandes empezó a coleccionar las cosas pequeñas, llegando a acumular unas 35.000 piezas junto con su hermana, todo el arte en miniatura.
Las piezas las fue consiguiendo a lo largo del tiempo, preguntando por miniaturistas allá donde estuviese, e incluso encargándoselas a artistas que no eran miniaturistas.
Javier Sánchez Elegido fue el que inició este proyecto a la muerte de su madre, la hermana del Profesor Max; que ya en vida le rondaba la idea de crear este museo en su pueblo natal, pero por cuestiones de la vida no llegó a realizar.
En la sala de museo no están expuestas la totalidad de las piezas, solo parte, ya que aún falta por rehabilitar el piso de arriba del convento, y eso depende del ayuntamiento… así que la cosa va despacio.
Al entrar le dieron a Alejandro un “banquito”, para que pudiese llegar bien a las lupas para ver algunas de las miniaturas. Sí, lo habéis leído bien: lupas, porque de lo contrario no podríamos ver los detalles de las mismas.
Al adentrarnos en el museo, vemos expuestos algunos de los premios que le fueron otorgados al Profesor Max, para pasar a otra zona con una serie de tubos verticales en cuyo interior hay diferentes casitas en miniatura, con lupas incluidas para observar toda su estética interior, hasta el estampado de las alfombras, y cuadros colgados!…. impresionante, pero solo acabábamos de comenzar a darnos cuenta de la dificultad de la realización de estas pequeñísimas maquetas.
Entre esas pequeñas casas, encontramos la casa de muñecas más pequeña del mundo, que está inscrita en el libro Guinness de los Records Mundiales y que su autora es española: Mary Vega.
Para los fans de Asterix y Obelix, tenemos la Aldea Gala!… para esta no nos hizo falta lupa.
También encontramos escenas en miniatura, como la de un bar, de origen francés, o “travesura infantil” (también traída de Francia), o una ilustración de un libro de Dikens: “El Misterio de Edwin Droop” (escena del fumador de opio, de autor inglés), o un taller mecánico, una tienda de delicatesen……
Las piezas más antiguas de la colección en barro fenicio: un ábaco incaico y flechas de la Edad de Piedra.
Unas acuarelas, cuyo pincel fue un pelo!
Esculturas en chicle, algas marinas, marfil vegetal y jabón de lavar!
El globo terráqueo con banderas del mundo pintadas en ….. LA CABEZA DE UN ALFILER!!!!….. por supuesto, para apreciarlo, hay que usar una lupa. Esta fue realizada por Andrade Guerra (Quito-Ecuador) que fue uno de los mejores miniaturistas del mundo.
Mis hijos y … nosotros, no dábamos crédito a lo que estábamos viendo, nos parecía imposible, pero ahí estaban!. Tremendo pulso, tremenda vista (que luego muchos de los artistas eran miopes).
Un ajedrez de marfil del s. XVIII,…. O un juego completo de un dominó, realizado a partir de una solo ficha del mismo juego, que fue realizado por un recluso del penal de Santoña (España).
No os lo vais a creer, pero también hay una pareja de pulgas disecadas y vestidas (para mi de novios), de Méjico…. Atónitos estábamos…. Las primeras pulgas que ven mis hijos y están vestidas!!!…. ja,ja.,…
Esculturas realizadas en tiza con una aguja, de Sergio Tapia (Chile).
Piezas de marfil del autor Adam Amend (Alemania), considerado el mejor tallista de animales en miniatura.
De nuevo Andrade Guerra, escribió en el canto de una tarjeta de visita:” Max señora del asombro, único en el mundo que hipnotiza por teléfono”
Increíble colección de zapatos y perros en miniatura.
“La última cena” pintada en un GRANO DE ARROZ!!… También de Andrade Guerra.
Un par de cabezas reducidas por los Indios Jíbaros, aquí encontramos de un hombre negro y una mujer blanca. Por cierto, existe otro pequeño museo de miniaturas en Mijas (Málaga), “El carromato de Max”… ahí hay otra cabeza de hombre blanco reducida por los Jíbaros, la cual reconoció el FBI como única en el mundo. Estas que tenemos en “El Museo del Profesor Max” es de la misma colección, pero no pidieron atentificación. Ellas fueron un regalo al Profesor Max de un piloto que solía sobrevolar el Amazonas.
A los niños por supuesto les llamó la atención, me preguntaban si eran de verdad, y en este caso se limitaron a decir: «mamá, pues que feos eran!»… menos mal que no me preguntaron como habían reducido las cabezas, y que había pasado con el resto del cuerpo. Yo creo que estaban tan absortos en todo lo que les rodeaba, que ya no les daba más la cabeza.
Un barco tallado en una nuez china, cuyas ventanas abren y cierran!…
Un ave tallada en el palo de un fósforo….. y hablando de fósforos, también vimos (con lupa) una reproducción del torero Manolete y el toro Islero sobre la cabeza de un fósforo.
El retrato de Andrés Bello (ilustre venezolano) pintado sobre la cabeza de otro alfiler, del autor Muñoz Willy (Ecuador).
Quiero que sepáis que de verdad puse a prueba el zoom de mi cámara a través de las lupas. Disculpar la calidad de algunas fotos.
Esto y muchísimo más es “El pequeño mundo de Max”!
Desde luego que es una visita que podéis hacer con los niños de la cual vais a disfrutar y desde luego la palabra pequeño adquiere un significado y un valor infinito.
Una escapadita para pasar la mañana o la tarde fuera de casa.
Y esta no será la última vez que hablaremos de Brihuega, este pueblo esconde otros secretos, pero eso será otro post futuro.
¿Os ha gustado?, ¿os ha parecido interesante?… COMPARTIR!!!!….. Gracias una semana más.