Ruta de las Caras en Buendía!

Post by María.

Un día sin cole, y Nacho también estaba “sin cole”…. Nuestros hijos demandaban “día de aventura”!…. ¿Cómo?, ¿A dónde?, … Uummm….  Que buen día hacía, pues….. rumbo a Buendía!!!…. Ja, ja….  Perdonar, pero no he podido evitar hacer la gracia del día.

Buendía, un municipio en la provincia de Cuenca, lindando con la provincia de Guadalajara, a unos 130 Km de Madrid. Justo al lado del embalse llamado igual que el pueblo: el embalse de Buendía (que por cierto está a menos del 10% de su capacidad!).

Los orígenes de la localidad de Buendía, se remonta a tiempos muy pasados, ya que por ahí pasaron los árabes, lusones y tribus celtíberas. Según la leyenda este pueblo se le conocía como Fuente del Saúco pero hubo una batalla entre moros y cristianos y al ganar los cristianos dijeron soldados “BUEN DÍA HEMOS ECHADO” y desde entonces Buendía es.

Lo que nos atrajo hasta este lugar fue una pequeña ruta de senderismo que imaginábamos que a los niños les iba a sorprender, como así fue: “La Ruta de las Caras”, situada en el paraje conocido como ‘La Península’, a solo tres kilómetros de su casco urbano y a la que podemos acceder con el coche por una pista de tierra. Tiene una zona de aparcamiento justo al inicio de la ruta. Está super bien indicado desde que entras en el pueblo.

¿Cómo surgió la Ruta de las Caras?

Todo empezó en el verano del 1992, cuando Eulogio Reguillo, reparador de fachadas de profesión, y Jorge Juan Maldonado, ceramista; acampaban junto a sus respectivas familias en la zona donde hoy encontramos la ruta. Observando cómo jugaban con palos en las rocas haciendo algunos dibujos, decidieron esculpir en la piedra arenisca sin tener una idea clara de lo que querían diseñar y dejándose llevar por la roca. La primera escultura que tallaron fue ‘La Monja’, de unas dimensiones de 1,1 metros por 0,7 metros. En la actualidad hay más de una quincena esculturas que se pueden visitar en menos de una hora realizando un pequeño recorrido de apenas dos kilómetros, en un paraje precioso, entre pinos y al lado del embalse. Resulta relajante para nuestros 5 sentidos, y superdivertido para los niños, los cuales los teníamos siempre delante para descubrir ellos la siguiente cara!, y que ilusión les hacía.

Las rocas del pantano de Buendía resultan estupendas para los trabajos escultóricos, ya que se realizan en la piedra arenisca, que es blanda y fácil de trabajar.

Las esculturas pueden tardar varios años en hacerse debido al gran trabajo que conlleva cada una de ellas. La que más se tardó en hacer fue ‘El Chamán’, que se finalizó ocho años después debido a la dureza de la piedra y a que salieron varias grietas. En ningún caso se utilizan moldes ni nada parecido para hacer las esculturas pues en la mayor parte de los casos, cuando las comienzan, no tienen una idea determinada del tipo de escultura que quieren realizar.

Nos comentaron que están haciendo una nueva cara, pero nosotros no supimos donde está escondida.

¿Qué esculturas nos encontramos en nuestro camino?

Moneda de la Vida: es la primera escultura que encontramos en el recorrido. El contorno esférico simboliza el universo mientras que los huesos, la estructura física y el círculo concéntrico representan el claustro donde se gesta una nueva vida.

Cruces Templarias: simbolizan la protección a cada uno de los visitantes.

Krishna: Escultura inspirada en el dios de la India con varios abalorios típicos de la mitología hindú, incluida la pluma de pavo real que era el medio de transporte de este dios.

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Maitreya: escultura inspirada en el próximo dios Buda que, según esta religión, nacerá de la tierra para completar la plena iluminación. Entre la cejas de esta escultura podemos encontrar el tercer ojo que, según el Budismo y el Hinduismo, es el de la conciencia o iluminación.

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Arjuna: escultura inspirada en uno de los principales personajes del poema épico hindú Mahabhárata.

Espiral del Brujo: representando un movimiento como puede ser el de las galaxias también podemos encontrar un indio.

Chemary: personaje de fabula o gigante meditando en plena naturaleza de Buendía.

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La Monja: escultura que por el contorno de su rostro parece que lleva el hábito de estas religiosas.

Duende Negro: escultura que recibe su nombre por el tono de la arena. Chamán: en muchas culturas de todo el mundo representan a Chamán como un brujo que utilizaba sus poderes para sanar a la gente. Aquí mis hijos pensaron que ellos podrían curar al viejo chamán de un constipado, así que le prestaron un clinex.

Beethoven: escultura inspirada en el gran compositor y director de orquesta.

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Duende Indio, Paleto y Duende de la Grieta: en un mismo panel podemos encontrar un gran número de imágenes pequeñas.

Muerte: escultura como queriendo renacer. Es la única que mira hacia la salida del sol.

Dama del Pantano: en los momentos de máxima altura, el embalse de Buendía llegaba hasta los pies de esta escultura.

Virgen de Lis: fresco sin acabar que se encuentra en la catedral de la Almudena de Madrid.

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Virgen de las Caras: escultura inspirada en la patrona de Buendía, Nuestra Señora de los Desamparados.

Un bonito paseo que les hizo notar hambre a estos dos pequeños aventureros: “tenemos hambre, podríamos comer???”….. Pues al coche y en busca de un lugar para comer.

Al entrar en el pueblo, vimos un pequeño bar-restaurante y allí nos dirigimos “Bar-Restaurante Buendía”. Un menú del día y lo mejor, un trato super amable. De hecho, al finalizar la comida, les pregunté por un pequeño museo que Nacho había visto que tenía el pueblo, el “Museo del Carruaje”, y raudos y prestos, cogieron el teléfono y llamaron a la persona encargada… que casualidades de la vida entraba en aquel momento por la puerta del bar.

Hablé con él, y justo recibía una visita de un grupo de personas a las que mostraría la iglesia de “La Asunción de Nuestra Señora” (patrona del pueblo de Buendía), el “Museo de la Botica” y el “Museo del Carruaje”.

Nacho, niños,…. Arribaaaaaa….. que nos vamos de tour por el pueblo!!…. (de todas formas, esta visita guiada podéis preguntar por ella en la oficina de turismo).

Así nos fuimos con este chico a recibir un grupo de gente, aquella llamada de la “tercera edad”, pero yo diría “tercera juventud”, por lo joviales, alegres y dinámicos…. Nos reímos mucho con ellos. Si alguno resulta que lee esto, os damos las gracias por todas esas risas!.

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Primera parada: iglesia de “La Asunción de Nuestra Señora”.

Hay muy poca documentación conocida sobre la iglesia, y esto es raro. No hay fecha exacta de comienzo de obras. Seguramente hacia 1400. Durante la Guerra Civil fue muy castigada. El retablo y muchas piezas de su interior tuvieron que ser reconstruidas por completo.

Me llamó la atención la “pila bautismal”, a mi y a todos los que allí estábamos escuchando; ahora está en desuso… resulta de detrás de sus paredes, y gracias a un georadar, descubieron que hay más de 1400 cadáveres de bebés de menos de una semana de vida, a los cuales la muerte les había llegado sin tiempo para haber sido bautizados y fueron acumulando allí a lo largo de los años.

La siguiente parada: “El Museo de la Botica”.

Un edificio donde estuvo ubicada la farmacia de Buendía desde mediados del siglo XIX. En él se mantiene prácticamente intacto el despacho, en cuyas estanterías de madera y cristal se conservan unos 400 recipientes de loza (en cerámica de Manises) donde se guardaban químicos, plantas o esencias naturales para la fabricación de medicinas. En el podemos ver el laboratorio químico y el salón con libros de farmacopea de 1905 (en incluso anteriores).

Todos los recipientes contienen los productos originarios, algunos de ellos tan extraño como “semen de caballo”, … y sí, los niños ya leen…. ¿para qué se necesita semen de caballo?…. O cianuro, o una destilación de saúco….. Un sinfín de productos con otro sinfín de usos, algunos de ellos sorprendentes.

Última parada: “Museo del Carro”.

En este pequeño museo se encuentran en la actualidad un total de 12 carros, de los cuales 7 han sido donados por gente del municipio y los demás comprados por el Ayuntamiento de Buendía. Todos los carros fueron restaurados en el año 1997 por 17 mujeres de la localidad, mediante un módulo de formación de restauración.

Aquí pudimos apreciar:

CALESA: Carro utilizado para traer el correo desde Huete y a su vez traer viajeros. Iba tirado por un grupo de dos a seis caballos, y en la parte de atrás tiene una escalera extensible para subir los viajeros.

DILIGENCIA: Carro utilizado desde 1800 hasta 1920 para hacer la línea Buendía-Madrid y Madrid-Buendía. El trayecto duraba de de 3 a 5 días en ir y otros 3 o 5 días en volver. Los caballos se cambiaban en Tendilla (Guadalajara). Las noches las pasaban los viajeros en posadas.

CARRETINES DE PASEO: Este museo dispone de dos carretines de Paseo de 1720 y 1920, que se utilizaban para ir de paseo por la localidad o localidades cercanas. Todos estos carros llevan sistema de matriculación.

CARROS AGRICOLAS: Este Museo tiene un total de 6 carros agrícolas de los cuales uno es volquete o Basculante. CARRICOCHE: Carro de 1956 utilizado por el medico de Carrión de Calatrava para hacer sus servicios a localidades cercanas.

TARTANA: Carro utilizado para la venta ambulante el cual iba tirado por personas su peso no supera los 20 kilos. Además de estos carros el museo dispone de romanas, trillos un reloj de 1989.

A uno de los carretines de paseo, pudimos subirnos, y bueno…..

Para entrar en el museo pagamos 1euro.

La verdad es que pasamos un día estupendo y que os recomiendo para acercaros con los peques.

Espero os haya gustado o inspirado para hacer una excursión, salir de la ciudad, disfrutar de un paseo por la naturaleza y de estas estupendas personas que siempre encontramos por el mundo, que como las meigas, “habelas hailas”…. (os recuerdo que soy gallega).

Compartir, y así llegaremos a más familias!. Gracias otra semana más.

Pasando el día en Olmedo y Coca.

Post by María.

Hola a todos!. En esta ocasión os hablaré de otra escapada de ida y vuelta en el día que hicimos a Olmedo, villa situada en la provincia de Valladolid; a unos 155 Km de Madrid (un paseo en coche de una hora y tres cuartos, poco más), cogiendo la AP-6 y luego la N-601.

Que visitamos?, pues el bonito “Parque temático del Mudéjar”, además del “Palacio del Caballero de Olmedo”, y el Castillo de Coca (este último esta en el pueblo de mismo nombre: Coca, a escasos 20 km de Olmedo).

Listos para pasar el día con nosotros?, genial!.

Primero un poquito de historia, como hacemos siempre, y desde luego que esta villa la tiene.

Olmedo debe su nombre a la abundancia de olmos que existían en su término. Fue una de las poblaciones conquistadas por Alfonso VI antes de 1085 y repoblada en 1093 otorgándosele el Fuero de Roa (por el cual concedían a sus vecinos el poder apropiarse de tierras yermas y desiertas). En 1353 estuvo en ella Pedro «El Cruel», huyendo de su esposa para volver a reunirse con María de Padilla, cuya hija adulterina (vaya palabreja) Constanza, Duquesa de Lancaster, recibió Olmedo y otras villas a cambio de la renuncia a sus derechos a la corona que otorgó en 1388. Habiendo pasado más tarde al dominio de Aragón, cuando este declaró la guerra a Juan II de Castilla, Olmedo se alió con Juan II, siendo severamente castigada, pero el rey de Castilla se presentó con su ejercito a sitiarla, y venció a los aragoneses que la abandonaron esa misma noche.

En 1467 fue corte del infante Don Alfonso, levantado en armas contra Enrique IV, y el 20 de agosto se trabó junto a Olmedo una batalla en que éste quedó vencedor; pero no llegó a entrar en la ciudad, la cual, al año siguiente, pasó a poder de la princesa que había de ser Isabel la Católica. Su esposo Fernando, despachó aquí su convocatoria de las Cortes de Aragón que en 1515 se reunirían en Calatayud.

La importancia que se daba a Olmedo en aquella época se deduce del refrán: ”Quién señor de Castilla quiera ser, a Olmedo de su parte ha de tener”.

Después de esta introducción…. Deciros que como siempre salimos un sábado por la mañana sobre las 11 de la mañana (ya que antes, Alejandro tiene obligaciones que atender, quizás algún día os cuente sobre ello). Así que llegamos para dar un pequeño paseo por el pueblo de Olmedo y buscar un sitio donde comer.

Como habíamos visto que el Castillo de Coca quedaba cerca y cerraba las puertas antes que el Parque temático de Mudéjar, decidimos ir hasta Coca para realizar la visita al Castillo.

Nota: aunque en internet, en diferentes webs pone que abre sus puertas a las 16:30h,…. NO ES ASÍ… abre a las 17:00h. Les pregunté como era no que arreglaban este pequeño detalle, pero los que deben hacerlo no están por la labor,… el horario lleva sin corregir más de un año!. En fin: apertura por la tarde a las 17:00 h.

