Excursión al Valle de los 6 Sentidos y paseo por el Canal de Castilla.

Post by María.

Después de unas semanas de parón, sacamos este post por petición de una de nuestras seguidoras: Carmen Sánchez.

Este finde nos escapamos de aventura por tierras de Valladolid. Concretamente iniciamos el día en Renedo de Esgueva (a 200 Km de Madrid y 15 de Valladolid). ¿Qué es lo que nos encontramos allí?, pues el fantástico Valle de los Seis Sentidos!…. 

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Se trata de un parque infantil diseñado para disfrute de grandes y pequeños, ubicado en el Valle de Esgueva, en la finca del antiguo Palacio de los Power (cuyas ruinas sirven también de espacio de juego). Por si os preguntáis quienes son los Power (yo sí lo hice), pues una familia de Bilbao, Ricardo Power, de profesión industrial de éxito, que fijó en Renedo de Esgueva su residencia a principios del s.XX.

Este parque está tematizado en torno al medio ambiente y los seis sentidos (yaaaa, son 5 sentidos, pero tratamos con nuestro hijos, así que tenemos que contar con un sentido más, el más divertido, el sentido de la imaginación).

Dispone de un gran espacio verde de más de 18.000 m² en los que los niños y nosotros los “mayores”, podemos disfrutar de 60 juegos diferentes, de gran tamaño y algunos de integración y accesibilidad para discapacitados, divididos en varias zonas.

La entrada cuesta 4 €, los menores de 3 años no pagan y abre de martes a domingo en horario de 11:00 a 21:00h (en invierno hasta las 18:00h). 

Con la entrada te dan un pequeño mapa para que no te pierdas ninguno de sus rincones. Por cierto, uno de esos rincones es un minigolf, al que nosotros no fuimos, pero si lo deseáis, tenéis que decirlo a la entrada y os cobran un pequeño suplemento para poder usarlo.

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El Jardín de Piedras. Frente al palacio se ha creado la zona dedicada a las piedras, donde se ha instalado una colección de grandes piedras originarias de la región.Hay también juegos formados por piedras, donde los niños descubren los efectos sonoros que crean, la sensación de balancearse sobre una piedra o poder mover una piedra de varias toneladas con una mano.

El Palacio de los Sentidos. En las ruinas del palacio utilizaremos nuestro sentido del oído y del olfato.

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El Valle de los Valientes y el Bosque Rascanubes.  Un bosque para trepar, formado por más de 40 postes de roble de grandes dimensiones, unidos por puentes escalas y cuerdas. Juegos de acción y movimiento para los más aventureros de la casa…

Merendero del Dique. Podéis llevar un pequeño picnic y disfrutarlo allí, tienen también una pequeña cafetería y si lo preferís, podéis salir del parque para comer fuera y luego volver a entrar, pero para ello debéis avisar en recepción.

La Granja. Esta zona está pensada para los más pequeños, Los míos pasaron de largo…..  Son figuras de madera para subirse los peques. 

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El Corazón del Esgueva. En esta zona encontramos juegos de agua, donde los niños podrán jugar dirigiendo el agua a través de canales y presas, o cruzando un estanque sobre una balsa (Gabriela y Alejandro cruzaron la balsa no se cuantas veces!… les encantó). 

También hay una fuente de accionamiento manual. La verdad es que a los niños les encantó esta zona.

La Plaza Dorremí. 

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Los Castillos.

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El Teatro de los Ecos. Lo vemos nada más entrar en ‘El Valle de los 6 Sentidos’, a la derecha. Se trata de un anfiteatro cubierto, formado por unas gradas semicirculares de hormigón. Espacio pensando para los escolares, donde pueden recibir clases, con el aliciente de estar en plena naturaleza, o donde algunas noches se celebran veladas musicales o representaciones teatrales.

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Os podéis imaginar lo bien que lo pasamos, los niños correteando porque lo querían probar todo. Así pasamos la mañana haciendo ejercicio.

Nuestro día no solo fue parque, decidimos comer en la Villa de Simancas, a 14 km de Valladolid.

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Allí dimos un dimos un pequeño paseo por el pueblo y disfrutamos de las vistas de su mirador.

Además conocimos un hecho histórico que allí se produjo y como si de un cuento se tratara, le contamos a los niños:

Abderramán II, en tiempos del rey Ramiro I, pide como tributo 100 doncellas para su harem. Ramiro I, hallándose en una situación de debilidad, y tras reunir a sus consejeros accede al pago del tributo. Así que se da el hecho/leyenda de que, los de Simancas deben entregar  siete doncellas que les corresponden. Se dice que las jóvenes, en un acto de gran valentía, decidieron cortarse una de sus manos para evitar que se las entregara, algo que, según la leyenda, consiguieron. Como consecuencia de este hecho los cristianos salen a pelear con los moros, dándose la batalla de Clavijo. El ejército moro es vencido, y desaparece el tributo de las cien doncellas, instaurándose como agradecimiento el voto de Santiago (ya que el apóstol Santiago se le apareció al rey cristiano y le ofreció su ayuda para ganar la batalla a los moros).

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Por si pasáis por Simancas el 6 de agosto, se celebra la fiesta patronal del salvador, en la que se rememora la historia de las doncellas de esta villa.

A las 17:00h teníamos que estar en otro pueblo: Medina de Rioseco a 40 km de Valladolid, allí teníamos reservada una visita a una antigua fábrica de harina (Harinas San Antonio) y un paseo por el Canal de Castilla en barcaza.

