Soy de esas personas que tengo que tener las cosas milimétricamente calculadas y de la opinión de que el conocer bien el sitio antes de visitarlo, te permite aprovechar al máximo tu estancia, dicho esto, os podéis imaginar, sobre todo los que han leído mi entrada de hace unos días, “Preparativos para un viaje especial”, que me he hecho un intensivo en Eurdisney.
La verdad es que en este caso, el trabajo no fue muy duro, casi sobra decir que la marca Eurodisney es una de las marcas con mejor reputación a nivel mundial y aunque ahora tiene duros competidores a nivel de películas de animación como puede ser Pixar o Dreamworks, a nivel de parques temáticos es líder mundial en cuanto a diseño, organización y reclamo se refiere, y si a esto le sumamos que ya lo conocía porque tuve la suerte de visitarlo un par de veces hace años.
Día 22 de Diciembre.
Llegamos al aeropuerto de Orly y tras unos cuarenta minutos en el minibus, las bocas de los enanos comenzaron a abrirse exponencialmente a medida que las torres del castillo tan característico de este parque se iban acercando por el horizonte y que casi sin tiempo de deshacer las maletas, ya los teníamos en la puerta de la habitación esperándonos con mi mochila totalmente equipada, cámara, gorros, libros de autógrafos, toallitas y calcetines de repuesto, ¡parecía que llegábamos tarde a algún sitio!, pero, como hacer entrar en razón a dos niños que estaban ansiosos por conocer a las princesas, a Mickey y sus amigos.. 🙂
Pero, no podíamos empezar este viaje sin antes equiparnos para la ocasión ,que mejor excusa que hacerlo en una de las tiendas la Village, paso obligado entre los hoteles y los parques, tras merendar en el “Café Mickey village”
Ahora si, una vez puestos a punto, estábamos listos para comenzar a conocer un mundo mágico donde hay de todo y para todos, desde los personajes de toda una vida, como acción, aventuras, espectáculos y cabalgatas para toda la familia, una aventura, que seguro que nos iba a dejar huella.
Pasando el torno de entrada Main street se muestra antes nuestros ojos, escenario que evoca una antigua ciudad de principios del siglo pasado, un pueblo con encanto, con casas victorianas, flanqueada por tienditas de souvenirs, disfraces y cualquier detalle que se nos puede venir a la mente, vamos, que por un lado es mejor cruzarla con los ojos tapados porque si no caes en la tentación, pero que por otro, seria imperdonable no ver cada uno de los detalles cuidados al milímetro que se nos ofrecen, como puede ser la consulta del dentista que si te paras cinco segundos y te fijas, puedes oír incluso los sonidos de su actividad dentro, o que en la agencia de detectives se puede oír un perro ladrando, que en alguna de las ventanas están los nombres de los ingenieros que diseñaron el parque, que en “Market house Deli” hay un teléfono en el que se pueden escuchar conversaciones de otros individuos, además, ¿sabíais que la tienda Lilly´s Boutique tiene ese nombre en honor a la mujer de Walt Disney?.
Jorge estaba agotado del viaje así que me lo lleve al hotel mientras Manu y Lucia decidieron echar un primer vistazo a ese parque del que íbamos a disfrutar durante casi cinco días.
Día 23 de Diciembre.
Tras un breve pero fascinante, encuentro con Mickey y Minnie después del desayuno y con una ruta mas estudiada por mamá, nos volvemos a encontrar en Main street, arteria principal del parque, y que nos llevaría a cada uno de los cinco mundos ofrecidos por Eurodisney.
Hoy hemos decidido visitar Adventureland, tierra de piratas, exploradores y aventureros, tierra que reproduce un bazar de los cuentos de las mil y una noches, tal y como muestran sus paredes y pasadizos, además de ser la zona del parque que cuenta con mas árboles y vegetación.