Caramba, tengo que hablar un poquito de la historia de Coca!, no sería justo solo hablar de la de Olmedo, jeje…

Coca pertenece a la provincia de Segovia (estuvimos saltando de provincia en provincia!, a los niños les pareció muy gracioso y tuve que sacar de mapa para verse).

La Villa de Coca fue un importante asentamiento romano y durante los siglos IV y V Cauca tuvo bastante importancia en el contexto de Hispania. En ella nace el que fuera emperador romano, Teodosio el Grande. Fue conquistada por Almanzor y reconquistada por Alfonso VI en 1086. Napoleón la ocupó en 1808, estableciendo sus tropas en su castillo.

Vaaaaleeeee, me gusta la historia, y algunos estaréis poniendo la misma cara que de vez en cuando me ponen mis hijos.

Castillo de Coca (Villa de Coca).

La Villa de Coca está declarada Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural, con monumentos preciosos, a mis hijos lo que más querían ver es: el Castillo, monumento más representativo de todo el conjunto histórico.

La visita la cogimos guiada, para no ir como “pollo sin cabeza” por el castillo. Que aunque se ve, y es muy grande, la parte visitable es la torre del homenaje, os explico el porqué.

Situado en uno de los extremos del casco urbano, el castillo aprovecha como defensa natural uno de los meandros que traza el río Voltoya. Sorprende el que no se encuentra, como es habitual en la mayoría de los castillos, en una posición elevada, sino que se asienta en un terreno totalmente llano y abierto a la población, situación de la que se percató enseguida Gabriela, con su frase de “mami, este castillo no está en una montaña”.

Está rodeado de un ancho y profundo foso, y por su puesto, imaginación a volar cuando Alejandro se preguntaba cuantos cocodrilos vivirían antes en ese foso (hoy sin agua, por supuesto).

En 1928 fue declarado Monumento Histórico Nacional, es propiedad de la Casa de Alba, cedido al Ministerio de Agricultura de España desde el 1954 y que en la actualidad sirve de sede de la Escuela de Capacitación forestal, además de residencia para sus estudiante, y caramba, como debe sonar eso de “vivo en un castillo”. Ahora ya sabéis porque solo se puede visitar la Torre del Homenaje. El resto de su arquitectura se habilitó para la Escuela.

Su construcción es del siglo XV, y es un importante ejemplo de la arquitectura militar gótico-mudéjar de ladrillo de la época del rey Enrique IV, así como uno de los castillos castellanos más icónicos. Una construcción en la que el empleo del ladrillo alcanza su máxima expresión, no sólo con fines constructivos, sino también decorativos.

Comenzamos la visita en la capilla, pasando por la sala de armas, y alguna pequeña estancia más.

Os mentiría si no os dijese que los peques quedaron un pelín defraudados al ver el esplendor de tan gran castillo y lo poco que se puede visitar del interior. Pero niños son, y encontraron la diversión en subir y bajar por las estrechas y empinadas escaleras de caracol, y les pareció no más que curioso escuchar como metían a los presos en el calabozo: les tiraban por un agujero en el suelo y caían a la celda, con la caída, solían romperse las piernas, con lo cual lo de “escapar” se ponía más complicado.

Las vistas desde lo alto de su torre son preciosas, increíbles pinares rodean el lugar.

Le dimos gracias a nuestro guía por su atención con nosotros y así proseguimos nuestra escapa, de nuevo hacía Olmedo, directos al Parque Temático de Mudéjar!

Parque temático del Mudéjar (Olmedo).

Al llegar a la taquilla, una amable señora nos dijo que podíamos adquirir aquí la entrada conjunta al parque y luego al Palacio de Olmedo. Después de visitar el castillo, no quería meter de nuevo a los peques en otro edificio, y que les contasen más historia de España, pero…., esta buena señora me dijo que este palacio era “una visita diferente”, así que , bueno, compramos la entrada conjunta.

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El parque Temático del Mudéjar de Olmedo reúne monumentos en réplicas exactas y a escala del estilo más original que ha producido Castilla y León a lo largo de su historia, y es que para esta comunidad el arte Mudéjar es más que un símbolo, es color y es personalidad.

Este parque es único en Europa y lo tenemos bien cerca de Madrid.

Los niños y nosotros disfrutamos de un bonito paseo por sus senderos y caminos bien cuidados entre vegetación típica y autóctona de la zona. También podemos ver como recorre un “río” por el parque, y encontrar un lago en la parte central del con 5 grandes chorros de agua.

No fue nuestro caso, porque comimos en el pueblo, pero si queréis hay zonas de merendero, con máquinas expendedoras, así como zonas de juegos infantiles.

Pero desde luego lo que más fascinó a mis hijos, fue el poder meterse dentro de las “miniaturas”, parecían auténticos gigantes. Entre las miniaturas se encontraba el Castillo de Coca, que acabábamos de visitar, y desde luego nos dio un punto de vista diferente. Las miniaturas están hechas con todo detalle.

Nacho y yo nos metimos dentro de algunas de estas miniaturas, de las que pudimos, porque había espacios en los que desde luego solo entraban los niños, quizás nosotros también, pero no nos queríamos arriesgar a tener que llamar a los bomberos para que nos sacasen luego!….. jaja.

En total hay 21 monumentos en miniatura, a los cuales no en todos se puede “entrar”, y a los que están dentro del jardín no se puede acceder, o no se debería, para no pisotear el césped, así no informó una de las jardineras que por allí se encontraban.

Como os acabo de mencionar, encontramos la miniatura del Castillo de Coca, pero también: Ntra. Sra. de la Asunción (Muriel de Zapardiel),San Salvador (Toro), San Pedro (Alcacerén), La Lugareja (Arévalo), Puerta de Cantalapiedra (Madrigal de las Altas Torres), El Boal (Pozaldez), Puerta de Medina (Madrigal de las Altas Torres), Estación de Villalón (Villalón de Campos), Ermita de San Saturio (Soria), Puerta de San Basilio (Cuéllar), Palacio de Pedro I (Astudillo), San Tirso (Sahagún), San Andrés (Olmedo), Monumento a la Soterraña (Olmedo), la Estación de Olmedo (Olmedo), San Juan Bautista (Fresno el Viejo), San Miguel (Olmedo), Fuente de Caño Nuevo (Olmedo),  el Castillo de la Mota (Medina del Campo), y un Palomar típico de la zonal

Habéis notado que he nombrado dos estaciones de ferrocarril?, si?, pues es otro de los atractivos que encontraron mis hijos en este parque, y es que por todo el recinto recorren vías de trenes en miniatura. En algunos puntos Gabriela y Alejandro quisieron parar para quedar absortos viendo circular estos trenecitos.

Hay dos trazado ferroviarios diferentes:

El primero se inicia en la estación de Olmedo (Valladolid). Trazado de vía doble electrificada que realiza un recorrido de ida y vuelta, atravesando túneles, puentes de hierro sobre ríos y rodeando incluso una montaña.

El segundo trazado ferroviario realiza un recorrido imaginario entre la estación de Villalón de Campos (Valladolid) y un apeadero situado en la ermita de San Saturio en Soria. El trazado es de vía única y electrificado con una estación central para efectuar los cruces. A lo largo del trazado pueden encontrarse tres puentes: uno de piedra, otro metálico y un tercero levadizo de ladrillo con forma de arco.

Ya se nos hacía un poco tarde y nos quedaba por visitar el Palacio del Caballero de Olmedo…. Llegábamos a tiempo para el penúltimo pase!.

Se puede ir caminando, pero después de un día largo para los peques, sabíamos que el regreso al coche podría ser muy duro. Así pues, cogimos el coche y en 5 minutos aparcamos delante del Palacio.

Palacio del Caballero de Olmedo.

Decir que “El caballero de Olmedo”, es una de las obras más conocidas de nuestro gran poeta y dramaturgo Lope de Vega, escrita allá por el año 1620, perteneciente al Siglo de Oro español.

En esta tragicomedia se narra una historia de honor, amor y muerte. Honor que es manchado por una ofensa y que debe ser lavado con sangre. Don Alonso (el caballero de Olmedo) es el enamorado, doña Inés la enamorada, Don Rodrigo (caballero de Medina) es al que está prometida doña Inés, y Fabia, la celestina que anda por medio con su “pócimas de amor”…. Vamos que esta historia no acabó muy bien, ya que Don Alonso fue asesinado por Don Rodrigo, y eso que previamente el primero le salvó la vida al segundo en una plaza de toros…. Pero… ya veis.

El Palacio de Olmedo, situado en la mansión de los Condes de Bornos, está destinado a que el visitante pueda conocer la historia de este famoso caballero creado por Lope de Vega a través de una representación teatral realizada tanto con hologramas como con efectos de iluminación y sonido. El pase se desarrolla a lo largo de siete salas en penumbra que envuelven al viajero, durante casi 45 minutos.

La verdad es que es una visita muy original y que gustó mucho, o casi….  Si vuestros hijos son muy asustadizos, no os aconsejo la visita. Una de las salas está destinada a Fabia, la alcahueta, que es presentada como una bruja, y las voces son tremendas, así como los efectos…. Alejandro, pasó un poco de miedo y a partir de esa sala, tuve que llevarle en brazos y estar explicándole que todo aquello era mentira, que era una historia y nada era real.

Se fue tranquilizando, y hoy dice que volvería a ir al palacio del caballero porque ya no tendrá miedo. No se…..

(Del interior de las salas no pude hacer fotos, ya que están prohibas fotografías o reproducciones en vídeo).

Lo dicho, si vuestros peques son de los que se asustan, no hagáis la visita. Porque en caso de que tuvieseis que abandonar la proyección, no se como lo haríais, ya que está todo absolutamente a oscuras menos la sala en que te encuentras, acaba la proyección y se oscurece todo, iluminándose el camino a la siguiente sala. Con el grupo no hay personal del “museo”, dan las instrucciones al principio y luego el grupo se va moviendo solo. Así que, preguntar qué hacer si por cualquier motivo debéis abandonar la sala antes de tiempo.

Pues hasta aquí llegó nuestro día. Todos al coche y rumbo a casa. Los peques se quedaron dormidos enseguida.

Como siempre, si os ha parecido interesante, compartid por favor!. Gracias a todos por seguirnos una semana más.

Aquí os dejo enlaces para que tengáis más info de horarios y precios de las visitas que hicimos.

Castillo de Coca: http://www.castillodecoca.com

Parque temático del Mudéjar: http://www.olmedo.es/pasionmudejar/

Palacio Caballero de Olmedo: http://www.olmedo.es/palaciocaballero/

Castillo y Molinos de Consuegra

Post by María.

Este sábado ha sido de los más divertidos que recuerdo, de aquellos que también te dejan fotografías en tu corazón, por la belleza y disposición de los elementos que te rodean, de la luz, que a veces piensas como pinceladas de claro y oscuro. Ha sido de aquellas visitas que quedarán en la memoria de mis hijos, y de sus padres!!, que por cierto, esta actividad la encontró Nacho.

Dónde estuvimos? En el emblemático Castillo de la Muela, con sus molinos de viento a ambos lados, en lo alto del Cerro del Calderico en Consuegra (Toledo), a hora y media de Madrid.

Historia:

Los orígenes de esta villa manchega, se pierde en los tiempos. Se sabe, por los escritos de Plinio, que hubo en el lugar una importante población carpetana de nombre Consaburum.

Durante la dominación árabe Consuegra se convirtió  en residencia de algunos moros, y en las cercanías de la localidad manchega, el Cid derrotó a Alffgio, valí de Dénia, en el 1082.

El Castillo de la Muela, es de esos castillos que a lo largo de los años ha pasado de mano en mano, y ha sufrido asedios constantemente.

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Es del s. X, fortaleza que contaba con tres recintos amurallados!. Por ahí pasaron celtíberos, romanos, visigodos, cristianos, moros…. Y debido a ello ha sufrido importante deterioro.

Deciros que en 1097 tuvo lugar la Batalla de Consuegra donde, Don Diego, el hijo del Cid Campeador, muere defendiendo el territorio frente a tropas almorávides. Pero, perdió la vida en batalla, o fue traicionado por los “suyos”???…. esa pregunta siempre a la siempre la respuesta en el aire quedará.

Los ejércitos comandados por el rey Alfonso VI, fueron allí vencidos por los almorávides.

En 1183 Alfonso VIII donó el castillo a los caballeros de la Orden de San Juan Hospitalario de Jerusalén, donde establecieron un priorato dirigido por Juan de Austria.

En 1809, fue tomado por tropas francesas.

Con la “desamortización” de 1836 pasó a manos de particulares y en 1962 es adquirido por el Ayuntamiento de Consuegra, comenzando su rehabilitación en 1985, trabajos que aún duran.

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Yo entiendo que explicar historia a los niños, y más cuando son pequeños, puede que no sea de lo más divertido, pero en nuestro caso fue supersencillo ya que la visita fue teatralizada, a cargo de la compañía Vitela Teatro, compañía nacida en Consuegra.

Ya se que empiezo por el final, sí, desde aquí os doy las gracias, gracias a cada uno de los actores que allí nos amenizaron con majestuosas actuaciones, gracias por hacernos disfrutar como niños, por todas las sonrisas que nos habéis sacado a cada uno de los que allí estuvimos, por todas las caras de asombro, nervios, risas, incluso sustos….

Ya son algunas las visitas teatralizadas que mi familia y yo hemos hecho, pero desde luego, esta ha sido la más original, la mejor que hemos realizado.

