¿Preparados para el segundo día? Hoy nos toca Belém y parque de las Naciones.
Como nos acostamos relativamente pronto (estábamos muertos y encima nuestro reloj biológico aún tenia hora española) a las 8.30 tocó diana, aquí también hubo cambio de hora (una hora menos de una hora menos jajajaja) pero los teléfonos de hoy en día son súper inteligentes y nos despertaron a la hora correcta. 🙂 Entre duchas etc. bajamos a desayunar sobre las 9.20 y a las 10.00 estábamos listos para una nueva aventura.
El día estaba organizado para que tanto los mayores como los pequeños nos “divirtiéramos” y los destinos estaban un poco a desmano entre ellos, así que como sabíamos que habían parkings en ambos, decidimos ir en nuestro coche.
1er Destino…. BELÉM
Por lo que había leído en diferentes guías, Belem es una zona de los más agradable para los niños, si el centro histórico con sus cuestas y adoquines puede llegar a ser un poco pesado para ellos al final del día, Belém no, es una zona cercana al rio Tajo, rodeada de jardines donde poder descansar y jugar en alguno de los momentos muertos de la jornada.
¡Qué bonito! Yo nunca había estado, pero creo que es uno de los sitios obligados por conocer cuando se visita Lisboa.
Belém es un barrio al oeste de la ciudad, casi, casi a las afueras y alberga dos de las más importantes obras de la arquitectura manuelino (estilo de arquitectura gótico portugués que destaca por la cantidad de elementos decorativos propios), el Monasterio de los Jerónimos y la torre de Belém.
Como no podía ser menos no cabía un alfiler más. Domingo, puente y un tiempo espectacular eran las condiciones ideales para que cientos de personas tuvieran, una vez más, la misma idea que yo. 😦
Aparcamos justo delante del Museo de la Republica, una construcción rosa con soldados en la puerta que atrajeron más de la cuenta a Jorge jejeje, pero decidimos no ir (lo dejamos para la siguiente visita) al ver las riadas de personas que se dirigían al mismo punto que nosotros, al Monasterio de los Jerónimos.
Este monasterio que nada tiene que envidiar al nuestro en Madrid, fue construido a principios del siglo XVI para conmemorar el regreso del Navegante Vasco de Gama en su expedición a la India.
Se puede visitar, (los domingos es gratis) pero merece la pena por ver sobre todo el Claustro que es una maravilla.
Cotilleo de mamá practica: Al igual que digo que el centro histórico de Lisboa es complicado para ir con el carrito, la zona de Belém es todo lo contrario, sus calles son lisas y sin desnivel. Además, tal y como os dije en el Castillo de San Jorge los niños y los carritos tienen preferencia en el turismo lisboeta, así que aunque la zona esté concurrida se pueden evitar las colas con ellos. 😉
Si lo que acabábamos de ver era bonito, a menos de un kilometro de distancia y tras un agradable paseo por la orilla del Tajo nos encontramos con la Torre de Belém, construida como torre de defensa pero que en la actualidad, lejos de mantener su función original, es uno de los monumentos más turísticos y conocidos de la capital de Portugal.
Como nos leyó Lucia en la guía, se construyó durante el siglo XVI con el objetivo de defender la ciudad por la orilla del Tajo. Pero esa no ha sido su única función, también se usó como faro y como centro aduanero.
No os digo nada de la cola que nos encontramos (los domingos su entrada es gratuita) ya que se pueden visitar por dentro, pero yo creo que merece mucho más la pena por fuera.
Los enanos se lo pasaron bomba contando los cañones que asomaban por cada una de las ventas de la torre (creo que son 16), el puente colgante que une la torre a tierra firme y donde, según su padre, algún prisionero habrían tirado por ahí. Pero sobre todo descubriendo donde está uno de los adornos más originales de esta construcción, un rinoceronte que según nos contó nuestra guía más especial tiene una historia fantástica, pues se cuenta que representa a un regalo que recibió el rey y al que se le hizo luchar contra un elefante para ver quien era más fuerte. El elefante huyo y el vencedor fue enviado como regalo al papa, con tan mala suerte que murió durante el naufragio del barco en el que viajaba.
Apunte de mamá: La Torre de Belém, al igual que el Monasterio de los Jerónimos son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aviso a navegantes: La Torre de Belem cierra todos los lunes, además de las fiestas típicas de navidad, Semana Santa y la del trabajo. Así que os recomiendo que cuando tengáis pensado ir a Lisboa echéis un vistazo primero a los horarios de apertura de vuestros destinos, los lunes suele ser mal día!
