Fabricando un Hula Hoop

By María.

Hoy os voy a contar en que nos hemos entretenido esta tarde: hemos fabricado nuestros propios hula hoops!

Estamos pasando unos días en casa de mis padres en un precioso pueblo: Vedra, a unos 12 Km de Santiago de Compostela. Aquí mis hijos disfrutan a tope del campo en compañía de sus primas Andrea y Zoe.

El viernes pasado mi hermana Silvia asistió a una fiesta campestre con su familia política y allí aparecieron unas primas con hula hoops hechos por ellas mismas (he de decir que mucho más elaborados que los que hoy hemos hecho, pero ya sabemos todos que la experiencia es un grado). La cosa no nos pareció muy difícil a nivel básico y nos pareció una fantástica idea para entretener a nuestros peques; así que buscamos los materiales que íbamos a necesitar:

– Manguera de PVC (13-16mm)

– Conectores de 13-16mm

– Una sierra pequeña o un cúter

– Cinta adhesiva de colores (en nuestro casó blanca y azul, pero hay más colores en el mercado)

– Mechero

– Tijeras y metro

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Todos estos materiales los podéis encontrar en cualquier ferretería. Mi padre y mi hermana se acercaron al Leroy Merlin.

Comenzamos la elaboración.

Paso 1:

Cortamos 1,5 metros de tubo por cada aro que queramos hacer con una pequeña sierra o un cúter, que fue lo que empleó el abuelo.

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Paso 2:

Para ensamblar el aro utilizamos el conector, cosa difícil si no calentáis previamente los extremos del tubo con el mechero para que se ablande un pelín el PVC (consejo del abuelo!…)

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Antes de seguir con el proceso, Silvia prueba el aro 😜

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La cosa va bien, seguimos!

Paso 3:

Con la cinta adhesiva comenzamos a forrar el aro de PVC.

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Llegado a este punto, podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación…. Hay muchas posibilidades. Nosotros nos quedamos con lo básico, pero hechos los primeros…. Casi nos animaremos con nuevos materiales para los próximos!

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Paso 4:

Es el más importante de todos….. A jugar con ellos!!! Gabriela, Andrea, Zoe y Alejandro se lo pasaron en grande como podéis ver 😄

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Fabricando ceras de colores

¿Cuántas de vosotras no tiene cuatro o cinco cajas llenas de lápices, rotuladores o ceras de sus peques?

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¿Cuántas de vosotras cada vez que abrís una esas cajas os juráis y perjuráis que el próximo sábado hacéis limpieza para tirar todo lo que no sirve, pero ese sábado nunca llega porque pensáis que por muy pequeño que sea el trozo que quede de cera o lápiz siempre se le puede sacar utilidad? yo, soy una de esas madres… 😦

Hoy os explico una manualidad que tendrá una doble función:

  1. Mantener entretenidos a los niños durante una tarde.
  2. Reciclar todos aquellos trozos de cera  que no desechamos pero tampoco usamos.

Hace dos o tres semanas, después de otras tantas con lluvia, tantas, que incluso me habían hecho preguntar cuánto puede aguantar bajo la lluvia una persona en sus cabales, el sol parecía que quería salir, que la racha húmeda iba a acabar y que la primavera que estaba a la vuelta de la esquina quería llegar un poquito antes, va  mi hija  y pone mala 😦 .

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Esta madre desesperada…… se puso a buscar cosas en internet que se pudieran hacer en casa y acabe decantándome por una manualidad, una forma divertida para ocupar un espacio de tiempo importante para que mi princesa no se aburriera en esos días de cautiverio forzado; encontré en este campo un mundo entero por descubrir, a la vez que  recordando alguna que otra actividad que ya había hecho yo de pequeña.