Pues bien, comienzo mi relato. Habiendo reservado previamente la visita, llegamos al Castillo a mediodía, para recoger las entradas. A las 13h, comenzaba la visita guiada y teatralizada.

 

Punto de encuentro: la entrada al Castillo, allí debíamos esperar a un soldado “muy loco” que a parte de recoger entradas, nos daría la bienvenida a su manera en castellano antiguo…. Tan antiguo que Gabriela y Alejandro pedían traducción, y todos los allí presentes!….

Entre chascarrillos, bromas con los visitantes y “discusiones” con algún habitante más del castillo… comenzaron a relatarnos como fue construido el Castillo de Consuegra, y por todas las “manos” por las que había pasado.

Y entre historias y leyendas de un juglar, sonaron los cuernos avisando de las túnicas negras, que llegan los moros!….. todos dispuestos a entrar en el Castillo para protegernos, y de paso nos dieran unas nociones de lucha con espada de madera para defendernos, para después en parejas practicar…. Alejandro, contra su padre, y lo hizo tan bien que el instructor le dijo que lo harían escudero, y que orgulloso estaba de ello mi niño.

Una vez instruidos, parece que los moros no se atrevieron con nosotros, así que proseguimos visita al interior del castillo para que nuestro peculiares y divertidos personajes nos explicasen un poco más de historia y vida en el castillo.

Del interior no disponemos de fotos para no entorpecer el trabajo de los actores y no hacer saltar flashes durante su trabajo, que bastante incómodos deben ser.

Tampoco quiero desvelar todo lo que aconteció, porque os dejaría sin factor sorpresa. Solo decir que mi familia y yo nos reímos un montón!

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La visita dura como hora y media, pero se pasa muy rápido…. Y te deja con ganas de más.

Actores sublimes en su papel, que por cierto, nada fácil me pareció por sus largos diálogos y expresiones antiguas. En nuestra memoria auditiva quedan sus tremendos timbres de voz, claras y que retumbaban por todos los habitáculos.

Finalizada la visita, el tiempo justo para disfrutar de las vista de la torre más alta del castillo, viendo las grandes llanuras a mi mente vino aquella frase de “ancha es Castilla”!. Camino a la salida pudimos ver el calabozo y jardín. También pudimos charlas con los actores (ya vestidos de calle), que estaban esperando que saliesen todos los visitantes para el cierre de las puertas del castillo.

Cuando recogimos las entradas, nos habían comentado que con ellas podríamos visitar uno de los doce molinos que estaban a los lados del castillo, el “molino Rucio”, ya que cada molino tiene un nombre.

Así que decimos ir a comer al pueblo y después volver a subir al cerro.

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Que hambre teníamos y que rico se come en el pueblo… mientras comíamos vi un letrero anunciando la “fiesta del azafrán”, así que pregunté a la camarera y nos dijo que se celebraba el último fin de semana de octubre, y que es un fiesta muy bonita a la que vale la pena venir…..

Este año se celebrará la 55ª edición de esta fiesta tradicional, declarada de Interés Turístico. En la fiesta de la Rosa del Azafrán, además de la monda del azafrán tienen lugar otras actividades como el teatro, exposiciones, torneos, certamen gastronómico, muestras de artesanía… Esos dias, el Molino Sancho abre sus puertas para la “molienda de paz” donde reparte harina entre sus visitantes. También se celebra el “Concurso Nacional de Monda”. Qué más?, porque hay más cosas!…. se elige a la “Dulcinea” del pueblo acompañada por damas de honor. Y el domingo celebran el “Festival Folclórico de Coros y Danzas” en el que participan grupos de toda la región.

Pues ahí os lo dejo por si os apetece acercaros a Consuegra durante la fiesta de la Rosa del Azafrán, no digáis que no os avisamos!.

Y siiiii….. después de comer volvimos al Cerro Calderico para visitar el Molino Rucio!…. uno de sus famosos molinos de viento, 12 en total, alineados todos sobre el cerro. Estos molinos fueron los que inspiraron a Cervantes el famoso episodio de la lucha con los gigantes de su más popular personaje “Don Quijote de la Mancha”.

Podemos entrar con la misma entrada del castillo, pero de forma libre. Nosotros decidimos pagar 2€ por adulto (niños gratis) para recibir explicaciones del molinero.

No tuvimos mucha suerte con respecto al viento, más bien escaso, pero lo justo para que el molinero lo pusiese en marcha unos segundos y ver como funcionaban todos sus engranajes y se hacia la molienda.

El molino se considera la primera fábrica de la historia, ya que tiene los mismos elementos: un edificio, una fuente de energía, la maquinaria y los operadores, teniendo como resultado la salida de un producto, en nuestro caso: harina (por cierto, la harina que fabrica este molino en concreto, va para uso animal, ya que debido a las impurezas no es para consumo personal)

El uso original del molino de viento era el molido de cereales, especialmente el del trigo (los peques vieron allí los sacos de trigo y maíz). Con el tiempo se diversificaron las maneras de aprovechar el viento por medio del mismo mecanismo y se denominó molino de viento a todo aparato movido por la fuerza del viento,  sin importar su tarea.

En general, el molino de viento funciona cuando el viento mueve las aspas (viento escaso que había en el momento de nuestra visita), haciendo girar un eje central que está conectado a una piedra para moler. La mejor piedra para moler es el pedernal, ya que no causa impurezas en la harina resultante (no era el caso de este molino, ya os comenté que la harina resultante va para consumo animal debido a las “cáscaras” que contiene).

 

Por cierto, yo no tenia ni idea, podemos cambiar la orientación de las aspas (según el viento) mediante una palanca enorme que está fuera del molino.

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Otra curiosidad, es que el techo del molino es desmontable, porque por algún sitio debemos sacar la gran piedra utilizada para moler o la gigantesca rueda que hace que todo funcione, y desde luego, por la puertita y estrechas escaleras, no caben!.

Salimos de esta visita con más información para nuestro saber. Cuántas cosas hemos aprendido en esta excursión!!.

Nacho nos dijo que él sabia que en este pueblo se encontraba una presa romana, y como teníamos tiempo, salimos en su busca.

Por el pueblo hay indicadores, pero una vez salimos…. Ya no…. Solo un gran cartel con publicidad de la presa, sobre un camino de tierra de color clara, a unos 4 Km de Consuegra. En ningún momento indicaba que fuese por ese camino de tractores, … pero en vista que al pasarlo ya no encontramos desvío alguno indicando por donde se iba, decidimos tomarlo.

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Tiene su encanto, porque vas por tierras de cultivo, sobretodo vid. Nos perdimos un poco porque nos habíamos imaginado la presa de otra manera, pero aprovechamos para pasear entre uvas y campos donde ya habían recogido los cereales plantados, mis peques también averiguaron como son la almendras cuando aún cuelgan del árbol….

Solo decir que cuando ese camino se desvía en dos, coger el camino de la derecha (el que va hacia el Santuario de Urda) y observar bien a vuestra derecha… lo que yo pensaba que era un muro de piedra separando campos o cultivos, resultó ser lo que queda de la presa romana.

Y es que en nuestra cabeza estaba la imagen que aparece en la web y fotografía del cartel que allí encontramos, pero justo ese primer tramo, no se parecía mucho…..

Esta presa fue construida por los romanos entre el s. I y II d.C., con el fin de abastecer a la población, la más larga y más antigua de la historia. Actualmente, como os he dicho está situada entre cultivos de cereales y viñedo.

Está declarada de Bien de Interés Cultural, conserva el frontal y paramentos y contrafuertes. Hoy en día no tiene funcionalidad.

Solo puedo decir que objetivo conseguido, vimos la presa.

Ya nos íbamos para casa, pero Alejandro observó que acababan de encender las luces del castillo y de los molinos, y nos pareció una buena idea volver a subir al cerro Calderico y verlo de cerca.

Gran idea, preciosas las fotografías que pudimos tomar con la cámara y con nuestra memoria, porque son de las que te quedan para toda la vida.

Ahora, que se que estáis deseando hacer esta excursión, podéis consultar horarios y precios en www.turismocastillalamancha.es/patrimonio/castillo-de-consuegra-42364/descripcion/

Para las visitas teatralizadas: Sábados, Domingos y Festivos a la 13:00h, venta de entradas en taquilla o si preferís reservar (para no quedaros fuera, que sería una pena), podéis hacerlo llamando al teléfono 621 201 718 o e-mail reservas@vitelateatro.com

Avisaros de que normalmente las visitas teatralizadas al Castillo quedan aplazadas en invierno, desde el 15 de noviembre hasta febrero más o menos.

Espero que os haya gustado este post (mi familia y yo de verdad que disfrutamos esta visita) si es así, por favor, compartid!!!…. muchas gracias una semana más.

Visita al Parque Minero de Almadén.

Post by María.

Hoy os voy hablaré de una escapada que hicimos de fin de semana a Almadén, Ciudad Real (Castilla la Mancha).

Una visita que ha quedado grabada en la retina de mis hijos, ya que allí visitamos el Parque Minero de Almadén, unas antiquísimas minas de mercurio con muchísima historia e importancia en España y mundo entero, de hecho, son Patrimonio de la Humanidad.

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La mina de Almadén ha estado en activo más de 2.000 años, siendo las más antiguas del mundo. Es el mayor yacimiento de mercurio encontrado hasta la fecha, y de ella salió una tercera parte del mercurio consumido por la humanidad. En el 2002 cerró su actividad, aunque en su interior aún queda una reserva muy importante de cinabrio que no ha sido extraído.

El cinabrio o bermellón (por su color) está compuesto de un 85% de mercurio y un 15% de azufre. Calentando en hornos el cinabrio, por condensación obtenemos el mercurio.

Bueno, y allá voy con un poco de historia de estas minas en versión resumida:

El yacimiento de Almadén se formó hace unos 430 millones de años, cuando las cuarcitas que hoy forman su subsuelo se estaban depositando bajo el mar en una plataforma continental de poca profundidad. Con esta sedimentación surgió un volcanismo profundo que arrastró el mercurio desde las entrañas de la Tierra.

El mercurio se combinó con el azufre, en parte de origen profundo y en otra marino, formando el cinabrio que mineralizó la cuarcita.

Hace unos 300 millones de años se produjo una la elevación de toda el área que dejó de estar cubierta por el mar.

De hecho, en el Museo Minero, pudimos observar rocas con fósiles marinos que se han extraído de la mina, recordándonos que una vez estuvimos bajo el mar.

Las primeras noticias de su explotación, seguramente iniciada por los cartagineses, datan del siglo IV antes de Cristo, pero fue tras la conquista romana cuando adquirieron su mayor desarrollo, Roma recibía el cinabrio y preparaba el bermellón, que usaban para dar color a sus cerámicas, mosaicos, etc…. En aquello tiempo era usado como “colorante”.

Es en el s. XVI cuando estas minas adquieren importancia, cuando comienza a utilizar el mercurio como amalgama para el oro y plata que se extraían de minas de todo el mundo (para obtener el oro o la plata en estado puro, primero debían mezclarlo con el mercurio, por procedimientos químicos lograban separar estos materiales preciosos del resto de impurezas). De ahí, que España comenzase a exportarlo.

En 1525 Carlos I tuvo que arrendarlas a los Fugger (Fúcares), familia alemana de banqueros, como pago de los prestamos recibidos para sufragar los gastos de su coronación como emperador. Los nuevos propietarios disfrutaron de la explotación minera hasta 1645, año en que fue recuperada por la real Hacienda, de quien dependía el Tribunal de Superintencia General de Azogues, creado en 1735 para regentar el yacimiento.

Estas minas tienen su “historia negra”,….

La necesidad de nuevos operarios para la minas aparece, pero los trabajadores de la comarca no están dispuestos a cambiar sus oficios por el de mineros.

La corona, conocedora de este problema, fue otorgando diversos privilegios a los mineros de Almadén para conseguir el asentamiento de forasteros. Los mineros fueron declarados: “exentos de milicias, repartimientos de soldados, alojamientos, quintas, quarteles…”

Los trabajadores siguen siendo insuficientes y aparece la condena a las minas de Almadén, íntimamente ligado a la aparición de la pena de galera, se emplean forzados. A ello hay que sumar la utilización de esclavos, comprados por los administradores o enviados allí por sus dueños para su “corrección”.

Pues bien, al interior de estas minas no fuimos!… que sí, que sí… al interior de la tierra bajamos. Ya os aviso que esta visita no es apta para los que sufráis de claustrofobia.

Iniciamos la visita en el Centro de Visitantes, seguimos por los antiguos talleres y los castilletes de los pozos de San Aquilino y San Teodoro. Pasamos al Centro de Interpretación de la Minería, edificio de los años 20, donde con apoyo audiovisual nos muestran los diferentes tipos de explotación que se han sucedido en la mina a lo largo de su historia, así como otras labores relacionadas con la extracción del mineral (desagües, iluminación, transporte del cinabrio hasta la superficie).

Estas minas tiene más de 700 metros de profundidad. Desde su cierre, se ha recuperado un espacio para la visita pública, desde luego con todas las garantías de seguridad.