Recogimos la entradas para ambas cosas el la Dársena, y pagamos por dos adultos y dos niños, 24€.

Primero visitamos la fábrica, de la cual no está permitido hacer fotos de su interior. Las que aquí os muestro son sacadas de https://patrimoniocultural.jcyl.es/web/jcyl/PatrimonioCultural/es/Plantilla100Detalle/1284393413237/_/1284214650911/Arte y http://www.medinaderioseco.com

La fábrica está situada junto a la dársena del Canal de Castilla, que servía en sus años de esplendor a la molturación del grano, hoy en día convertida en museo.

Industrias como las harineras o las de papel se instalaron en las orillas del Canal, incluso las dedicadas a la reparación de embarcaciones.

Un ejemplo es esta fábrica de harinas la cual se conserva en perfecto estado hoy en día. Muy interesante para todo aquel que visita el Canal y quiere tener una visión completa de lo que fue en su día. No es para nada una visita aburrida para realizar con los niños, ya que en nuestro caso (y también éramos 6 personas haciendo esta visita) la guía hacia preguntas a Alejandro y Gabriela sobre que pensaban ellos para qué podían servir cada una de las máquinas que allí se encontraban, y siempre dándoles alguna pista sobre el tema.

Nos explicaron que la presencia del Canal, que servía de medio de transporte y de fuerza motriz para las turbinas, hizo que proliferaran a sus orillas instalaciones fabriles dedicadas a moler productos cerealísticos, como la cebada y trigo entre otros.

En Medina de Rioseco se conservan dos fábricas de harina y un molino, construidos en el siglo XIX, que aprovechaban la fuerza motriz del conducto que desagua a través de tres saltos.

La primera y más importante es la Fábrica de Harinas «San Antonio” (la que hemos visitado), y está situada junto a la dársena del Canal de Castilla, realizada en piedra de sillería, ladrillo y argamasa en su parte externa, y su interior totalmente de madera. Destaca por las espectaculares y cuidadas instalaciones donde se conservan la turbina, los molinos, los cernedores, máquinas límpias. En su interior pudimos ver como funcionaba esta harinera, su proceso de molturación, desde que  llegaba el cereal hasta que era transformado en harina y ensacado.

Es un claro testigo de la Revolución Industrial que supuso el Canal en la meseta castellana.

Ya con el tiempo algo justo, nos dirigimos a la dársena para embarcarnos en un pequeño recorrido por el Canal de Castilla.

El Canal de Castilla fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991, lo que demuestra la importancia de esta grandiosa obra de ingeniería que, en la actualidad, se ha convertido en el único canal navegable de España.

El Centro de Recepción de Viajeros en Medina de Rioseco acoge todo tipo de actividades en el Canal: paseos a bordo de la embarcación turística Antonio de Ulloa (la que realizamos nosotros), alquiler de barca eléctrica y piraguas. 

Además, proporciona información sobre las posibilidades de turismo activo en el Canal: piragüismo, senderismo o rutas en bicicleta.

El Canal ha creado un hábitat que favorece y protege la vida de muchas especies, las que viven en sus aguas, las que anidan o se alimentan de sus bosques y otras que simplemente se refugian en sus arbustos.

La travesía, en nuestro caso de una hora de duración (hay otra de tres horas, pero que para ser la primera vez para los niños y sin saber exactamente como iban a aguantar después de andar todo el día por ahí con ellos…), pero hay otra de tres horas. 

A parte del capitán, nos acompañaba un guía que fue narrándonos la historia de este canal. 

Es el Canal de Castilla, la idea visionaria del marqués de la Ensenada, ministro ilustrado de Fernando VI, quien en pleno siglo XVIII tuvo la idea revolucionaria de unir las capitales castellanas con el puerto de Santander mediante una red de canales navegables que facilitara el comercio y el tránsito de mercancías.

La obra quedó inconclusa (como siempre pasa en España), pero nos legó 207 kilómetros de cauce navegable, divido en tres ramales diferentes en forma de “Y” que unen Medina de Rioseco, Palencia, Valladolid y Alar del Rey.

Nosotros solo recorrimos 6 km (3 de ida y 3 de vuelta) en un barco totalmente ecológico…. Para tranquilidad de Gabriela, a la cual navegar no es que le haga mucha gracia, nos comentaron que el recorrido que hicimos tiene una profundidad aproximada de 1,60 m (depende un poco de las lluvias de la temporada). Vamos, que si se diese el caso, podríamos bajarnos y empujar el barco… ja,ja…..

Pero antiguamente, estos barcos no existían, eran barcazas cargadas de mercancía y tiradas por bueyes o burros, que caminaban por los caminos laterales del canal. Esos animales caminaban unos 25 km, al cabo de los cuales tenían que ser cambiados por otros. Con lo cual, existían numerosas posadas a lo largo del recorrido. Decir que para hacer casi 190 km, tardaban 9 días. Con la llegada del ferrocarril, el Canal quedó prácticamente en desuso.

Durante el recorrido, a los niños les dieron un dibujo y pinturas para colorear. Disponen de un minibar a bordo por si os apetece tomar algo. 

Nosotros disfrutamos de una temperatura agradable, pero os recomendaría no escogieseis un día de calor para hacer esta ruta en barco, ya que es un habitáculo cerrado en plan “invernadero” con las cristaleras. Para mi, primavera y otoño es ideal. Pero para gustos….. colores!

Y así acabó nuestro sábado. Espero que os haya gustado y vayáis. Nosotros disfrutamos de un magnífico día en familia. 

Gracias y si compartís el post, a más familias llegaremos para dar ideas!…