Lucia siempre ha sido una niña muy lectora. Le encanta leer y nunca uno solo. A esto ha salido a su padre, los dos son capaces de estar con tres o cuatro libros a la vez sin liarse en los argumentos.
Esa capacidad que tienen los dos la envidio tremendamente. No se vosotros, pero yo soy de esas que me dedico a un libro en exclusiva hasta que lo acabo. Si un libro me gusta, no soy capaz de dejarlo aparcado unos días para empezar otro y después, volver a donde lo dejé con el primero sin tener que repasar que es lo que pasaba. Si un libro me interesa lo devoro hasta acabarlo pero si no me interesa o me resulta pesado lo dejo sin más.
Ellos no, ellos los acaban si o si, a su ritmo pero acaban todos les gusten o no y encima cuando aún no han terminado, ya están rumiando la temática del siguiente y buceando en «Amazon» para comprarlo.
Por eso cuando hace casi dos años Lucia nos pidió el primer libro de la saga «Harry Potter» (en inglés) no pude negarme aunque pensé que aún era muy pequeñita para ellos y que en ciertos aspectos le iba a costar entenderlo.
«Lucia, nosotros te los compramos encantados, pero si ves que no lo entiendes o que es muy complicado, no te preocupes, lo compramos en español o lo dejas y lo volvemos a intentar en un par de años, ¿ok?»
«No hay problema mamá, pero seguro que no me pasa, es en ingles y todo es más fácil en ingles»
Einnn? En un primer momento me hinché de «orgullo de madre», satisfecha al ver que todo el esfuerzo que hacemos para que el inglés no le suponga un problema tiene sus frutos, pero no pasaron ni dos segundos cuando todo ese «orgullo» pasó a «terror» imaginando el posible momento en el que mi inocente niña viniera a preguntar que quería decir algo y no pudiéramos contestar. Me veía leyendo el libro en español para ver por dónde venían los tiros jajaja.
El libro le encantó, después de ese primero llegó el segundo, el tercero, el cuarto… No sé por cual vamos ya, he perdido la cuenta, pero lo que si se es que en poco tiempo se ha convertido en una doctora «honoris Causa» del tema.
Libro a libro el mundo de este joven mago ha pasado a formar parte de nuestras vidas. Ella descubre y luego nos cuenta. Hay veces que resulta un poco agobiante la cantidad de información que intenta transmitirnos, pero viendo la emoción y su brillo en los ojos no podemos negarnos a escuchar y hasta poner cara de asombrados con cada descubrimiento que hace.
En poco tiempo, entre lo que estudiaba en el cole y estos libros, Londres comenzó a ser un sitio que Lucia quería visitar. Siempre venia con un sitio chulo de esa ciudad que quería visitar. Cada vez que teníamos un puente, un fin de semana largo o alguna oportunidad, ella proponía Londres como su opción de destino y nunca perdía la sonrisa cuando le decíamos que un poquito más adelante.
En mayo de este año lucia cumplió diez años…
«Mamá, por mi cumpleaños me harás algo especial ¿verdad? Es la primera vez que añado un digito a mi edad y la próxima vez que lo haga no vas a estar conmigo, así que… me harás algo especial ¿verdad?, sé que si lo vas a hacer, tu siempre haces cosas especiales por nosotros «.
Con un condicionante así no podía fallar a mi pequeña y hablándolo con Manu lo tuvimos claro enseguida, el regalo por el decimo cumpleaños de Lucia tenía que ser un viaje a su ciudad.
Durante mi infancia pasé muchos veranos en Inglaterra y todos ellos los recuerdo con mucho cariño. Conocí mucha de gente y lugares, mejoré mi nivel de inglés (era el objetivo), pero sobre todo lo pasé genial.
Preparé el viaje minuciosamente. Hice una lista con cada uno de los sitios que quería que mis peques conocieran, los distribuí por días para que no se cansasen demasiado y como no podía ser de otra manera reservé un día entero para HARRY POTTER.
El viaje fue fantástico, conocimos un montón de sitios, disfrutamos como enanos…
Pero eso ya os lo contaré en otra ocasión, hoy y aprovechando que en unos días se estrena en Madrid la exposición de Harry Potter, nuestra entrada va a ir dedicada exclusivamente al día tan divertido que pasamos en el «Harry Potter Studio Tour».
Tengo que reconocer que yo muy fan de Harry Potter no soy, la publicación del primer libro ya me pilló un poco grande por lo que no me enganché demasiado (aunque el primer libro se publicó en 1997 en el Reino Unido, en España no llego hasta el 99). A pesar de mi ignorancia sabía que con el éxito que tiene la saga existan ciertas atracciones para los fans pero no tenía muy claro dónde y cuáles. Buceando en internet descubrí que los estudios Warner Bros (productor de la saga en el cine) había creado un tour por los escenarios originales de las pelis en la que se pueden descubrir muchos de los secretos de los decorados, el vestuario, los trucos de los efectos especiales y muchas cosas más que pueden pasar inadvertidas a primera vista. No lo dudamos ni un momento, lo reservamos.