La zona accesible corresponde a la 1ª planta de la mina (Pozo de San Teodoro), a unos 50 metros de profundidad, la de mayor valor histórico. A ella accedimos con una “jaula de mina” (un tipo de ascensor) en grupos pequeños y con una sensación rara, intrigante… las caras de los niños eran de total expectación. Una vez fuera de la jaula, nuestro guía nos dio unas pequeñas pautas y normas de seguridad para evitar “tropiezos”. Iniciamos el recorrido a pie en “fila india” por las entrañas de la tierra, un recorrido en el que no podíamos pararnos a realizar fotos, excepto cuando el grupo se parase para atender a las explicaciones del guía; lo de allí abajo es un auténtico entramado de galerías, y no queremos perder a nadie!!. La verdad es que se te pone la piel de gallina, a parte de por el fresquete que hace allí abajo, por pensar que por allí, en fila de a uno y encadenados, con apenas luz, trabajaron los “forzados” y “esclavos”…. con turnos insufribles de 12 horas

Pudimos contemplar una auténtica maravilla, el baritel del Pozo de San Andrés, con su espectacular malacate, una instalación de principios del s. XVIII que tenía como objetivo extraer el mineral a través del pozo. Se trata de un torno vertical anclado en el hueco excavado para ello, alrededor del cual se arrolla una soga. El tambor se desplazaba movido por caballerías y los cables pasaban por unas poleas y suspendían las “soleras” con el mineral. El “baritel” es el espacio excavado en la roca y recubierto por una cúpula de ladrillo y piedra.

Pasamos por la “galeria de forzados”, por la que se conducía a los penados a trabajar a la mina desde la cárcel (La Cárcel de la Crujía, que también visitamos sus restos en el pueblo).

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En el recorrido nos encontramos con la Virgen de Nuestra Señora de la Mina, en su nuevo emplazamiento, porque antiguamente estaba en la planta 19ª en el Pozo de San Joaquín a 700 metros de profundidad;donde tradicionalmente se celebraba un rosario al que podía asistir todo el que quisiera, aprovechando la ocasión por mujeres y niños para bajar a la mina, rito que cayó en desuso por medidas de seguridad minera. Esta virgen es la patrona del pueblo.

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Finalmente, accedemos de vuelta al Pozo de San Teodoro, a una galería superior, donde un tren minero de vagonetas habilitado para los visitantes, nos transportó a la superficie. Viaje en vagoneta que estaba desando Alejandro, aunque su cara era todo un poema… je,je,je. Gabriela, por falta de espacio viajó en la parte de la locomotora.

Una vez fuera, continuamos nuestra visita por las instalaciones exteriores: hornos de Alúdeles del s. XVII, Puerta de Carlos V, puerta de carros con su calzada y su horno de tejeras, y finalmente Museo del Mercurio con salas dedicadas a la geología y paleontología de la zona, experimentos interactivos de la física y química del mercurio, las historia de la metalurgia de este metal y el transporte hasta América.

Uno de los trabajadores, me contó que antiguamente, tenían una “piscina” de mercurio, donde uno de ellos se metía vestido para que la gente, sobretodo niños, se quedasen boquiabierto viendo que salían de ella totalmente secos. Y que el mercurio en sí, no era nocivo…. bueno, no buceaban en él, solo se metían…. Nos enseñó algunas fotos que tenía en su teléfono móvil.

La visita finalizó cuando un minibus eléctrico nos devolvió al Centro de Visitantes.

Hoy en día, las plantas inferiores de la mina están inundadas de agua debido a la inactividad de la misma.

Hasta aquí la visita a la mina, pero en el siguiente post os contaré qué más visitamos en el pueblo de Almadén, todo estará relacionado con este yacimiento minero, incluso el lugar donde dormimos!…. Hasta la próxima semana!!!

Una escalera en el agua.

Ramón, mi profesor de tenis llevaba tiempo  diciéndome que a mí, que me gusta salir de Madrid y conocer cosas bonitas, no podía perder la oportunidad de conocer uno de los pueblos más escondidos de la provincia de Guadalajara  y a la vez, uno de los más bonitos de España. Así que aprovechando uno de esos fines de semana de Diciembre  en el que un sol radiante invitaba a estar fuera de casa no lo dudados y nos fuimos a la aventura.

Salimos prontito por la mañana, nuestro destino está a unos 130 kilómetros de Madrid y algunos de ellos pasan por carreteras comarcales, así que aquí va el primer consejo de mamá precavida: Tomaos el viaje con calma, no hay prisa y el paisaje bien merece la pena disfrutar.

Pero este primer consejo se tiene que completar con el segundo: El pueblito al que vamos es uno de los más visitados en la zona, sobre todo en primavera, así que no os retraséis en salir ya que en el pueblo está prohibido pasar en coche (algo que se agradece) y aunque habilitan un parking gratuito durante los fines de semana, se llena rápido.

Sobre las 11.30 y después de alguna curva que otra comenzamos a ver nuestro destino al fondo del paisaje. Un cartel que ponía  “Valverde de los Arroyos, uno de los pueblos más bonitos de España” nos recibió en la entrada y la verdad, es que solo habiendo echado un vistazo general ya nos dijimos que no se equivocaba.

Este pequeño municipio que apenas llega a los 100 habitantes censados, se encuentra en las faldas del Pico Ocejón en la sierra de Ayllón y a medida que te vas acercando sientes como, a pesar de no estar lejos de Guadalajara o incluso de Madrid, es un pueblo que gracias a su situación entre montañas parece en cierta manera oculto al resto, algo que creo le ayudado a mantener su identidad y esencia a lo largo de los años.

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(Foto: Wikipedia)

Valverde de los Arroyos al igual que Patones, (del que ya os hablamos aquí)  pertenece a esos pueblos denominados de “Arquitectura negra” que se caracterizan sobre todo por  la pizarra usada en sus construcciones.

casas con habitaciones pequeñas, grandes chimeneas y  paredes gruesas  cubiertas de ese material de color negruzco  surgen por la necesidad de los habitantes de estos pueblos para protegerse del clima tan extremo que tienen durante los inviernos.

Curiosidad de mamá: ¿Sabíais que este tipo de pueblos que se encuentran en la sierra de Guadalajara están en proceso de declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO?

Una vez aparcado el coche nos pusimos a caminar y a escasos metros ya nos topamos con la Plaza mayor del pueblo, plaza muy cuidada con una gran fuente en el centro que me recordó a los típicos pueblitos de montaña suizos.

Valverde es un pueblo chiquito que no se tarda en recorrer.  Rodeado de naturaleza,  envuelto en silencio que solo se rompe con el sonido de algún pájaro o ráfaga de viento, con sus chimeneas humeantes para calentarse del frio y dentro de un escenario de pequeñas casitas de de piedra y madera que  ayudan a que los peques se vean paseando dentro de un cuento de hadas, por ejemplo y como me dijo Lucia, por las calles de “la bella y la Bestia” 🙂

Pero no se puede venir a Valverde de los Arroyos y quedarse en el mero turismo «urbanita». Todo el que venga hasta aquí tiene la obligación de conocer la parte  “natural” de la zona y que mejor manera de hacerlo que con   una pequeña excursión hasta la  Cascada o chorrera  de Despeñalagua.

¡No os asustéis! ya sabéis que yo no soy mucho de campo y  puedo asegurar que la experiencia  me encantó y los enanos se divirtieron de lo lindo.

Fijaos si la ruta es sencillita que  casi todo el mundo que viene a descubrir Valverde aprovecha la ocasión y la hace, de aquí que haya ciertas épocas del año que la ruta puede estar bastante concurrida o incluso parecer la Gran vía en época navideña jajajaja.

Por eso y antes de empezar con nuestra experiencia con la aventura os doy  mi primer consejo de mamá aventurera: Esta ruta no es apta para gente claustrofóbica o que no le guste la multitud.

Si,  la mejor época para ir es primavera que es cuando mayor caudal de agua cae, pero no busquéis el fin de semana idóneo con un solazo tremendo y unas temperaturas ideales, esa idea la tendrán  muchos más y aunque el  inicio del camino es amplio, a media que se acerca a la cascada se va estrechando y si en algún punto queréis dar la vuelta… con  mucha gente será difícil hacerlo de manera sencilla.

Ojo que nosotros hemos ido en Diciembre y la vista era espectacular.

Segundo consejo de mamá aventurera: Hay que llevar calzado apropiado, incluso me atrevería a decir que llevéis uno de repuesto con un par de calcetines de más. , es fácil sí, pero no dejas de estar caminando en un paisaje rocoso con tramos al lado de arroyos y creo que a todos os pasará eso de que cuando un niño ve agua….. la toca, ¿no? jajajaja

¿Empezamos?

El inicio de la ruta no tiene perdida. Dejamos la fuente de la Plaza Mayor a nuestras espaldas y subimos el camino que llevaba a los campos de futbol. Aquí nos encontramos un cartel que nos indicaba las posibilidades de rutas que hay en esa zona y seguimos  hacia la chorrera.

Al principio el recorrido era prácticamente llano, los cuatro íbamos paseando y saludando a los que nos cruzábamos que ya venían de vuelta. Tras unos 15 minutos el sendero se va metiendo en caminos más rocosos, estrechos y con un poco más de pendiente.

En cierto punto nos encontramos una especie de bifurcación, pero tomando la cascada como guía, tiramos a la izquierda y empezamos a ser  conscientes de la grandiosidad de la Chorrera.

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Yo como siempre, antes de hacer cualquier cosa ya había explicado a los enanos y al padre de las criaturas que es lo que íbamos a ver, nos apetecía un montón pero no esperábamos  sorprendernos después de lo que habíamos visto en una de nuestras excursiones en Alemania (aquí), pero  cuando vimos al fondo del paisaje toda esa agua cayendo a esa altura se nos abrió la boca involuntariamente. Si se veía así a nuestra distancia, ¡como tenía que ser desde alli!

En fila india íbamos subiendo poco a poco por el caminito. Cruzamos riachuelillos, seguimos saludando, dejando pasar a aquellas personas que iban más rápidas que nosotros mientras nos contábamos historias o escuchábamos las de otros que nos ayudaban a conocer un poco más este tesoro Natural.

Confesión de mamá: Tengo que reconocer que la que escuchaba a los demás era sobre todo yo pues desde muy pequeñita tengo fama de cotilla…. Mi madre siempre cuenta la vergüenza que pasó un día en una terraza cuando la mandé callar muy enfadada ya que no oía a la mesa de al lado.  Cosas de niños  pensareis, esto no de vergüenza, pero la cosa cambia cuando termina el relato diciendo que ella no fue la única que escuchó mi reprimenda, fue ella y el resto de mesas de la terraza (incluida la que me interesaba a mi 😉  ) .

Esta habilidad fue creciendo con los años hasta conseguir atender dos conversaciones a la vez, además de mantener una yo coherentemente. ¿Cotilla? no lo sé, quizás un poco.  No lo hago a todas horas, solo en momentos puntuales y sobre todo cuando tengo que estar atenta con lo que me pueden liar los enanos mientras creen que estoy a otra cosa jajaja, además  como se aprovechan los demás cuando me preguntan (que también son cotillas sin admitirlo) y lo que se aprende escuchando….

En fin, a lo que vamos…. De todas estas historias me quedé con una en especial,  no sé si será verdad pero me cayó tan bien el personaje de la historia y el narrador parecía experto en la materia así que os la voy a contar.

Contó el experto a su grupo  que este camino no tiene un origen natural sino que fue una idea de un tal Agapito, un habitante de Valverde que a finales del siglo XIX empezó sin ayuda de nadie, con su pico y su pala, a cavar para llevar el agua a las huertas de pueblo. Eso sí, cuando la gente vio que la cosa funcionaba y que no quedaba casi nada para terminar decidieron participar.  Os podéis imaginar que supuso eso para el pueblo, ¿verdad?

“Claro, cuando ya no quedaba nada (me dijo Lucia cuando se lo conté) que cara tenían en esa época”.

Inciso de mamá: ¿veis como escuchando se aprende mucho? 🙂

Tras aproximadamente 35 minutos llegamos al destino. Justo a los pies de un gran nogal se encuentra la cascada a la que nos podemos acercar junto hasta sus pies por un pequeño senderito. Las cabezas de los niños miraban al cielo viendo con que fuerza caía el agua a escasos metros de ellos. La página oficial del pueblo indicaba que la caída vertical del agua es de unos 80 metros aunque a nosotros,  desde ahí abajo, nos perecieron  muchos más.

Estuvimos  un buen rato allí… era un gusto ver correr el agua y escuchar el rumor de la cascada. El sitio es precioso, respiras una tranquilidad que incluso llega a ser un poco abrumadora si estas acostumbrada, como yo, al ruido de la ciudad.  El agua es totalmente cristalina y te permite ver lo que hay en el fondo.

Además, si el nivel del agua os lo permite os podréis acercar a la cascada a sacaros una foto, incluso podréis cruzar al otro lado, pero cuidado, nunca lo hagáis por las piedras que estén mojadas, resbalan mucho.

Comentario de mamá: Nosotros optamos por comer en uno de los restaurantes del pueblo, pero justo debajo de la cascada hay varias zonas donde se puede descansar e incluso hacer un picnic si os lleváis la comida.

Pero todo lo bueno llega a su fin y nuestro amigo el hambre ya llamaba a la puerta de los enanos, un hecho que no nos permitió demorar la vuelta ni un minuto más.  Como ya sabíamos a dónde íbamos el regreso fue más divertido, saludamos  a los que iban subiendo o ayudamos a los que iban un poco perdidos.  Teníais que ver a los enanos dando indicaciones como verdades boyscouts. 🙂

Si tengo que poner un punto negativo a nuestra experiencia diría que al ser Valverde de los arroyos un pueblo pequeñito tiene poca oferta de restaurantes y  si a eso le súmanos que fuimos un fin de semana en el que había un encuentro familiar con más de 50 personas y que se nos olvidó reservar…….. Pues eso, que acabamos picoteando algo rápido  en uno de los bares.