Nunca he sido excesivamente buena en esto de las manualidades, cuando era niña y en ocasiones especiales ponía mucho esfuerzo en hacer cosas chulas que veía en televisión o revistas pero el resultado nunca se parecía al demasiado al original. No creo que esto solo me pasase a mí, de hecho, muchos padres evitan hacer este tipo de cosas con sus hijos porque no se sienten lo suficientemente artistas o porque no les gusta lo de después, pero a los niños este tipo de actividad les encanta, sobre todo, si lo hacen con papá o mamá.

No espero que mis hijos sean unos artistas ni mucho menos, pero siempre intento ( dejando a un lado mi “tara”), proponer cada cierto tiempo una actividad de este estilo, les encanta y disfrutan un montón…… ponen una ilusión tremenda que aumenta proporcionalmente cuando la actividad incluye pegamento, colores o tijeras y lo más importante es que estoy segura que estimula su desarrollo creativo, les encanta crear mientras desarrollan sus habilidades, aprenden y  mejora enormemente su concentración.

Es un momento que me gusta disfrutar con ellos aunque el producto final sea una “churro”, el resultado es un regalo de mis “bichos” favoritos, mis pequeños/grandes artistas, regalos hechos con sus manitas y que una vez acabadas enseñan con orgullo a todo el mundo.

Pero si en momentos de cocina ya os doy mis consejos de “mamá maruji”, en el tema de las manualidades, no puedo dejar de dar 4 consejillos  para que la experiencia sea positiva 🙂 .

  1. La zona de trabajo tiene que estar despejada y protegida de posibles accidentes.
  2. Tener todos los elementos que vayamos a usar a mano.
  3. Utilizar ropa que no nos importe ensuciar e incluso estropear.
  4. Paciencia, bastante paciencia………

Elementos vamos a necesitar……

  • Ceras.
  • Una cazuela. (Si es posible vieja porque al final de la experiencia no creo que la vayáis a usar otra vez en el ámbito de la alimentación)
  • Cazuela en la que quepa la del punto anterior porque vamos a usarla para hacer “baño María”.
  • Una paleta o un palo para remover.
  • Molde de formas. (Cualquiera, de esos que usamos para el hielo o chocolate, pero digo lo mismo que con la cazuela, luego no lo podremos volver a usar en el ámbito culinario)

Empezamos………

Separamos las ceras por colores. (No hace falta que los colores sean exactos pero si de tonos similares), las quitamos el papel y partimos en trozos pequeños.

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Ponemos una cazuela con agua a fuego medio, no la llenéis mucho porque cuando pongáis la otra cazuela y empiece a hervir empezara a saltar. ( Supongo que para los que son  más cocinillas que yo esto que estoy contando es una obviedad, pero yo lo descubrí en el momento del”baño María” 😦 )

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Incorporamos el primer color que queremos hacer y la vamos derritiendo poco a poco removiendo sin parar.

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Cuando este totalmente fundida y liquida, vertemos la cera en el  molde que hayamos elegido.

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Como esa cazuela la vamos a re utilizar con otro color, os aconsejo que con la aclaréis con agua muy caliente, si no, la cera que quede en el cazo se solidifica rápidamente y tendremos que volver a meterla en el “baño María” para poder fundirla de nuevo.

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(Así queda la cera cuando se le echa agua fría 😦  , imaginadlo pegado en una cazuela…)

Repetimos el proceso tantas veces como colores queramos crear.

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Una vez terminado, metemos el molde con cuidado en la nevera y lo dejamos enfriar una noche.

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Recogemos el pequeño desastre que hemos creado…

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Al día siguiente desmoldamos con cuidado y…. voila, listas para usar….

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(Tita Vero, ya me dirás si te suena el dibujo 😉 )

Hay mil formas para hacer…….mi hija por ejemplo, como es muy princesa, eligió las manzanitas de Blancanieves

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Yo  no soy manitas pero me parece una idea perfecta para regalar, ¿no creéis?