Pero, no podíamos ir al santuario de los fans de Harry Potter sin tener alguna idea del argumento, personajes y autora, ¿no os parece?
Joanne Rowling ideó la historia de este famosísimo aprendiz de mago durante un trayecto en tren entre Manchester y Londres allá por el año 90 del siglo pasado. De esta idea nacieron siete libros traducidos a más de 29 idiomas, nueve películas y una obra de teatro, algo que le ha convertido en la duodécima persona más rica del Reino Unido, por delante de la mismísima reina Isabel II.
La historia cuenta las aventuras de este jovencísimo mago y sus amigos, Hermione y Ron, durante su estancia en el Colegio Hogwarts y su lucha contra el malvado Lord Voldemort, quien asesinó a sus padres cuando éste era pequeño para poder acabar con la profecía que citaba su propia muerte.
Ahora sí, ya podemos entrar en el fantástico mundo de Harry Potter sin sentirnos un pez fuera del agua.
El 1 de mayo amaneció un día típicamente inglés (cielo cubierto y con previsión de alguna lluvia), los dos pequeñajos se levantaron de un salto, olvidando lo agotados que estaban la noche anterior porque mamá nos había hecho recorrer «cientos» de kilómetros andando durante todo el día.
Desayunamos en un «pis pas» y nos dirigimos hacia la estación de Euston donde teníamos el tren a las 11.30 que nos llevaría a los estudios Warner.
Los estudios están situados a unos 30 kilómetros de Londres, allí se filmaron películas como «Goldeneye», «Sherlock Holmes» o «el caballero oscuro», pero tan solo la parte de Harry Potter es la que se ha convertido en Museo.
Sobre las 12.15 llegamos a Leavesden donde ya nos estaba esperando el autobús lanzadera para llevarnos a los estudios de cine.
El recorrido, de apenas quince minutos, se nos hizo largo, sobre todo a Lucia que no paraba de soltar carcajadas nerviosas y preguntando cada segundo cuanto quedaba o todas las cosas que había investigado que íbamos a ver.
Finalmente llegamos. Lo primero que se ve es una gran nave (que por lo que nos contó la guía, se usó para construir construyeron aviones durante la Guerra Mundial) en medio de la nada pero que gracias a sus letras gigantes en la parte superior del edificio «WARNER BROS STUDIOS» supimos que habíamos llegado.
Una vez que la guía nos repartió los auriculares por los que escucharíamos todas sus explicaciones de la visita y tras un pequeño video introductorio en el cuarto donde dormía Harry en casa de sus tíos, empezamos nuestra aventura….
De la nada aparecieron las puertas de Hogwarts que se abrieron
y de un plumazo estábamos en el impresionante comedor del colegio con los uniformes de cada una de las casas y los de los profesores presidiendo el salón. Simplemente alucinante.
No os podéis imaginar la cara de fascinación de Lucia, no paraba de hacer fotos a un lado y al otro.
La guía nos contó que todo el material expuesto era origina de las películas y que se fueron fabricando a lo largo de diez años.
Curiosidad de mamá: Si le echáis un ratito os podréis fijar que en la mesa están tallados los nombres de los personajes más conocidos de la saga.
Casi sin darnos cuenta entramos en la zona de atrezo, donde pudimos ver los trajes de profesores y alumnos, incluso la cicatriz en forma de rayo que se ponía el actor que encarnaba a Harry.
Miraras a donde miraras veías mil cosas que te hacían estar dentro de cada una de las películas. Los escenarios, la colección de todas las varitas, la sala de estar de Gryffindor, el despacho de Dumbledore donde si te fijas encontraras al sombrero seleccionador y los retratos de sus antecesores, la cabaña de Hagrid, la habitación de Harry y Ron…
Pasamos un rato en la cocina de los Weasley donde Lucia y Jorge descubrieron que había objetos que se movían como si estuvieran encantados….
Nos gustó mucho la sala de pociones, donde el detalle está cuidado al máximo. Cada uno de los tarros están escritos a mano e incluso si tienes la suerte que uno de los guías te abra uno de los libros. ¡Verás que están completos de fórmulas mágicas! Por eso Lucia cree que la silueta de Snape está allí para vigilar que todo está en orden. 😉
Pero la que tuvo más éxito fue la zona de las escobas.
Allí aprendimos a levantarlas y a ¡volar con ellas!
¡Ah! y el famoso anden 9 y ¾ donde el Hogwarts expréss nos esperaba para que subiéramos a bordo y descubrir cómo se grabaron escenas como la de la rana de chocolate.