Entre las atracciones que nos montamos, que nos gustaron y que están adaptadas para los peques (4 en adelante) cabe destacar la “cabaña de los Robinson”, “Piratas del caribe” y “Adventure island”; para los más peques (menos de 4 años) está la “Playa de los piratas” que es una zona de juegos donde se divierten un montón y los mayores podemos descansar un poco, sin olvidarnos de los más mayores, a partir de 1,40 m que tienen la famosa montaña rusa “indiana Jones y el templo de Peril, tiene bastante cola, eso si, pero tiene Fast pass.
A la hora de comer, elegimos un sitio donde se comiera de manera rápida y con bufé, elegimos “Hakuna matata”, donde la comida no fue gran cosa, hot dogs y patatas fritas, pero tuvimos la suerte de ver una coreografía de los personajes del libro de la selva.
Por la tarde visitamos Discoveryland que es la zona dedicada al futuro y los descubrimientos, la verdad es que tiene atracciones para más mayores, sin tener nada que ver con Disney, como la “Space Mountain misión 2” , pero pudimos disfrutar de atracciones como “Star Tours”, “Buzz lightyear laser blast” (fastpass) y “Autopia”.
Para cenar elegimos un sitio especial, “ Bufallo Bill´s Show” donde Mickey, Minnie, Chip y Chop nos invitan a una cena espectáculo que te enseña la leyenda de búfalo Bill, toro sentado y la conquista del Oeste.
Es un espectáculo que merece la pena y lo recomiendo al 100%, no por la comida que es de estilo tejano (tiene menú infantil) pero si, por el espectáculo de caballos, bisontes indios y vaqueros que te hacen sentir en el viejo oeste desde el principio. Eso si, un consejo, aunque hayas reservado, los sitios no son numerados, por lo que es mejor llegar con tiempo que no te vas a aburrir ya que la espera te la amenizan en el salón con música en directo.
Día 24 de diciembre
Amaneció un día horroroso de lluvia y frío por lo que decidimos visitar los Studios Disney, dedicado al cine y la televisión y decorado como un gran estudio cinematográfico, que merece la pena visitar, aunque quizás, esté pensado para un publico más adulto, con atracciones mas fuertes.
Comenzamos por las atracciones visuales “Animagique”, CineMagique, “Disney junior live on Stage” y “Stich live”, estas dos ultimas, según la hora que vayas tiene proyección en ingles o Frances.
Después, nos lanzamos con la atracción de “Armageddon” que aunque parezca no apta para peques, no tiene ningún problema e incluso diría que no merece demasiado la pena.
Para comer no tiene tanta variedad como el parque Disney, así que elegimos el “Restaurante des starts” donde tuvimos la suerte de contar con la visita de Goofy y el Ratatouille.
Antes de que Jorge se fuera al hotel a retomar fuerzas para la cena de Nochebuena, nos montamos en “Cars Quatre Roues Rallye”, atracción giratoria, así que tened cuidado si os soléis marear, y en “Crush´s coastes” que aunque parezca la típica montaña rusa infantil, engaña!
Cuando nos quedamos las chicas solas, completamos la visita con el recorrido en tranvía “Studio tram tour”.
Como el día fue tan horroroso, nos quedamos sin ver, por cierre, la parte de “Toon Studio” donde están las atracciones inspiradas den la película Toy story como “Toy soldiers”, Slinky dog zigzag spin y “Rc racer”.
En cuanto a la cena de nochebuena… creo que todo comentario sobre, tan solo poneos en la piel de una niña de seis años, con fase loro y princesita total, sin palabras 🙂
Día 25 de Diciembre.
Ha salido el sol! Aprovechamos para disfrutar de Fantasyland, que decir de esta parte, zona donde los sueños de los cuentos se hacen realidad, donde los clásicos de Disney cobran vida propia y donde se encuentran el mayor número de atracciones para los más pequeños, así que os podéis imaginar que aquí hemos dedicado un día entero…..
La puerta a Fantasyland es “El castillo de la Bella durmiente”, castillo majestuoso que con cada una de sus puntiagudas torres, visibles desde cualquier punto del parque, ayuda al visitante a recuperar la orientación en alguno de esos momentos de despiste que se dan a lo largo del día debido a la cantidad de vueltas que uno llega a dar.