Ya se acercaba la hora de comer y decidimos volver a la zona del Monasterio. Lo hicimos por el mismo camino, el paseo es súper bonito y nos faltaba por conocer el tercer icono turístico de la zona, el Monumento de los Descubridores que representa a algunos de los principales navegantes portugueses de la historia.
Se construyó en 1960 para la conmemoración del 500 aniversario del Infante Henrique el Navegante que descubrió Madeira, Cabo Verde y las islas Azores.
Nos llevamos un poco de chasco porque al llegar nos lo encontramos rodeado completamente por andamios, estaba en plena rehabilitación snif, snif… Pero la foto no podía faltar….
Aunque están en plenos trabajos el ascensor sigue funcionando y puedes subir a disfrutar, una vez más, de unas vistas fabulosas del rio, del puente, de la zona oeste de la ciudad y del mosaico de mármol rosa de los vientos que está al pie del monumento, que según nuestra guía mide 50 metros de diámetro y fue un regalo de la Republica de Sudáfrica.
Nosotros no subimos pero no perdimos la oportunidad de aprender con los peques donde estábamos en el mapa. 🙂
Al final nos retrasamos con el paseo y llegamos justo a la hora “española” de comer. Con los miles de turistas españoles que había os podéis imaginar el estado de los restaurantes por la zona, así que antes de tener un problema con el “hambre” de los peques y no tan peques caímos en uno de los “clichés” del turista, comimos en el Mc Donald´s jajajaja.
Con foto incluida. (No podía ser menos) 😉
Lucia, que es igual que su madre, una golosa de pies a cabeza, sabia (la noche anterior quiso ayudarme con el planning del día) que una de las cosas típicas de Belém son sus pastelitos y aprovechando que el Tajo pasa por Lisboa, bueno, que el Mc Donald´s estaba justo enfrente de la pastelería Belem quiso comprar alguno de estos manjares.
¿Pero que son los pasteles de Belém, Lu?, preguntó Jorge mientras estábamos en la cola, porque aquí también tuvimos cola jajaja…
Lucia con esa voz dulce que pone cuando le explica algo a su hermano se lo explicó de maravilla…. “Jorge, en Portugal son típicos los pasteles de nata y estos que vamos a probar son iguales pero hechos con una receta secreta que solo hacen en esta tienda”.
La cola no fue exagerada, aun estábamos aún en hora de comida y añadido a la efectividad de los dependientes de la tienda, en apenas cinco minutos estábamos pagando nuestro pack de seis pastelitos de Belém.
Aunque puedes disfrutarlos junto a un café dentro de la cafetería, nosotros decidimos catarlos sentados en un banco del enorme parque de enfrente, disfrutando del solecito y mientras los enanos hacían alguna de las suyas.
Cotilleo de mamá golosa: Estos pasteles es el mejor regalo que puedes llevar a casa, son ricos, baratos y aguantan hasta tres días en un estado perfecto.
2do Destino…. PARQUE DE LAS NACIONES
Después de un receso tan dulce nos convenía andar un poquito, justo el camino hacia el coche, introdujimos la dirección en el GPS y nos dirigimos próximo destino el “Parque de las naciones”.
Una zona moderna y alejada del centro donde se instaló la Expo 1998 y que muchos aún no saben la cantidad de ofertas de ocio que hay para los peques….
Está situado en la zona noreste de la ciudad junto al rio y además de numerosos bares y restaurantes cuenta con edificios de construcción moderna con acero y cristal, entre los que se encuentran la estación de Oriente de Calatrava o el Pabellón Atlántico que hoy en día se usa para celebrar conciertos y algún evento deportivo.
Nuestro primer objetivo por cuestión de horarios era el Pabellón del conocimiento y ciencia viva donde se encuentra un museo interactivo de tecnología y ciencia para niños, allí ellos serán los protagonistas. Un museo donde todo lo que hay se puede tocar.
Como todo museo tiene sus exposiciones permanentes…
“Explotarorium”. Primera zona del museo y en la que se llevan a cabo diferentes experimentos científicos y algunos tan chulos como estos.
“Mira, haz y aprende”. Zona en la que los más peques pueden desde construir una casa hasta descubrir si están en forma.
“Doing”. Un espacio para crear, hacer, experimentar, construir…. 500 metros cuadrados para los niños curiosos e ingeniosos que quieren descubrir cómo se hacen las cosas. Desde cómo hacer un zapato, coser, hacer un avión de papel que vuele, hasta crear un circuito eléctrico.
Y exposiciones temporales…. Como la que nos tocó a nosotros y que por cierto nos encantó. “Riesgo”, exposición destinada a todos los públicos, sobre todo a partir de los 6 años, en la que a través de sus diferentes módulos interactivos nos permiten medir el nivel de riesgo que tienen cada una de nuestras acciones del día a día.