Así que… OJO, consejo súper importante de mamá escarmentada: Si decidís venir a Valverde de los Arroyos sin idea de hacer un picnic.. RESERVAD el día anterior. 😉

A pesar de eso, tenemos que decir que nuestra excursión fue  todo un éxito. Nos encantó el pueblo, nos encantó el paseo, la cascada y lo más importante…. pasamos un día  fantástico en familia.

Ya nos enamoró Patones en su día y con Valverde de los Arroyos  hemos comprobado una vez más  que la fama que tienen estos rincones de la arquitectura negra es de sobra merecida, así que seguiremos descubriéndola. ¿Nos acompañáis?

Bs

Bem-vindo a Lisboa (2)

¿Preparados para el segundo día? Hoy nos toca Belém y parque de las Naciones.

Como nos acostamos relativamente pronto (estábamos muertos y encima nuestro reloj biológico aún tenia hora española) a las 8.30  tocó diana, aquí también hubo cambio de hora (una hora menos de una hora menos jajajaja) pero los teléfonos de hoy en día son súper inteligentes y nos despertaron a la hora correcta. 🙂 Entre duchas etc. bajamos a desayunar sobre las 9.20 y a las 10.00 estábamos listos para una nueva aventura.

El día estaba organizado para que tanto los mayores como los pequeños nos “divirtiéramos” y los destinos estaban un poco a desmano entre ellos, así que como sabíamos que habían parkings en ambos, decidimos ir en nuestro coche.

1er Destino…. BELÉM

Por lo que había leído en diferentes guías, Belem es una zona de los más agradable para los niños, si el centro histórico con sus cuestas y adoquines puede llegar a ser un poco pesado para ellos al final del día, Belém no, es una zona cercana al rio Tajo, rodeada de jardines donde poder descansar y jugar en alguno de los momentos muertos de la jornada.

¡Qué bonito! Yo nunca había estado, pero creo que es uno de los sitios obligados por conocer cuando se visita Lisboa.

Belém es un barrio al oeste de la ciudad, casi, casi a las afueras y alberga dos de las más importantes obras de la arquitectura manuelino (estilo de arquitectura gótico portugués que destaca por la cantidad de elementos decorativos propios), el Monasterio de los Jerónimos y la torre de Belém.

Como no podía ser menos no cabía un alfiler más. Domingo, puente y un tiempo espectacular eran las condiciones ideales para que cientos de personas tuvieran, una vez más, la misma idea que yo. 😦

Aparcamos justo delante del Museo de la Republica, una construcción rosa con soldados en la puerta que atrajeron más de la cuenta a Jorge jejeje, pero decidimos no ir (lo dejamos para la siguiente visita) al ver las riadas de personas que se dirigían al mismo punto que nosotros, al Monasterio de los Jerónimos.

Este monasterio que nada tiene que envidiar al nuestro en Madrid, fue construido a principios del siglo XVI para conmemorar el regreso del Navegante Vasco de Gama en su expedición a la India.

Se puede visitar, (los domingos es gratis) pero merece la pena por ver sobre todo el Claustro que es una maravilla.

Cotilleo de mamá practica: Al igual que digo que el centro histórico de Lisboa es complicado para ir con el carrito, la zona de Belém es todo lo contrario, sus calles son lisas y sin desnivel.  Además, tal y como os dije en el Castillo de San Jorge los niños y los carritos tienen preferencia en el turismo lisboeta, así que aunque la zona esté concurrida se pueden evitar las colas con ellos.  😉

 Si lo que acabábamos de ver era bonito, a menos de un kilometro de distancia y tras un agradable paseo por la orilla del Tajo nos encontramos con la Torre de Belém, construida como torre de defensa pero que en la actualidad, lejos de mantener su función original, es uno de los monumentos más turísticos y conocidos de la capital de Portugal.

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Como nos leyó Lucia en la guía, se construyó durante el siglo XVI con el objetivo de defender la ciudad por la orilla del Tajo. Pero esa no  ha sido su única función, también se usó como faro y como centro aduanero.

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No os digo nada de la cola que nos encontramos (los domingos su entrada es gratuita) ya que se pueden visitar por dentro, pero yo creo que merece mucho más la pena por fuera.

Los enanos se lo pasaron bomba contando los cañones que asomaban por cada una de las ventas de la torre (creo que son 16),  el puente colgante que une la torre a tierra firme y donde, según su padre, algún prisionero habrían tirado por ahí. Pero sobre todo descubriendo donde está uno de los adornos más originales de esta construcción, un rinoceronte que según nos contó nuestra guía más especial  tiene una historia fantástica, pues se cuenta que representa a un regalo que recibió el rey y al que se le hizo luchar contra un elefante para ver quien era más fuerte. El elefante huyo y el vencedor fue enviado como regalo al papa, con tan mala suerte que murió durante el naufragio del barco en el que viajaba.

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Apunte de mamá: La Torre de Belém, al igual que el Monasterio de los Jerónimos son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Aviso a navegantes: La Torre de Belem cierra todos los lunes, además de las fiestas típicas de navidad, Semana Santa y la del trabajo. Así que os recomiendo que cuando tengáis pensado ir a Lisboa echéis un vistazo primero a los horarios de apertura de vuestros destinos, los lunes suele ser mal día!

Ya se acercaba la hora de comer y decidimos volver a la zona del Monasterio. Lo hicimos por el mismo camino, el paseo es súper bonito y nos faltaba por conocer el tercer icono turístico de la zona,  el Monumento de los Descubridores que representa a algunos de los principales navegantes portugueses de la historia.

Se construyó en 1960 para la conmemoración del 500 aniversario del Infante Henrique el Navegante que descubrió Madeira, Cabo Verde y las islas Azores.

Nos llevamos un poco de chasco porque al llegar nos lo encontramos rodeado completamente por andamios,  estaba en plena rehabilitación snif, snif… Pero la foto no podía faltar….

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Aunque están en plenos trabajos  el ascensor sigue funcionando y puedes subir a disfrutar, una vez más, de unas vistas fabulosas del rio, del puente, de la zona oeste de la ciudad y del mosaico de mármol rosa de los vientos que está al pie del monumento, que según nuestra guía mide 50 metros de diámetro y fue un regalo de la Republica de Sudáfrica.

Nosotros no  subimos pero no perdimos la oportunidad de aprender con los peques donde estábamos en el mapa. 🙂

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Al final nos retrasamos con el paseo y llegamos justo a la hora “española” de comer. Con los miles de turistas españoles que había os podéis imaginar el estado de los restaurantes por la zona, así que antes de tener un problema con el “hambre” de los peques y no tan peques caímos en uno de los “clichés” del turista,  comimos en el Mc Donald´s jajajaja.

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Con foto incluida. (No podía ser menos) 😉

Lucia, que es igual que su madre, una golosa de pies a cabeza,  sabia (la noche anterior quiso ayudarme con el planning del día)  que una de las cosas típicas de Belém son sus pastelitos y aprovechando que el Tajo pasa por Lisboa, bueno, que el Mc Donald´s estaba justo enfrente de la pastelería Belem quiso comprar alguno de estos manjares.

¿Pero que son los pasteles de Belém, Lu?, preguntó Jorge mientras estábamos en la cola, porque aquí también tuvimos cola jajaja…

Lucia con esa voz dulce que pone cuando le explica algo a su hermano se lo explicó de maravilla…. “Jorge, en Portugal son típicos los pasteles de nata y estos que vamos a probar son iguales pero hechos con una receta secreta que solo hacen en esta tienda”.

La cola no fue exagerada, aun estábamos aún en hora de comida y añadido a la efectividad de los dependientes de la tienda, en apenas cinco minutos estábamos pagando nuestro pack de seis pastelitos de Belém.

Aunque puedes disfrutarlos junto a un café dentro de la cafetería, nosotros decidimos catarlos sentados en un banco del enorme parque de enfrente, disfrutando del solecito y mientras los enanos hacían alguna de las suyas.

Cotilleo de mamá golosa: Estos pasteles es el mejor regalo que puedes llevar a casa, son ricos, baratos y aguantan hasta tres días en un estado perfecto.

 2do Destino…. PARQUE DE LAS NACIONES

 Después de un receso tan dulce nos convenía andar un poquito, justo el camino hacia el coche,  introdujimos la dirección en el GPS y  nos dirigimos próximo destino el “Parque de las naciones”.

Una zona moderna y alejada del centro donde se instaló la Expo 1998 y que muchos aún  no saben la cantidad de ofertas de ocio que hay para los peques….

Está situado en la zona noreste de la ciudad junto al rio y además de numerosos bares y restaurantes cuenta con edificios de construcción moderna con acero y cristal,  entre los que se encuentran la estación de Oriente de Calatrava o el Pabellón Atlántico que hoy en día se usa para celebrar conciertos y  algún evento deportivo.

Nuestro primer objetivo por cuestión de horarios era el Pabellón del conocimiento y ciencia viva donde se encuentra un museo interactivo de tecnología y ciencia para niños, allí ellos serán los protagonistas. Un museo donde todo lo que hay se puede tocar.

Como todo museo tiene sus exposiciones permanentes…

“Explotarorium”. Primera zona del museo y  en la que se llevan a cabo diferentes experimentos científicos y algunos tan chulos como estos.

“Mira, haz y aprende”. Zona en la que los más peques pueden desde construir una casa hasta descubrir si están en forma.

 “Doing”. Un espacio para crear, hacer, experimentar, construir…. 500 metros cuadrados para los niños curiosos e ingeniosos que quieren descubrir cómo se hacen las cosas. Desde cómo hacer un zapato, coser, hacer un avión de papel que vuele, hasta crear un circuito eléctrico.

Y exposiciones temporales…. Como la que nos tocó a nosotros y que por cierto nos encantó. “Riesgo”, exposición destinada a todos los públicos, sobre todo a partir de los 6 años, en la que a través de sus diferentes módulos interactivos nos permiten medir el nivel de riesgo que tienen cada una de nuestras acciones del día a día.

Nos lo pasamos genial pero como todo lo bueno acaba… Suerte que aun nos quedaba el Oceanográfico.

Justo al  lado del Ciencia viva esta el oceanográfico de Lisboa, otra apuesta segura para que los peques se diviertan y donde nos podemos encontrar más de 15.000 animales de 450 especies diferentes provenientes de los cuatro ecosistemas que tenemos en el planeta… Indico, Atlántico, Pacifico y Antártico.

Vasco (mascota del Oceanográfico) nos recibió en la mismísima puerta. No pudimos evitar hacernos una foto con él.

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Ojo al dato: El oceanográfico de Lisboa es el segundo más grande de Europa, después del de Valencia.

Desde la mismísima entrada íbamos con los ojos sin pestañear, las instalaciones estaban  “flotando” en el rio, y el gran tanque central que nos recibió nada más cruzar el torno de seguridad era alucinante, en él conviven en plena armonía especies que en un principio te pueden parecer tan dispares como son tiburones, peces tropicales, rayas, besugos, barracudas o mantas. ¿Habéis visto buscando a Doy? , pues es igualito… 🙂

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Los enanos se quedaban mirando hipnotizados cada vez que se nos cruzaba por nuestro recorrido…

La visita no tuvo desperdicio, vimos pingüinos, peces de colores, pulpos, ranas, las nutrias (las más famosas del lugar aunque a nosotros nos tocó verlas en su hora de la siesta), cangrejos enormes, medusas….

Recomendación de mamá No apta para los que sufran de vértigo: No se puede ir uno de la zona de la Expo sin subir al teleférico, 1300 metros  sobre el rio que te lleva desde el Oceanográfico hasta la Torre de Vasco de gama. Yo sufro de vértigo y  no subimos, pero que conste que me quedé con las ganas….

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Foto: http://www.oguiadeportugal.com

Fue una tarde súper divertida y los enanos se lo pasaron en grande. ¿Qué más se puede pedir?

Os podéis imaginar que a nuestro día le quedaba poro recorrido… vuelta al centro, una cena ligera (después del Mc Donald´s no podía ser de otra manera) y a mimir….

Día 3… Sintra.

Después de una noche reparadora (y eso que nos retrasamos al ver el famoso y comentado concierto de O.T “El reencuentro”) estábamos preparados para nuestra última jornada en Lisboa.

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En Lisboa faltaban muchos museos que ver (otra excusa para volver 😉 ) pero queríamos que vieran algo diferente, un pueblito entre montañas, escondido entre bosques y con multitud de castillos que a los niños les llevaría a los escenarios de muchos de sus cuentos de fantasía.

Es un destino súper visitado por los turistas, esta súper cerca de Lisboa así que aquí si me voy a parar a daros algunas pistas para que vuestra visita no sea un fracaso.

Confesión de mamá: La nuestra lo fue un poquito,  se juntaron muchas situaciones adversas,…se me olvidó la cámara, el móvil no tenía mucha batería pues se me olvidaron los cargadores en Madrid y teníamos uno para dos, más gente que en la guerra… jajajaja pero aun así, mereció la pena. (Aunque volveremos 😉 )

Un poquito de historia….