Lo sé, en un primer momento puede parecer  una manualidad difícil y complicada, pero puedo asegurar que si he podido yo…. ¡todo el mundo puede!, solo se tiene que tener un poco de orden y paciencia con los peques. 😉

bs

Marta

¿Truco o trato?

By Marta

Un año más han llegado estas fechas en las que a los colegios les encanta “complicar” la vida a los padres y organizar la fiesta de Halloween.

Estos últimos años, mis enanos están creciendo más rápido de lo que me gustaría y con la ellos  la curiosidad,  por lo que  ya he tenido que capear con preguntas estilo “¿mamá, por qué se celebra Halloween?, ¿por qué se decoran calabazas en Halloween?”, así que este año  me he adelantado  y me he puesto a investigar un poco  para poder explicar a un niño el origen de esta tradición. Tengo que reconocer  que ciertas cosas  hasta me han sorprendido a mí por lo que os las voy a “soplar”  para que  los que estéis en la misma situación salgáis airosos del examen/interrogatorio de vuestros niños.

¿Qué quiere decir Halloween?

Halloween  o noche de brujas es una derivación de la expresión inglesa “All hallow´s Eve”, que no quiere decir otra cosa que “víspera del día de los santos”, los celtas creían que  en esta fecha  que para ellos significaba el final del verano y el  comienzo del frio y el oscuro invierno,  la frontera entre el mundo de los difuntos y el de los vivos se volvía incierta ya que los muertos regresaban a la tierra  intentando apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados ensuciaban las casas decorándolas  con huesos y calaveras para que los muertos pasaran de largo asustados.

Todos sabemos que Halloween es una fiesta  que sobre todo se celebra en Estados Unidos la noche del 31 de Octubre, los niños se disfrazan y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta  y pronunciando la frase “truco o trato” (“trick or treat”).  Si los adultos les dan caramelos, se interpreta que han aceptado el trato, mientras que si no les dan nada, los niños tendrán que hacer una pequeña broma o susto. (Por lo que he leído, lo más común es echar espuma de afeitar o tirar huevos a la puerta que no abra).

El Origen de la calabaza en Halloween

Pensareis que toda esta  introducción histórica es muy  bonita,  pero entonces, ¿Qué pinta la calabaza en todo esto?

La costumbre de ahuecar y tallar una calabaza para convertirla en farol llamado “Jack-o-Latern” se remonta a hace más de  dos siglos cuando en una noche de brujas o Halloween, un tacaño y pendenciero irlandés, llamado Jack, tuvo la mala suerte de encontrarse con mismísimo demonio en una taberna.

Jack, que era un borracho, engañó al mismísimo diablo, entregando su alma a cambio de una última bebida. El diablo aceptó el trato y se transformó a sí mismo en una moneda para pagarle al tabernero la bebida,  pero Jack,  cogió la moneda a toda velocidad y la metió en su monedero donde tenía un crucifijo, así que el diablo no pudo volver a su forma original. ¡Jack tenía al mismo demonio secuestrado!, así que llegó a otro acuerdo con él, No le  dejaría salir  hasta que le prometiera no pedirle su alma en un plazo de 10 años,  el diablo no tuvo más remedio que aceptar el chantaje de Jack.

Pasados diez años, Jack volvió a reunirse con el diablo, esta vez en el campo. El diablo estaba allí para llevarse el alma del rufián, pero Jack había tenido tiempo para pensar cómo salir de esa situación y dijo: “Iré contigo tal y como acordamos en la taberna, pero antes,  ¿me podrías bajar esa manzana que está en el árbol?”

El diablo pensó que no tenía nada que perder, asi que de un salto llego a la copa del árbol y cogió la fruta, pero antes de que se diera cuenta, Jack  había tallado una cruz en el tronco, dejando una vez más al diablo atrapado sin poder moverse y sin poder bajar. Jack obligó al diablo a prometer que nunca jamás le pediría su alma a cambio de borrar la cruz y dejarle bajar.