Nos lo pasamos genial pero como todo lo bueno acaba… Suerte que aun nos quedaba el Oceanográfico.
Justo al lado del Ciencia viva esta el oceanográfico de Lisboa, otra apuesta segura para que los peques se diviertan y donde nos podemos encontrar más de 15.000 animales de 450 especies diferentes provenientes de los cuatro ecosistemas que tenemos en el planeta… Indico, Atlántico, Pacifico y Antártico.
Vasco (mascota del Oceanográfico) nos recibió en la mismísima puerta. No pudimos evitar hacernos una foto con él.
Ojo al dato: El oceanográfico de Lisboa es el segundo más grande de Europa, después del de Valencia.
Desde la mismísima entrada íbamos con los ojos sin pestañear, las instalaciones estaban “flotando” en el rio, y el gran tanque central que nos recibió nada más cruzar el torno de seguridad era alucinante, en él conviven en plena armonía especies que en un principio te pueden parecer tan dispares como son tiburones, peces tropicales, rayas, besugos, barracudas o mantas. ¿Habéis visto buscando a Doy? , pues es igualito… 🙂
Los enanos se quedaban mirando hipnotizados cada vez que se nos cruzaba por nuestro recorrido…
La visita no tuvo desperdicio, vimos pingüinos, peces de colores, pulpos, ranas, las nutrias (las más famosas del lugar aunque a nosotros nos tocó verlas en su hora de la siesta), cangrejos enormes, medusas….
Recomendación de mamá No apta para los que sufran de vértigo: No se puede ir uno de la zona de la Expo sin subir al teleférico, 1300 metros sobre el rio que te lleva desde el Oceanográfico hasta la Torre de Vasco de gama. Yo sufro de vértigo y no subimos, pero que conste que me quedé con las ganas….
Foto: http://www.oguiadeportugal.com
Fue una tarde súper divertida y los enanos se lo pasaron en grande. ¿Qué más se puede pedir?
Os podéis imaginar que a nuestro día le quedaba poro recorrido… vuelta al centro, una cena ligera (después del Mc Donald´s no podía ser de otra manera) y a mimir….
Día 3… Sintra.
Después de una noche reparadora (y eso que nos retrasamos al ver el famoso y comentado concierto de O.T “El reencuentro”) estábamos preparados para nuestra última jornada en Lisboa.
En Lisboa faltaban muchos museos que ver (otra excusa para volver 😉 ) pero queríamos que vieran algo diferente, un pueblito entre montañas, escondido entre bosques y con multitud de castillos que a los niños les llevaría a los escenarios de muchos de sus cuentos de fantasía.
Es un destino súper visitado por los turistas, esta súper cerca de Lisboa así que aquí si me voy a parar a daros algunas pistas para que vuestra visita no sea un fracaso.
Confesión de mamá: La nuestra lo fue un poquito, se juntaron muchas situaciones adversas,…se me olvidó la cámara, el móvil no tenía mucha batería pues se me olvidaron los cargadores en Madrid y teníamos uno para dos, más gente que en la guerra… jajajaja pero aun así, mereció la pena. (Aunque volveremos 😉 )
Un poquito de historia….
Sintra, ya era importante en la época de los descubridores, muchos de ellos establecieron allí su residencia. El terremoto de 1755 no fue justo con ella y se llegó incluso a pensar que ya no volvería a ser la que era. Pero no, en el siglo XIX la monarquía, aristocracia, comerciantes y artistas participaron en su resurrección como villa romántica y de ensueño.
Cotilleo de mamá: Por lo que he leído en muchas guías y páginas web sobre esta pueblecito con encanto… mucho se ha estudiado sobre ella y cuenta la leyenda que en la nueva era de la vieja Sintra se convirtió en el refugio veraniego de monarcas, ricos y masones con escasez de cordura que reflejaron en sus palacetes, secretos inconfesables al mundo y que cuyos orígenes solo se podrían llegar a entender en los sueños.
1er consejo de mamá para que la visita sea un éxito. Sintra no es un sito que se pueda ver en una vez, hay que elegir entre las múltiples opciones que nos ofrece. Ni una súper mamá acostumbrada a los encajes de bolillos podría cuadrarlo en una sola jornada y conseguir que todos disfruten y sobrevivan a la excursión. Por eso aquí sí o SI, HAY QUE PROGRAMAR la visita.
2do consejo de mamá para que la visita sea un éxito. Revisad tanto la situación como los horarios de apertura y de cierre de cada uno de los sitios que vayáis a visitar. Casi todos suelen abrir sobre las 9.30, pero el cierre suele ser diferente y puede que si os pillan lejos el uno del otro os quedéis a medias en vuestro programa.