Sintra, ya era importante en la época de los descubridores, muchos de ellos establecieron allí su residencia. El terremoto de 1755 no fue justo con ella y se llegó incluso a pensar que ya no volvería a ser la que era. Pero no,  en el siglo XIX la monarquía, aristocracia, comerciantes y artistas participaron en su resurrección como villa romántica y de ensueño.

Cotilleo de mamá: Por lo que he leído en muchas guías y páginas web sobre esta pueblecito con encanto… mucho se ha estudiado sobre ella y cuenta la leyenda que en la nueva era de la vieja Sintra se convirtió en el refugio veraniego de monarcas, ricos y masones con escasez de cordura que reflejaron en sus palacetes, secretos inconfesables al mundo y que cuyos orígenes solo se podrían llegar a entender en los sueños.

1er consejo de mamá para que la visita sea un éxito. Sintra no es un sito que se pueda ver en una vez, hay que elegir entre las múltiples opciones que nos ofrece. Ni una súper mamá acostumbrada a los encajes de bolillos podría cuadrarlo en una sola jornada y  conseguir que todos disfruten y sobrevivan a la excursión. Por eso  aquí sí o SI, HAY QUE PROGRAMAR la visita.

2do consejo de mamá para que la visita sea un éxito. Revisad tanto la situación como  los horarios de apertura y de cierre de cada uno de los sitios que vayáis a visitar. Casi todos suelen abrir sobre las 9.30, pero el cierre suele ser diferente y puede que si os pillan lejos el uno del otro os quedéis a medias en vuestro programa.

Por ejemplo. Ver el Palacio de Sintra y la Quinta da Regaleira no necesita coche pues están relativamente cerca. Igual pasa con el palacio de Pena y el Castillo de Mouros que se pueden hacer a la vez, pero para ellos hay que ir en coche, andando puede ser una hora larga y cuesta arriba. Hay parkings gratuitos pero se llenan enseguida así que… “toca madrugar para no lamentar”. 🙂

3er consejo de mamá para que la visita sea un éxito. Cuidado con los precios de las entradas, no son demasiado económicos, pero existen opciones para que salgan un poco más baratos.

Se puede comprar la Lisboa card con la que te hacen un descuento entre 1 y 2 euros y además te sirve para los transportes públicos de la capital, o se pueden compra paquetes de entradas para ver varios sitios a la vez en la Oficina de turismo de Sintra.

Sintra bien merece una entrada aparte, por eso hoy tan solo  os voy a dar unas pinceladas sobre  algunos de sus sitios más característicos para ir abriendo boca.

Palacio Nacional. (Horario: 9.30 a 19.00 con última entrada a las 18.30)

Se encuentra justo en el centro de Sintra, a los pies de la montaña. Su color es blanco y no tiene perdida, sus chimeneas en forma de cono (su elemento más característico) se ven desde cualquier punto de la villa.

Se Pueden ver casi todas sus estancias… salones, habitaciones, capilla…  pero lo que sin duda tuvo más éxito con los peques fue la cocina, enorme y con todo el menaje necesario para hacer un gran banquete señorial.

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Quinta da Regaleira. (Horario: 10.30 a 17.30 a 20.00 dependiendo del mes)

Los que nos seguís en Instragram o facebook habéis visto que hace unos días publicamos una foto preciosa de una cascada, ¿os acordáis?. Muchos me habéis preguntado dónde era cuando os contestaba os sorprendíais y me comentabais que habíais estado en Sintra y no lo habíais visto…. Esa foto es de aquí, de uno de los secretos mejores guardados de Sintra.

Esta quinta no es solo una finca enorme con un palacete. Si tuviera que describirlo diría algo así como que es un viaje a un mundo mágico y misterioso, lleno de laberintos subterráneos, torres invertidas, lagos de nenúfares que si los cruzas con el pie equivocado tienes que dar marcha atrás y cientos de hectáreas de jardines en los que si no vas con un mapa te puedes perder con facilidad.

Ojo: Esta maravilla no entra dentro del pack de entradas de la Oficina de turismo, está gestionado por una empresa privada.

Castillo de Mouros. (Horario: 9.00 a 20.00 con última entrada a las 19.00)

Aunque a día de hoy casi solo queda la muralla y es una visita más natural  que de conocer… este Castillo fue construido por los árabes allá por el siglo VIII en la cima de la Sierra de Sintra con el objetivo de podía controlar las principales vías de acceso de sus posibles enemigos, llegando incluso a otear el océano.

Foto: http://www.traveladventures.org

Palacio de Pena. (Horario: 9.45 a 18.00con última entrada a las 17.00)

Sin lugar a dudas el lugar más conocido de todo Sintra. Un castillo de los que nada tienen que envidiar los cuentos de princesas y caballeros.

Castillo construido por el rey Fernando II de Portugal y lugar donde veraneó la familia real hasta 1910. Su característica más llamativa son los colores con los que están pintados sus muros,  rojo,  Amarillo y azul.

Foto: http://www.Qvisitar.com

Comentario de mamá: Todo esto y mucho más es lo que ha hecho que Sintra fuera declarado  Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.

El día se nos hizo corto y nos quedaron muchas cosas por visitar: El Convento de los Capuchinos, el Palacio de Monserrate, el chalet de la Condesa de Elda o el Palacio Nacional de Queluz (por eso volveremos 🙂 ). Pero estábamos cansados y aún teníamos que volver a Lisboa y  cenar en uno de los sitios más típicos de la capital, “la casa do Alentejo”.

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Al día siguiente… vuelta a casa, no sin antes parar a comer en el Parador de Trujillo que no conocíamos y nos encantó.

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Después de estas dos últimas entradas no os descubro nada si os digo que nos ha encantado esta zona del país Vecino. Portugal lo tiene todo….Está cerca; es económico; tiene buen tiempo; es rico en cultura, paisajes, gastronomía y sobre todo en hospitalidad, su gente enseguida se esfuerza en hablar castellano y ayudarte con cualquier duda que tengas.

En resumen…. PERFECTO PARA IR CON NIÑOS.

Nosotros volveremos  y  vosotros… ¿Os animáis?

Bs

 

 

Bem-vindo a Lisboa (Parte 1)

Llevaba una temporada queriendo ir a Lisboa. Además de bonito, no excesivamente lejos de Madrid, (bueno unos 625 kilómetros 🙂 , pero acostumbrados a subir a Galicia podríamos decir que no está excesivamente lejos) y siempre  había oído que era perfecto para ir con los peques.

La verdad es que desde que tomé la decisión hasta que lo llevamos a cabo ha pasado tiempo, siempre surgía otro plan que hacia retroceder a Lisboa en el escalón de las preferencias. Pero aprovechando los días de vacaciones de los enanos por “culpa” de Halloween y que nosotros en el trabajo no teníamos mucho follón  me lancé a organizarlo.

Tengo que reconocer que aunque el planing estaba muy calculado, la puesta en práctica fue un poco a “mata caballo”.  Manu como buen gallego me decía que en esas fechas nos podíamos encontrar con cuatro días horribles de lluvia y parte de razón tenía pues no dejaba de ser finales de Octubre, pero a medida que avanzaba la semana las previsiones de tiempo  parecían buenas y  mi compañera Inma (extremeña) me  decía que por en ese puente nunca llovía, así que en un ataque de “me lanzo a la piscina” me puse a buscar hotel.

Aquí es donde mi nube de algodón se deshizo, haciéndome caer de golpe a la realidad… la feliz idea de viajar a Lisboa no era solo  mía, otros tropecientos turistas la habían tenido igual y  gracias a mi indecisión la oferta de habitaciones en la ciudad no era demasiado amplia. Pero a toro pasado tengo que decir que la elección de hotel que tomé (eso sí, por eliminación) no fue para nada mala, aunque me sigue dando un poco de rabia no haberlo hecho con más tiempo ya que había oído que  las opciones que la ciudad lusa ofrece al hospedaje en familia son magnificas.  (Habrá que repetir jajajajaja).

Hice las maletas el jueves y el viernes por la mañana las cargamos en el coche, así que cuando salimos de trabajar solo tuvimos que recoger  a los peques y nos pusimos rumbo a la A5 que prometía estar colapsada.

Si, la A5 estaba hasta arriba, pero no fue tan trágico como me lo imaginaba y  el viaje no se hizo demasiado largo con siestas del papá y  peques, sumado con algún receso para repostar.

A las 21.45 hora española, 20.45 hora portuguesa (siiiii tienen una hora menos) estábamos cruzando el puente 25 de abril, ¡alucinante aun siendo de noche! y veinte minutos después (con un par de vueltas de más por eso de perdernos) entrando por la puerta del hotel.

Al día siguiente nos despertamos pronto y no por voluntad propia sino por lo de la hora menos jajaja. Hacia un día precioso que no podíamos desaprovechar así que cogimos fuerzas con el desayuno y a la calle… 🙂

Inciso de mamá: Si sois de los míos que os estudiáis los viajes antes de ir genial, pero si no os recomiendo que en Lisboa al menos lo hagáis  por encima,  tiene tantas opciones y cosas que ver que un poquito de organización anticipada  os hará ganar tiempo.

Si os parece…  este viaje os lo voy a contar en dos partes, los tres días de golpe  en un solo post puede llegar a ser hasta un poco pesado, así que en cuando acabe nuestro primer día pondré un “to be continue…“ y la próxima semana publicaré el resto con más visitas y experiencias.

Pero como siempre y antes de nada os quiero dar algún consejo para que vuestra visita sea perfecta.

Consejo 1: Lisboa, al igual que Roma está construida entre colinas, así que os vais a pasar mucho tiempo subiendo y bajando cuestas. Tenedlo en cuenta para llevar un calzado cómodo y un poquito de paciencia con los peques. Diría que el carrito no es buena idea en esta ciudad, pero no os agobiéis, el transporte público es bastante bueno para movernos por la ciudad.

Consejo 2: Lisboa es una ciudad templada. Los otoños y los inviernos en esta zona no son demasiado duros ni con demasiada lluvia. A partir de primavera las temperaturas son muy agradables pero con mucho sol desde Mayo a Septiembre, (y este año hasta noviembre) si vais por estas fechas, no olvidéis crema  y una gorrita para los peques.

Por eso, Lisboa es una ciudad que se puede visitar durante todo el año si adecuamos un poco la ropa con la época.

Consejo 3: Hay que tener mucho cuidado con las carteras y mochilas, las zonas turísticas de Lisboa son de las favoritas para los carteristas.

Consejo 4: Los horarios de Lisboa son algo diferentes a los nuestros. Aprovechando la luz del sol. Las tiendas y los museos suelen abrir a las 9.00 y cerrar sobre las 17.00-18.00, aunque siempre hay excepciones, sobre todo los Centros comerciales que abren de 10.00 a 22.00.

También existen diferencias en los horarios de comidas. Los portugueses suelen comer entre las 12.30-13.30 y cenan de 19.30 a 21.30, así que tenedlo en cuenta si pensáis vómer en algún restaurante que no sea de la zona turística.

Ahora ya,  si podemos empezar….

DIA 1. Centro histórico.

No se puede decir que se  conoce Lisboa sin visitar su casco histórico.

Jorge tenía muchas ganas de conocer «su» Castillo por lo que no podíamos empezar nuestra aventura lisboeta de otra manera que subiendo al Castillo de San Jorge (Castelo de Sao Jorge), así que nos dirigimos al barrio de la Alfama, el barrio más antiguo de Lisboa, con pequeñas callejuelas en las que se puede ver lo más tradicional de la ciudad. En definitiva, una de las zonas más típicas de la ciudad  y en la que circula uno de los iconos de Lisboa, el tranvía, con una de las rutas más famosas, la ruta del 28.

Confesión de mamá: Tengo que reconocer que nuestro primer destino iba a ser en la primera parada de este mítico tranvía, pero cuando llegamos a las 10.00 de la mañana (hora portuguesa) la cola era de 3 horas según el encargado, así que os podéis imaginar que con dos niños pequeños esa opción no se podía ni considerar por lo que tiramos de piernas y la hicimos andando.

Moraleja de mamá: Si queréis montar en este tranvía, tenéis que hacerlo a primerísima hora de la mañana o a ultima, sobre todo en época de primavera- verano y festivos. 😉

Tras un par de cuestas empinadas o quizás tres, llegamos al Castillo de Lisboa, símbolo de la ciudad, un edificio fundamental en la reconquista portuguesa y  desde donde, gracias a su situación privilegiada encima de una de las siete colinas de Lisboa, se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad.

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Jorge estaba emocionado paseando encima de sus murallas, sus cañones,  viendo las alacenas y subiendo a cada uno de los torreones.

OJO. Hay que estar atento con los niños, algunas de las zonas tienen poca altura de protección para ellos y puede que lo que es algo divertido se convierta por alguna imprudencia en algo peligroso.

Consejo de mamá: A nosotros no nos tocó una cola excesivamente pesada pero en el hotel nos comentaron que si vais en uno de esos días de turismo total, la cola para comprar las entradas puede ser muuuuuy larga, así que mientras un adulto se queda en la cola (por si acaso… 😉 , el otro se puede acercar con los peques directamente al mostrador y comentar que vais con niños, suelen vender las entradas sin esperar.

Por la tarde, tras reponer fuerzas en un restaurante que aunque original no os voy a recomendar jajaja, nos dirigimos  la zona de la Baixa, otro de los puntos importantes del casco histórico de la ciudad y que sería un pecado no conocer.

La Baixa (barrio Bajo) es la zona llana de la ciudad, con calles rectas en forma de cuadricula y cuya arteria principal es la Rua Augusta que atraviesa el barrio de Norte a Sur.