Años más tarde, Jack murió y cuando intentó entrar en el cielo no le dejaron entrar por qué durante su vida había sido un pecador, borracho y un estafador. Cuando intentó entrar en el infierno, el diablo no tuvo más remedio que no dejarle entrar ya que había prometido no reclamar jamás su alma.  «¿A dónde iré ahora?», le preguntó Jack y el diablo le contestó: «Vuelve por donde viniste» y vaga por el mundo de los vivos de nuevo aunque estés muerto”.

Jack estaba asustado pues el camino de regreso al mundo de los vivos era oscuro y el viento no le dejaba ver nada, por lo que el  diablo le dio  un carbón encendido, para que le diera luz y le guiara en la oscuridad del camino de vuelta. Jack lo puso dentro de un nabo que iba comiendo, para que no se apagara. Jack emprendió el camino de vuelta vagando en las tinieblas eternamente…..

Si, si, los celtas ahuecaban nabos y no calabazas, les ponían dentro carbón y los dejaban en las tumbas de sus seres más queridos para iluminar el camino de regreso al mundo de los vivos o  las tallaban con caras tenebrosas dejándolas  cerca de las ventanas para ahuyentar al espíritu de Jack.   Fue con el tiempo, cuando cambiaron la tradición a calabazas, al llegar los  irlandeses  a América y  conocieron la calabaza, viendo, que  éstas, eran mucho más grandes y sencillas de ahuecar.

¿Y la costumbre de los dulces?

 La famosa costumbre de pedir dulces de puerta en puerta se popularizo más o menos el siglo pasado derivándose de una costumbre europea donde el día 2 de Noviembre “día de los difuntos” los cristianos iban de pueblo en pueblo mendigando  “pasteles de difuntos” (trozos de pan con pasas) y cuantos más pasteles recibieran los mendigos, mayor seria el numero de oraciones que rezarían por el alma de los parientes muertos de sus benefactores.

Vamos, que como podéis comprobar he hecho un importante trabajo de investigación jejeje, pero mi hazaña no que ha quedado en esto, como estoy muy orgullosa  por superar yo solita el examen de unos niños de 4 y 6 años,  me he atrevido a cumplir con la tradición completa  aprovechando que mi santo esposo me ha obsequiado con una súper calabaza y  que yo soy más lanzada que Tadeo Jones he decido tallarla  sin quedar  del todo mal, por lo que  os voy a dar los pasitos por si os atrevéis vosotros, que seguro que si,  con vuestros enanos.

Hacer una calabaza de Halloween

He comprobado que hacer una linterna calabaza es una manualidad ideal para los niños que lo ven como un juego y disfrutan con el resultado final de verla encendida.

Antes de empezar y para que luego no me vengáis con reclamaciones :), os recomiendo que cubráis la zona de trabajo  con papel de periódico o algo ya que esta actividad mancha muchoooooo.

¿Qué materiales vamos a necesitar?

  • Una calabaza
  • Un rotulador marcador
  • Cuchillo
  • Una vela

Ahora y en  6 pasos muy sencillitos vamos a hacer nuestra calabaza

  • Trazamos con el rotulador  los rasgos de la cara (ojos y boca), tened en cuenta que es menos complejo hacer  la cara en la parte más lisa de la calabaza y que las formas rectas son más sencillas de recortar que las curvas

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  • Con el cuchillo cortamos la parte de  arriba de la calabaza.
  • Con la mano vaciamos la parte interior de  la calabaza, podemos usar  incluso  una cuchara para las zonas más complicadas.

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  • Con el cuchillo recortamos los ojos y la  boca que hemos dibujado antes.

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  • Metemos la vela y la encendemos (cuanto  más limpia este por dentro, mas brillará)
  • Tapamos con la tapa que antes hemos  cortado

Ya tenemos nuestra primera calabaza de Halloween!

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¡FELIZ HALLOWEEN!

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