Por ejemplo. Ver el Palacio de Sintra y la Quinta da Regaleira no necesita coche pues están relativamente cerca. Igual pasa con el palacio de Pena y el Castillo de Mouros que se pueden hacer a la vez, pero para ellos hay que ir en coche, andando puede ser una hora larga y cuesta arriba. Hay parkings gratuitos pero se llenan enseguida así que… “toca madrugar para no lamentar”. 🙂
3er consejo de mamá para que la visita sea un éxito. Cuidado con los precios de las entradas, no son demasiado económicos, pero existen opciones para que salgan un poco más baratos.
Se puede comprar la Lisboa card con la que te hacen un descuento entre 1 y 2 euros y además te sirve para los transportes públicos de la capital, o se pueden compra paquetes de entradas para ver varios sitios a la vez en la Oficina de turismo de Sintra.
Sintra bien merece una entrada aparte, por eso hoy tan solo os voy a dar unas pinceladas sobre algunos de sus sitios más característicos para ir abriendo boca.
Palacio Nacional. (Horario: 9.30 a 19.00 con última entrada a las 18.30)
Se encuentra justo en el centro de Sintra, a los pies de la montaña. Su color es blanco y no tiene perdida, sus chimeneas en forma de cono (su elemento más característico) se ven desde cualquier punto de la villa.
Se Pueden ver casi todas sus estancias… salones, habitaciones, capilla… pero lo que sin duda tuvo más éxito con los peques fue la cocina, enorme y con todo el menaje necesario para hacer un gran banquete señorial.
Quinta da Regaleira. (Horario: 10.30 a 17.30 a 20.00 dependiendo del mes)
Los que nos seguís en Instragram o facebook habéis visto que hace unos días publicamos una foto preciosa de una cascada, ¿os acordáis?. Muchos me habéis preguntado dónde era cuando os contestaba os sorprendíais y me comentabais que habíais estado en Sintra y no lo habíais visto…. Esa foto es de aquí, de uno de los secretos mejores guardados de Sintra.
Esta quinta no es solo una finca enorme con un palacete. Si tuviera que describirlo diría algo así como que es un viaje a un mundo mágico y misterioso, lleno de laberintos subterráneos, torres invertidas, lagos de nenúfares que si los cruzas con el pie equivocado tienes que dar marcha atrás y cientos de hectáreas de jardines en los que si no vas con un mapa te puedes perder con facilidad.
Ojo: Esta maravilla no entra dentro del pack de entradas de la Oficina de turismo, está gestionado por una empresa privada.
Castillo de Mouros. (Horario: 9.00 a 20.00 con última entrada a las 19.00)
Aunque a día de hoy casi solo queda la muralla y es una visita más natural que de conocer… este Castillo fue construido por los árabes allá por el siglo VIII en la cima de la Sierra de Sintra con el objetivo de podía controlar las principales vías de acceso de sus posibles enemigos, llegando incluso a otear el océano.
Foto: http://www.traveladventures.org
Palacio de Pena. (Horario: 9.45 a 18.00con última entrada a las 17.00)
Sin lugar a dudas el lugar más conocido de todo Sintra. Un castillo de los que nada tienen que envidiar los cuentos de princesas y caballeros.
Castillo construido por el rey Fernando II de Portugal y lugar donde veraneó la familia real hasta 1910. Su característica más llamativa son los colores con los que están pintados sus muros, rojo, Amarillo y azul.
Foto: http://www.Qvisitar.com
Comentario de mamá: Todo esto y mucho más es lo que ha hecho que Sintra fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.
El día se nos hizo corto y nos quedaron muchas cosas por visitar: El Convento de los Capuchinos, el Palacio de Monserrate, el chalet de la Condesa de Elda o el Palacio Nacional de Queluz (por eso volveremos 🙂 ). Pero estábamos cansados y aún teníamos que volver a Lisboa y cenar en uno de los sitios más típicos de la capital, “la casa do Alentejo”.
Al día siguiente… vuelta a casa, no sin antes parar a comer en el Parador de Trujillo que no conocíamos y nos encantó.
Después de estas dos últimas entradas no os descubro nada si os digo que nos ha encantado esta zona del país Vecino. Portugal lo tiene todo….Está cerca; es económico; tiene buen tiempo; es rico en cultura, paisajes, gastronomía y sobre todo en hospitalidad, su gente enseguida se esfuerza en hablar castellano y ayudarte con cualquier duda que tengas.
En resumen…. PERFECTO PARA IR CON NIÑOS.
Nosotros volveremos y vosotros… ¿Os animáis?
Bs