Aunque esta visita debería empezarse por el Norte, por la plaza de Don Pedro IV más conocida como el Rossio, nosotros lo hicimos al revés… Empezamos por parte más bonita para mi gusto, por la Plaza del comercio, también llamada la terraza de Palacio. Flanqueada por los costados con las colinas de Alfama y el Chiado y por el sur con la orilla del rio Tajo.

Qué bonito…. Cuantas fotos nos hicimos y a pesar de la gente que había cuanta tranquilidad se respiraba con el sonido del rio. Aprovechando que los enanos estaban sentados junto a la orilla les conté que la explanada que teníamos delante era la plaza más importante de la ciudad pues simboliza la apertura de Lisboa al exterior.

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Cotilleo histórico de mamá. Esta plaza era donde se recibían a las autoridades que visitaban la ciudad y era donde, antes del terremoto del siglo XVIII se encontraba el Palacio Real. En la actualidad la plaza está rodeada de edificios porticados entre los que se encuentran muchos de los ministerios de Portugal.

Tras un ratito aquí, nos dirigimos a la Rua Augusta y  mientras cruzamos el imponente arco de la entrada, les explicaba que los que las calles que veíamos no eran así antes, las olas que provocaron el terremoto en el siglo XVIII arrasaron la ciudad y se tuvo que reconstruir casi al completo.

Se notaba que esta calle es la zona turística por excelencia, sus aceras estaban llenas de restaurantes, tiendas de recuerdos y espectáculos callejeros.

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En nuestro paseo descubrimos el “Elevador de Santa Justa”, una imponente construcción en hierro que muchas veces, por su fisionomía se le atribuye a Eiffel pero no es correcto, su constructor fue portugués aunque discípulo del francés.

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Cuando leí sobre él me sorprendió descubrir que aunque su uso en la actualidad es casi en exclusiva para el turismo, tiene uno de los muchos miradores con los que cuenta la ciudad, aún hoy forma parte del sistema de transporte de Lisboa pues une los barrios de Chiado y la Baixa.

Consejo de mamá: Os digo lo mismo que en el tranvía, para subir aquí o venís a deshoras o con mucha carga de paciencia. 🙂

Casi sin darnos cuenta habíamos llegado a la plaza de Don Pedro IV(por la estatua del centro) o del Rossio, antiguo mercado medieval y punto de encuentro de los lisboetas, donde se encuentran la estación central y el Teatro Nacional Maria II.

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(foto: http://www.aboslutportugal.com)

Los enanos estaban cansados y buscamos una cafetería cerca para poder repostar energías, tuvimos la suerte de dar con la Confitería Nacional cuya terraza (en la Plaza da Figueria) tienen unas vistas espectaculares al Castillo de San Jorge.

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Los papis sabemos de sobra que si a un peque o no tan peque se le deja descansar después de un largo paseo será difícil volverlo a encauzar en la excursión y eso nos pasó con nuestros hijos. Menos mal que en esta plaza estaba una de las paradas de los autos turísticos de moda en Lisboa jajajaja. Los TUKTUK.

Yo solo había visto estos elementos de transporte en Italia, me parecían súper curiosos viendo a la gente dentro recorriendo las carreteras a una velocidad media no superior a los 80 kilómetros por hora.

Estos vehículos motorizados de tres ruedas  se inauguraron en  2012 y hoy en día es una de las opciones más usadas por los turistas en la capital. Hay mil opciones, recorridos y precios, a nosotros nos faltaba por conocer la zona del Chiado (barrio Alto) para acabar con el planning del día, así que contratamos una hora por 50 euros.

Cotilleo de mamá: El nombre del barrio procede de un fraile franciscano del siglo XVI que colgó los hábitos para dedicarse al teatro y  que se hizo tan famoso que hasta su nombre le pusieron a una de las zonas más elegantes de la ciudad en esos años.

Como nos reímos, parecía una atracción del parque de atracciones con las cuestas, los adoquines y el tráfico. En alguna ocasión llegué a asustarme un poco, pero lo tienen totalmente controlado. Como pasa en Italia…. “es un casino (lio) controlado”. 😉

Con nuestro TUKTUK paseamos por las callejuelas del barrio más intelectual y bohemio del casco histórico.

Cotilleo de mamá. Según nos comentó nuestro guía, este barrio también se ha tenido que reconstruir tras un incendio de 1988 y la pena es que con ella se perdió un poco el estilo tradicional, convirtiéndolo en más comercial.

Conocimos el Teatro Trinidade, la plaza “Largo de Camöes y la Iglesia dos Mártires. Llegamos incluso al Parlamento portugués y la Basílica da Estrala que la Princesa María Francisca Isabel ordenó construir en pago a su promesa al tener un hijo varón.

Pero lo que más nos gustó y me es imposible pasar por alto…

El mirador del jardín de San Pedro de Alcántara, que está al final de la Rua del mismo nombre , justo al lado del Funicular de la Gloria,  es un balcón perfecto para ver la imagen típica de Lisboa… fachadas de colores y tejados rojos.

Inciso de mamá: Los enanos se quedaron tan alucinados con el «funivía» que tuvimos que volver un par de veces para experimentarlo en persona….

A Brasileira, uno de los cafés más populares de Lisboa y que, aunque se fundó como tienda especializada en la venta de café de Brasil, en los años 30 se convirtió en el punto de encuentro de los artistas de la época.

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No pudimos evitar hacernos una foto con la estatua de Fernando Pessoa sentado en una de las mesas junto a la puerta.

El día acabó cenando en la Cervecería Trinidade, uno de los restaurantes más típicos del barrio Alto. Perteneció a un antiguo convento y está decorado con el típico azulejo portugués.

Consejo de mamá practica: Si os decidís a probarlo os recomiendo reservar antes, es muy conocido y siempre está lleno, en muchas ocasiones hay que guardar cola.

Ahora sí, no podemos más, nos vamos a la cama que mañana nos espera un día igual de intenso que el que estamos dejamos atrás…. “Sweet dreams”

Bs

To be continue……

Visitamos un museo divertido

Como sabéis siempre pasamos en Galicia una parte de nuestras  vacaciones de verano y su clima no es el típico de esas fechas, Galicia y sobre todo la zona norte tiene esa variedad climatología en la que tres días te hacen  unos días preciosos como que al cuarto te despiertas con un temporal que parece que se acaba el mundo.

Por eso siempre tengo que tener planes alternativos a un día de playa y uno muy socorrido en estos casos es la visita a un museo divertido. 😉

 Galicia es una de esas comunidades que a muchos sorprenden por la cantidad de opciones que tienen para los peques (yo, que soy así de tiquismiquis no esperaba menos  pues si el verano es como  es,  el invierno se tiene que hacer muy laaaargo). Solo en la ciudad de Coruña tenemos  museos súper chulos como “La Casa de las Ciencias”, “La Casa del Hombre” o “La Casa de los peces”  de los que os iremos hablando más adelante,  pero  hoy os quiero hablar de un museo que a día de hoy sigue siendo un poco desconocido para la gente  y que por su originalidad y exposiciones merece claramente estar en la lista de los top ten de los museos para familias en España.

¿Os acordáis de  esta entrada  (aquí)?  Pues tenemos la suerte que existe otra sede en La Coruña. 🙂

MUNCYT Coruña  (Museo Nacional de Ciencia y Tecnología)  se inauguró en el 2012  y cuenta con aproximadamente 15.000 piezas distribuidas en más de 4.000 metros cuadrados de superficie y  con las que se espera que grandes y pequeños conozcan mejor el mundo de la ciencia y tecnología, además de conservar el patrimonio histórico de las mismas.

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Consejo de mamá: El edificio en el que se encuentra no parece que albergue un museo, es un edificio moderno de hormigón y cristal. Además no tiene parking propio por lo que una vez que lo encontréis, tendréis que buscar donde dejar el coche por las calles de alrededor.

Confesión de mamá: tengo que reconocer que a pesar de que Manu es gallego y conoce la ciudad muy bien nos costó un par de vueltas encontrarlo… así que un poquito de paciencia para los que no seáis de allí. 😉

¿Entramos en el museo?

Ya solo cruzar la puerta los enanos alucinaron, una avioneta colgada en el techo planeaba sobre nuestras cabezas.

Tras comprar las entradas entramos en la “Sala Miscelánea”, una sala en la que encontramos retales de diferentes ramas científicas y en las que dos robots muy simpáticos (Pepexan y Mari luz) nos explicaron en apenas cinco minutos que es lo que íbamos a ver en nuestra visita.

En esta sala todo era nuevo para los peques y Lucía que es un poco más mayor disfrutó de lo lindo aprendiendo cómo nacieron cosas que se usan en el día a día, cosas como…..

El Citroën 5Cv que se convirtió en el primer coche de masas en Europa y que por su tamaño y fácil manejo se hizo muy famoso entre las consumidoras femeninas.

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Cotilleo de mamá curiosa: Este coche estuvo al servicio de las Casa Real española durante 1924 a 1927.

El primer libro mecánico. Inventado por Ángela Ruiz robles (ferrolana como Manu y de la que hablamos en nuestra entrada del museo madrileño) en 1949  y que estaba compuesto por una serie e cintas de texto e ilustraciones que iban pasando en carretes. Contaba hasta con luz para poder leer por la noche.

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Comentario de mamá: Lo que más me gusto de este invento fue que entre sus objetivos estaba hacer más atractivo el aprendizaje entre los niños, adaptándolo al ritmo de cada uno y sobre todo el aligerar el peso de las mochilas de los peques. Ya en el siglo pasado era un problema pero me en la nariz que  a día de hoy no está del todo resuelto porque hay días que la mochila de mis peques no la puedo llevar ni yo de lo que pesa. 🙂

La maquinilla de afeitar  desechable. Inventada por Gillette que buscaba  “algo” que una vez usado tuviese que desecharse y comprar uno nuevo.

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Cotilleo de mamá cotilla: ¿Sabíais que a pesar del exito que tienen actualmente,  tan solo 51 maquinillas y 168 cuchillas se vendieron durante el  primer año en el que se comercializó  este producto?

Atención mujeres del mundo. ¿Os habéis preguntado alguna vez quien inventó el tampón? Pues tengo la contestación a esta pregunta que al menos  yo me he hecho alguna vez… jajaja. Este maravilloso invento que nos ayuda a pasar mejor “esos días” se creó en 1929 por un doctor llamado Earle C. que intentaba ofrecer a su esposa algo más práctico que las toallitas que se usaban entonces. La idea le llegó inspirándose en el algodón que se usaba para absorber la sangre de las heridas o incisiones.

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Cotilleo de mamá cotilla: Un hombre llamado Tenderich compró la patente al doctor Earle en 1933 y creó la marca Tampax. Los primeros tampones los hizo en su casa con una máquina de coser y un compresor de algodón manual.

Otros inventos de los que aprendimos fueron… La cremallera que se inventó en 1917, el teléfono, la bombilla inventada por Edison en 1879 y el plástico de burbujas que se inventó en 1957 de manera accidental, ya que lo que pretendían era crear un papel de plástico para embalar pero no funcionó.

Pasamos a la “Sala Mayúsculas” en la que descubrimos piezas mucho más grandes y emblemáticas que forman parte de nuestra evolución e historia… La rueda, el primer ordenador que hubo en España, una linterna de la Torre de Hércules instalada en 1957 y que se sustituyó en 1904, una bomba de gasolina antigua…

Los niños alucinaron con toda la sala, pero se pararon sobre todo en el rincón en el que se homenajea al arte del cine.

Ataque nostálgico de mamá: ¿Os acordáis del Cinexín? Yo tenía uno en casa, mis peques tienen la versión moderna, pero como el original ninguno. ¿No os parece?

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Después paseamos por un par de salas que aun siendo muy importantes en nuestra historia a los peques les llamaron menos la atención, ya que a diferencia de las otras, estas salas no están formadas con objetos con los que puedan sentirse atraídos. La “Sala Patrimonio” con artilugios e instrumentos científicos de los últimos siglos y la “sala Innovación española”  que hace mención a las investigaciones más importantes de nuestros científicos españoles de ayer y de hoy.

Tras esos minutos de “no me interesa demasiado esta sala” por parte de los peques y “dame un par de minutos que a mi si” por parte de los padres llegamos a la “Sala Iberia”, espacio en el  que los niños alucinaron con la inmensidad del objeto central de la sala…

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¡Un jumbo de iberia, modelo Boing  747! (espero no haberme equivocado 😉 ), bueno solo el tren de aterrizaje y el morro, que si no haría falta un museo adicional jajaja y llamado “Lope de vega”

Cotilleo de mamá listilla: Puede que este nombre no os diga mucho en un principio, pero es el avión en el que viajó el Guernica de Picasso en 1981, cuando  que volvió a España de su “retiro” estadounidense.

Los enanos se lo pasaron en grande descubriendo para que sirve el ala del avión,  para qué sirven los sillones además de para sentarse, lo que es un tren de aterrizaje, como es una cabina de pilotos o para qué sirve la caja negra de un avión.

Os podéis imaginar que la visita tuvo momentos de “hacer el payaso” un poco jajajaja.

Y como todo en la vida la visita estaba llegando a su fin, pero no si antes pasear por la sala dedicada al siglo XX donde se exponen muchos objetos de nuestro día a día y que se inventaron durante ese siglo.