No miento si digo que para Lucia Fantasyland, fue la parte con la que mas disfrutó, se enamoró del castillo desde el principio, de sus escaleras en forma de caracol que subió una y otra vez pensando que ella era la princesa
Castillo con todo lujo de detalles, su propio dragón que ruge amenazante cuando se le despierta de su letargo, sus vidrieras artesanas que describen escenas del cuento, la fatídica rueca, los manuscritos e ilustraciones del cuento, con sus armaduras , que si las escuchas atentamente se les oye roncar, y con su balcón que te permite echar un vistazo panorámico a todo Fantasyland. (OJO! Antes de subir no olvides pedir un deseo en el pozo mágico)
Una vez adentrados en la tierra de los cuentos, nos topamos con “La espada de Merlín” donde siempre hay algún niño intentando sacarla para ver si son el futuro rey. (los míos no iban a ser menos :))
“El Carrusel de Lancelot”, “Los viajes de Pinocho”, “Blanca nieves y los siete enanitos”, “El vuelo de Peter pan”, “El laberinto de Alicia” , “El país de los cuentos de hadas”, “Its a small World”, “El tren de dumbo”, “El vuelo de dumbo” o “Las tazas de te gigantes” hasta “El pabellón de las princesas” son las atracciones de esta tierra, todas, cuentan con bastantes colas, pero solo la del vuelo de Peter pan cuenta con Fast pass.
Para la hora de comer, os tengo que recomendar, aunque es caro, el restaurante “Aubergue de Cedrillon”, donde el tipo de comida es francesa y servida en mesa, se necesita reserva previa, reciben camareros vestidos al estilo Luis XV y mientras se come, se pueden ver a los príncipes y princesas bailando, algo inolvidable para las enanas amantes del mundo principesco.
Si preferís algo más económico o rápido podéis ir al “Au chalet de la Marionnette” que es el favorito de pinocho donde se puede comer comida rápida, o “El restaurante Pizzería bella notte” decorado con la temática de la dama y el vagabundo, o “El restaurante Toad hall Restaurant,” reproducción de la mansión de Don sapo y que cuenta entre sus especialidades el fish and chips británico (bastante bueno la verdad).
Como era la ultima noche, hemos apurado hasta el final y a las 22.00 hemos visto el fantástico espectáculo nocturno en el castillo, con rayos láser, fuegos artificiales y música que te lleva a través de las grandes historias de Disney tras la sombra de Peter pan, simplemente maravilloso y si me apuráis, casi el recuerdo más bonito del viaje; la salida del parque nos sorprendió gratamente, porque en contra de lo que se puede pensar, fue ordenada y tranquila.
Día 26 de diciembre
Ultimo día, snif snif…. Como teníamos hasta las 16.00 de la tarde lo hemos dedicado a Frontierland que nos trasladó al viejo oeste y en el que conocimos la vida en el Missisipi a través de un crucero en un barco de vapor cuyo nombre del barco se debe al autor de libros como Tom Sawyer y huckleberry Finn.
Para los más mayores está “La Big Thunder Mountain” (fastpass) o “La Phantom Manor”, ”Pocahontas indian village”, zona de juegos donde se podrá trepar, arrastrase dentro de un campamento indio.
Comimos en el “The lucky nugget saloon” que como curiosidad diré que el nombre viene de la pepita que encontró su dueña, Diamond Lil, tiene servicio de mesa con bocadillos, costillas de cerdo, ensaladas, hamburguesas y helados, cuenta con un espectáculo de baile.
Y como todo lo bueno se acaba……… 😦 llegó la hora de la partida. Si tuviera que resumir este viaje en una palabra, solo puedo decir mágico, ha sido una experiencia maravillosa, y he disfrutado como la que más viendo la cara de mis hijos y la de mi marido, con esa sonrisa de oreja a oreja de principio a fin.
El próximo año, repetiremos la experiencia del viaje navideño, pero a laponia 🙂 ,tengo que empezar a convencer a Manu aunque como decía Walt Disney : «si puedes soñarlo, puedes hacerlo»