¡OJO! No desperdiciéis la posibilidad de empujar el carrito cargado de maletas y atravesar la pared que conecta el mundo «muggle» con la estación de magos.
Confesión de mamá: No hagáis como yo, que estuve esperando una hora y cuarto la cola de la estación Kings Cross de Londres para hacer lo mismo jajajajaja. (todo por mis peques) aunque la foto salió chula. 🙂
Justo a la mitad del camino pudimos parar a descansar y como no, a probar la famosa ¡cerveza de mantequilla!
Conocer la casa de Harry en el número 4 de la Calle Privet Drive y la casa de sus padres en Godric’s Hollow
El famoso autobús noctambulo.
O el coche del padre de Ron y la moto voladora de Hagrid.
No te olvides de cruzar el puente.
Tras el descanso fotográfico volvimos a entrar a la parte cerrada del recinto donde pudimos conocer de primera mano cómo se crearon las criaturas y animatrónicos de la película como Dobby el elfo doméstico.
Después paseamos por el famoso «Callejón Diagón», una de las calles más animadas del mundo de Hogwarts y que era la parada obligada para todo mago que necesitara algún material mágico.
Todo era alucinante, los peques no paraban de ir de un lado para el otro descubriendo cosas nuevas… sin imaginar que se nos reservaba para el final de la visita, una maqueta de Hogwarts que se utilizó para grabar algunos de los planos en las diferentes películas.
Si alguien tenía dudas hasta el momento de si la magia existía, en este punto de la visita se le disiparon. ALUCINANTE la sensación que da esta sala.
La aventura acaba en este punto, bueno no, como en todo parque temático que se tercie, nada acaba sin pasar por la tienda de souvenirs y tengo que decir que de todas las que he visitado, ésta merece la pena……
No quiero contaros nada más para no acabar con la magia, el resto lo tenéis que descubrir vosotros solos…… ¿vale?
¡Pero ya sabéis como soy y no puedo acabar mi sentradas sin una lista de consejos para que vuestra visita sea perfecta!
Consejo 1. LAS ENTRADAS. ¡OJO! solo pueden comprarse online y por anticipado. No se os ocurra ir hasta allí sin ellas porque os quedareis en la puerta. ☹
El precio variaría en función del paquete que compréis, yo os recomiendo que al menos compréis el que viene con el desplazamiento incluido (tren o bus), así os evitareis temas de cuadre de horarios.
El shuttle bus no suele estar incluido, tiene un coste de aprox 2.50 libras y para el cálculo de horarios tienes que calcular que su duración es de 20 minutos, además, para poder subir a él tienes que enseñar tu ticket de reserva de tour.
Hay packs familiares con los que se obtiene un descuento bastante chulo y los niños menores de 5 años son gratis, pero hay que incluirlos en la reserva.
Las entradas no se imprimen, se recogen el mismo día de la visita, por eso tenéis que llegar 30 minutos antes de la hora reservada para ir a recogerlas en la taquilla.
Consejo 2. EL IDIOMA. Desgraciadamente para los que no controléis demasiado el idioma, tanto las visitas como los carteles son en inglés, pero no todo está perdido, está la opción de alquilar una audioguia en español, eso sí, hay que reservarla junto con las entradas. (5 libras aprox)
Consejo 3. ACCESIBILIDAD. El recinto está perfectamente adaptado para sillitas, no hay escaleras en ninguna parte del recorrido.
Consejo 4. COMIDA. Aunque hay un par de restaurantes dentro, está permitido llevar la comida, pero solo lo podrás comer en la zona exterior.
Consejo 5. CALCULO DEL TIEMPO. Para no llevarte disgustos, calcula bien el tiempo entre la duración del trayecto entre Londres y Leavesden (dependiendo del medio, la estación de partida es diferente), la del shuttle bus y el horario de entrada al parque.
El tiempo que se usa de media en la visita oscila entre las 3 y 5 horas.
OTRAS COSAS A TENER EN CUENTA….
Hay guardarropa gratuito.
Hay wi-fi en todo el recinto.
Existe préstamo de silla de ruedas.
El aparcamiento, en caso de ir en coche, es gratuito.
«Mamá, este regalo es el mejor que he podido tener en mi décimo cumpleaños, tardaré en olvidarlo y estoy deseando llegar a los 20 para ver que me tiene preparado»
Yo creo que va a ser difícil superarlo…. Ains….
Solo me queda por decir, que soy consciente de que no es una visita económica, pero si a vuestros peques les gusta Harry Potter merece la pena.
Y aprovechando que en unos días comienza la exposición de Harry Potter en Madrid (de la que por supuesto tenemos ya las entradas 😉 y os contaremos que tal) que os parece si vais, ¿la conocéis y si os gusta… os animáis a dar el salto a la ciudad del Big ben?
Para más información…. https://www.wbstudiotour.co.uk/
Bs
P.D. Si os ha gustado… ¿Podéis compartir?