En esta sala nos lo pasamos en grande los cuatro. Los papis recordando momentos de nuestra vida en los que cada uno de los objetos expuestos habían formado parte de ella. Y los enanos alucinando con muchos de ellos, a la vez que intentaban entender cómo se podía llevar un móvil tan grande en el bolso, como era posible que la música saliera de eso llamado tocadiscos o incluso como se podían poner en contacto dos personas de ciudades diferentes con ese aparato con cables….

Si, reconozco que esta sala me dejó un poco marcada, me he di cuenta que los años pasan, pasan muy rápido y si no fueran por las cosas especiales que nos han ido ocurriendo en cada uno de ellos (el año el que uno termina el cole, cumple 18, nos compramos el primer coche, terminamos la carrera, nos dan el primer beso de amor, nos casamos o tenemos a nuestros hijos) se archivarían en nuestra cabeza como una cosa más. Pero esto no debería ser así, todos los años han sido, son y serán importantes para todos nosotros, en cada uno de estos años se han ido descubriendo, inventando, fabricando y poniendo a disposición de la humanidad cosas que hoy nos pueden parecer normales por su uso cotidiano, pero que en sus origines eran todo un logro para la evolución.

Algunos tan curiosos como por ejemplo….

En 1934 nació el primer neumático y fue de la marca Michelin.

En 1946 se fabricó el primer tupper con tapa hermética.

En 1968, RNE comienza a emitir en FM y se inaugura la primera central nuclear española en Zorita.

En 1970 se abre el puente aéreo entre Madrid y Barcelona.

En 1973 TVE comienza a emitir en color.

En 1974 un tal Giogio Fischer (ginecólogo) inventó la técnica de la liposucción y que se lanzó el primer satélite artificial español.

En 1979 Sony crea el Walkman.

En 1976 la banca generaliza la instalación de cajeros automáticos.

En 1977 además de ser el año en el que yo nací, pasaron cosas tan importantes como la primera resonancia magnética o la llegada de los códigos de barras llegan a España.

En 1978 nace el primer bebe probeta, los coches comienzan a usar gasolina sin plomo, se empieza a comercializar los laser-disk y llega la famosa Thermomix a España.

En 1980 todos podemos comprar un post-it o esos pañales clasificados como súper absorbentes.

En 1982, Phillips lanza al mercado los primeros CD´s, se comienza a vender el Comodore 64 y se inaugura “el Pirulí”.

En 1984, Apple saca su Macinstosh 128 y Seat saca al mercado el modelo Ibiza que aún hoy sigue en activo.

En 1985 nace Windows, se conoce la hoja de cálculo Excel y nace internet.

Así me podría pasar líneas y líneas, pero no quiero chafaros la visita y  creo que es hora de terminar… No puedo hacerlo  sin decir que una vez más hemos descubierto otra opción de ocio diferente y perfecta para grandes y pequeños, aquí, sea cual sean nuestros gustos, encontraremos alguna cosa que nos pique la curiosidad o nos interese.

MUNCYT Coruña es una forma diferente de aprender y estoy segura que si sigue así conseguirá  su objetivo de divulgar el mundo de la ciencia y la tecnología entre la gente de a pie.

Para los que vivís fuera de Galicia, apuntadlo en vuestra agenda para la próxima escapada que hagáis por esas tierras y a los que vivís cerca solo recomendaros que no perdáis la oportunidad de conocerlo.

Que, ¿Os animáis?

Bs.

Bodegueros por un día

Pues sí, ya estamos en otoño y como ya os adelantamos en la entrada de la semana pasada es la época de vendimia, la guinda al esfuerzo y al trabajo de todo un año.  Cuando viajas en esta época por zonas de vino se puede ver desde la carretera enormes extensiones de tierra que con sus colores nos muestran s que sus frutos ya están preparados para ser recogidos.

Hace unos años ni me lo había planteado, la idea de conocer una bodega siempre había rondado en nuestros planes de ocio, pero era de esos planes que nunca encontrábamos el momento, lo fuimos dejando y casi sin darnos cuenta llegaron los peques a nuestras vidas.  El plan seguía en nuestra cabeza, pero no nos parecía que fuese el mejor para hacer con niños, no por nada, sino porque probamente les aburriría. Y cuando “San internet” me ayudó a descubrir que algunas bodegas hacían jornadas en familia no lo dudé ni un segundo.

El año pasado visitamos la zona de Ribera del Duero y tanto nos gustó la experiencia en las bodegas del grupo Pesquera que a mí me entró el gusanillo de conocer un poquito más sobre esta manera de vida y las diferentes Denominaciones de Origen que tenemos en España.

Así que este año, decidí ampliar mi campo de búsqueda y el dedito en el mapa me llevó a la Rioja y así conocer de primera mano la Denominación de Origen Rioja, esa que no ha hecho famosos por todo el mundo.

De las opciones que vi, una bodega me llamó especialmente la atención, las “Bodegas Franco- Españolas”, que definían su actividad de la siguiente manera: Vendimia en Familia es una enoexperiencia diseñada para que disfrute toda la familia. En este día niños y mayores aprenden a vendimiar, recogen la uva que después convierten en mosto... ¡¡¡pisándola!!!  ¿divertido, ¿no?

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Me pareció una combinación perfecta…una de las bodegas más importantes de nuestro país nos daba la oportunidad de compartir con ellos uno de los momentos más importantes de su vida, vendimiar y encima en familia. Aprender y divertirse, mayores y pequeños… ¿Quién puede pedir más?

No lo dudé ni un momento, envié un mail preguntando si era posible reservar cuatro plazas para la jornada del 24 de septiembre y en el mismo día ya tenía la contestación.

Inciso de mama: Tengo que reconocer que Bodegas Franco-españolas está muy bien organizados, para poder visitar la bodega o asistir a una de sus jornadas, es imprescindible reservar antes, además, el pago se hace por adelantado y ellos mismos te envían el enlace para que puedas hacer el pago por PayPal o tarjeta de crédito. Así son capaces de atender a todos sus visitantes de una manera exquisita y encantadora por parte de sus trabajadores. 😉

La cita era a las 11.00, nos pidieron que llegáramos unos diez minutos antes y como la familia Naya es de esas que tiende a perderse en cualquier sitio nuevo al que vamos ya a las 10.30 estábamos en el coche metiendo la dirección en el GPS.

Inciso de mamá: Si, nos perdemos aun usando el GPS, somos como Bustamante que cuando va con su hermano a algún sitio en coche, visitamos a todos los primos y amigos que conocemos por la zona. jajajaja 

Nuestra primera sorpresa fue cuando descubrimos que las bodegas están en pleno Logroño. Nosotros no conocíamos la ciudad de antes y cuando Patricia nos dijo que la Bodega estaba justo al final del puente de hierro, pensamos que era un puente de hierro en medio del campo, ¡pero no!, el puente de hierro (tal y como descubrimos después) está en pleno centro de la ciudad.

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 Nuestra segunda sorpresa fue ves que no éramos los únicos “locos” a los que les gustaba este tipo de actividad, muchas familias estaban en el hall esperando a que la aventura comenzara.

A Las 11.00 en punto y con exacta puntualidad riojana apareció Soledad en el hall y con voz dulce dijo que nos iba a llamar uno a uno para chequear que estamos todos y poder comenzar con la mañana de vendimia.

Tras el recuento Soledad comenzó a hablar de manera pausada, muy agradable y empática, captando la atención de grandes y pequeños mientras nos contaba en cómo iba a desarrollarse la mañana. Íbamos a aprender de primera mano los secretos que un buen bodeguero tenía que saber a la hora de recolectar la uva, vendimiaríamos, pisaríamos la uva como se hacía antiguamente y recuperaríamos las fuerzas con un gran aperitivo bañado con sus vinos más conocidos junto con el mosto que habíamos pisado antes. Después, mientras los peques hacían una eno-actividad con las animadoras, los mayores tendrían la oportunidad de conocer un poco más de la bodega a través de sus instalaciones.

Que nervios…. ¡Que ganas teníamos de empezar!

Ya al aire libre nos llevaron frente a las viñas que al ratillo iban a ser nuestros conejillos de indias a la hora de vendimiar.  Soledad nos explicó un poco los diferentes tipos de uva que se permiten en la Denominación de Origen de Rioja.

Después y aunque los mayores podíamos tener alguna idea, Soledad dedicó un ratito para explicar a algún despistado y sobre todo a los más peques algunas cosas que todo buen bodeguero tiene que saber. Por ejemplo….

¿Qué es la vendimia?

No es otra cosa que cortar las uvas con un “corquete” o tijera, transportándolas en cestos hasta los comportones (vasija de madera de forma alargada, con más ancho en la boca que en el pie y que se usa para transportar las uvas) y de ahí al carro o camino. Cuando éste esté lleno se lleva hasta la bodega para su procesamiento.

Pero no todas las uvas sirven ¿Cómo podemos saber que una uva esta lista para su cosecha?

Hay que saber muy muy bien cuando una uva está lista o cuando no y para eso Soledad nos pidió que cogiéramos una uva verde y otra roja en la mano. ¿Qué mejor manera de aprender que en primera persona e instiu?

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Nos dijo que se podía saber si una uva esta lista por tres cosas.

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La piel.

No sé si os habéis fijado, pero siempre que se toca una uva se nota como una capa cerosa sobre ella, si ponemos un dedo sobre la uva y queda la marca del mismo indica que esta uva está lista.

Si el color de la uva blanca es verde suave, su piel transparente y dura, esa uva está lista.

Si el color de esa piel en la uva roja es negra y dura, esa uva está lista.

Las pepitas.

Si desnudáis a la uva y las pepitas marrones, esa uva está lista.

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El sabor.

Si cuando la probamos tiene un sabor denso y poco acido, esa uva está lista.

Dicho así parece sencillo, pero ni mucho menos, el proceso de saber cuándo una cosecha está lista es bastante complejo, largo y medido al milímetro. A partir del 25 de agosto se hace un muestreo de uvas y cada semana se mira como sube el azúcar y baja la acidez. Así y dependiendo de cómo ha sido el verano y septiembre la fecha de vendimia variará, por ejemplo, este año gracias a la sequía del verano, la vendimia se calcula que empiece hacia el puente del Pilar.

Inciso de mamá: Alguno tuvo que catar un par de veces para estar seguro de que la uva estaba lista… jajajaja

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Terminada la cata de uvas y cerciorarnos que estaban listas para recoger, alguna instrucción de como cortar los racimos (una mano debajo del racimo y lo corta) nos equipamos de cestos, de tijeras los peques y de corquetes los mayores…

 3,2,1… ¡comenzamos!

Alucinante, vaciamos los cestos tres veces de media cada familia, esto parecía el avituallamiento de Baco en una de sus fiestas. Jajajajaja.

Al terminar Soledad nos llevó a la zona del jardín donde cuatro grandes cubos repletos de las uvas recién recolectadas nos esperaban. Os podéis imaginar la cara de los más peques, ¿verdad?

Casi sin darme cuenta tenia a Lucia con el pantalón remangado hasta las rodillas y descalza, esperando en la cola para lavarse los pies antes de pisar la uva.

Confesión de mamá: Yo también me puse en la cola para pisar la uva jijiji. Era una novedad para mí y era una ocasión perfecta para hacer algo así sin que mis hijos me pregunten si estoy bien. 😉

Si tuviera que explicar la sensación que tuve al pisar toda esa uva no sabría cómo hacerlo. En un principio la sensación fue extraña, estas pisando algo donde no ves el fondo, y con lo “Antoñita la fantástica” que soy, podía esperar cualquier bicho o hasta alguna culebrilla arggg.. pero una vez acostumbrada la sensación pasa a ser agradable, relajante y fresquita. 🙂

Mirad como salías… ¿Quién tiene que ir a un balneario a hacerse un tratamiento de vino terapia, pudiendo pisar uvas en Logroño? 🙂

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Aunque éramos muchos la organización fue perfecta, no se tenía que esperar más de cinco minutos y pudimos repetir las veces que quisimos.

Mientras, Soledad iba sacando el mosto que probaríamos un poco más tarde.

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Fue súper divertido, los trabajadores de la bodega nos decían como hacerlo más cómodo (agarrándonos por los hombros y girando como las agujas del reloj) pero con nuestra diferencia de altura la cosa salió como se pudo y como las dos somos un pelín patos, gracias a que no liamos ninguna gorda. Nos reímos un montón, pero tengo que decir que a medida que va pasando el rato la cosa empieza a costar cada vez más, las piernas empiezan a pesar y el ritmo disminuye exponencialmente.

Casi sin darnos cuenta llegó el momento del aperitivo. Qué maravilla de mesas… embutido, tortillas de patatas, chuches, vino, refrescos… Si con eso no se recuperaban las fuerzas nada lo haría.

Los mayores catamos los diferentes vinos de la bodega, sé que no es muy oportuno decir que yo no soy de mucho vino, pero tengo que reconocer que en un par de ocasiones me sorprendí disfrutando de un par de copitas de tinto Rioja.

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Los enanos probaron los mostos que habíamos pisado y hubo que pararlos en varias ocasiones jajajaja.

Y Jorge se atrevió a menos a tocar las uvas pisadas ya que lo hacerlo él no tuvo demasiado éxito.

Tras repartir los diplomas que daban fe que los peques habían vendimiando y pisado la uva, las animadoras se los llevaron a la Enoguarderia.

Y los mayores aprovechamos para conocer un poco las bodegas por dentro.